¿De quién vienen los pensamientos negativos perjudiciales?

Al día, tenemos miles de pensamientos. El problema con esto es que muchos de éstos son los mismos día tras día. Si estos pensamientos son edificantes y afirmaciones de la vida, el efecto es positivo. Por otro lado si son pensamientos negativos, despectivos y auto condenatorios, el efecto previsible será una pérdida de confianza y autoestima.
A veces pareciera que la charla mental que nos dice todos estos pensamientos negativos es incesante pero el poder cortar de tajo estos pensamientos te hará sentir bien contigo mismo.

¿De quién vienen los pensamientos negativos perjudiciales?Como no es posible que exista efecto sin causa, nunca podría existir un pensamiento por sí mismo, por generación espontánea. La relación entre pensador y pensamiento es ostensible; cada pensamiento negativo tiene su origen en un pensador diferente.

En cada uno de nos existen tantos pensadores negativos, cuantos pensamientos hay de la misma índole. Es importante conocer ese diálogo interno y cuando nuestros pensamientos son negativos o devaluatorios, cuestionarlos para cambiarlos por pensamientos realistas.

Supongamos que te propones mejorar tu confianza en ti mismo así como tu autoestima. Leerás varios libros de autoayuda, cambiarás el color de tu pelo y comprarás un nuevo guarda ropa. Comenzarás a hacer más ejercicio y hasta comenzarás una dieta. Pero después de hacer todo lo que puedas imaginar aún no te sientes de la manera en que esperabas.

«Nunca voy a ser lo suficientemente bueno.» ¿Quién dice eso? Tú lo hiciste y quizás lo vienes haciendo varias veces al día, dejando que este pensamiento se genere entre los miles de pensamientos que piensas durante el día.
Éstos son otros pensamientos que pudieses estar generando:

Soy tan estúpido.

Nunca hago nada bien.

Yo no merezco que me sucedan cosas buenas.

Nunca conoceré a nadie.

No lo puedo hacer.
Me da vergüenza.

Y muchos más que estoy segura que podrías agregar a la lista. Todas estas son declaraciones negativas que hacemos en silencio e indiciosamente sobre nosotros mismos y a la larga, se vuelven una voz de fondo repetitiva dentro de nuestra cabeza.
Muchas personas no entienden, o no quieren aceptar que el pensamiento negativo tiene un impacto directo en cómo uno se siente y por lo tanto, en cómo uno se comporta, las actitudes y experiencias que vivimos.
Si no tomamos la iniciativa de reconocer y redirigir esos pensamientos, no habrá suficientes libro de auto ayuda en todo el mundo que no hagan elevar nuestra confianza y autoestima. Leer estos libros no corregirá nuestra creencia de que no somos lo suficientemente capaces de lograr lo que nos proponemos. La omnipresencia de estos pensamientos recurrentes es demasiado grande y se anulan las afirmaciones momentáneas eficaces que podríamos recitar.

El primer paso es identificar los pensamientos negativos. Debes prestar atención a tus pensamientos a lo largo del día. Este tipo de pensamientos suelen aparecer cuando estás bajo estrés o frente a una nueva situación. Toma nota. Al final del día anota las circunstancias que estos pensamientos negativos desencadenaron.

El segundo paso es obtener una perspectiva precisa sobre los pensamientos negativos. Por lo general los pensamientos son aquellos que comienzan con «siempre» y «nunca», al igual que aquellas como “soy tonto, no valgo nada o no puedo”.
Es importante que reconozcas las áreas en las que te sientas débil así podrás tomar cartas en el asunto y cambiar tu experiencia con respecto a este tema, logrando cambiar tu debilidad por una fortaleza.

Por ejemplo, si tu debilidad son las relaciones sociales o hablar en público, existen clubs que ayudan a aumentar tus habilidades de comunicación. Si no estás seguro de cómo alcanzar tus metas eso no quiere decir que no puedas hacer nada, tal vez podrías contactar a un entrenador de vida para ello, también conocidos como life coach.

El tercer paso consiste en sustituir los pensamientos negativos por los positivos. Por ejemplo, en lugar de decir “soy muy tonto como para hacer eso” piensa “No sé cómo hacerlo, pero tengo un amigo que sabe mucho sobre esto y puedo preguntarle”.
Realiza afirmaciones positivas. Las afirmaciones pueden hacerse en silencio, en voz alta, escribiéndolas o incluso cantadas o recitadas. Sólo diez minutos diarios haciendo afirmaciones positivas pueden compensar años de viejos hábitos mentales. Cuanta mayor frecuencia rememore tu conciencia de lo que te dices a ti mismo y cuanto más positivas y expansivas sean las palabras y conceptos que elijas, más positiva será la realidad que crees.

Los pensamientos negativos que nos dedicamos día tras día son destructivos. El repetirlos en tu mente es tu decisión así como es tu decisión cambiarlos. Elimina la duda, el temor, la ansiedad y la preocupación. No lo olvides: El cáncer es curable, lo que mata es el temor al cáncer. Toda meta lógica es alcanzable, lo que lo impide es la duda. Eres capaz de lograr desde ya el cambio, lo que te limita es la ansiedad y la preocupación. Borra de tu mente la duda, el temor, la ansiedad y la preocupación.