Los efectos del ejercicio en el cerebro

En las primeras etapas de la psicología, había una creencia de que la inteligencia que estamos destinados a tener para toda nuestra vida era con la que nacíamos. En ese entonces se pensaba que si no eras muy inteligente, tenían que conformarte con ello y ser feliz con lo que tenías o por el contrario, sentirse afortunado su resultabas ser muy listo. Conforme las cosas cambiaron, también lo hizo la definición de inteligencia. Ahora se sabe que podemos mejorar las capacidades de tu cerebro y volverte incluso más listo. ¿Cómo se logra esto? Bien, existen muchas manera de hacer, pero una de ellas, como lo índica el título es a través del ejercicio.

¿Te gustaría ser mucho más listo? ¿Quisieras aprender cualquier cosa  que quieras o debas aprender con mayor facilidad  ¿O quizás simplemente te gustaría desenvolverte mejor en el trabajo? Para todo ello, necesitas ejercitarte.

Los estudios han demostrado que el ejercicio mejora el funcionamiento de tu cerebro. De antemano sabemos que el ejercicio es bueno para nuestra salud, mejora el sistema cardiovascular, la elasticidad de los músculos, mejora la oxigenación del cerebro entre muchos otros beneficios más, pero aún no hay suficientes estudios sobre los efectos del ejercicio en el cerebro, pese a esto, existen algunos que han comprobado la relación entre la mejora de las funciones cognitivas del cerebro con el ejercicio.

El ejercicio mejora nuestra autoestima, nuestra tolerancia al estrés y nos proporciona sensación de bienestar. Uno de los mayores beneficios del ejercicio físico es su capacidad para equilibrar el estado de ánimo y desterrar el estrés y los ataques moderados de depresión. Se ha demostrado que participar en una sola sesión de ejercicios aeróbicos libera en el cerebro un potente cóctel de los llamados compuestos químicos de la felicidad como ser Serotonina y Dopamina, los cuales ayudan a calmar el estrés y a cultivar sentimientos de satisfacción y de calma. Incluso el ejercicio puede bloquear o atenuar los efectos de las hormonas de estrés como el cortisol, el cual puede causar aumento de peso.

Estas sensaciones podrían deberse  a la liberación de sustancias escorpioides naturales producidas en nuestro propio cerebro y pueden tener consecuencias directas sobre el cerebro, por ejemplo, en la atrofia relacionada con la edad o incluso, según otro  estudio,  el desarrollo de trastornos neurodegenerativos como la enfermedad de Alzheimer.

¿Pero qué tipos de ejercicio? No todos los ejercicios tienen un efecto en tus funciones cognitivas.

Ejercicios cardiovasculares. Éstos no solo ayudan a quemar grasa, sino que aumentan tu metabolismo y fortalecen tu sistema cardiovascular, a su vez, actúan como un estimulante maravilloso para el cerebro.  Los investigadores han encontrado que el ejercicio físico aumenta el flujo sanguíneo al cerebro, lo cual ayuda a estimular la memoria, la concentración y a tomar decisiones ejecutivas. El utilizar y desafiar a su cuerpo obliga a su cerebro a despertar y a entrar en acción. Incluso algunas investigaciones sugieren que el ejercicio puede aumentar la plasticidad sináptica. En otras palabras, el ejercicio puede ayudar a su cerebro haciendo crecer más células cerebrales.

Algunos ejemplos de ejercicio cardiovascular son:

–          Caminar

–          Trotar

–          Andar en bicicleta

–          Nadar

–          Aerobics

–          Saltar la cuerda

Una sesión de ejercicio cardiovascular debe estar por compuesto por tres partes. Calentamiento, Cardio y Enfriamento.

Empezamos con calentamiento realizando la actividad de manera tranquila por espacio aproximado de 5 minutos, posteriormente se acelera el paso de manera que nuestro pulso cardiaco se eleve, para terminar se baja  el ritmo, similar al  del calentamiento.

 

La frecuencia recomendada para hacer  ejercicios cardiovasculares, es de 3 veces por semana en sesiones de 20 a 60 minutos.

Llamamos ejercicio de tipo aeróbico al ejercicio físico dinámico o de endurecimiento en el que se utilizan amplios grupos de músculos durante largos periodos de tiempo con una respiración libre, tomando oxígeno. Ejemplos serían la marcha, el ciclismo en carretera, la natación, etc. Los efectos beneficiosos son muchísimos.

Ejercitarse producirá nuevas neuronas en la zona del hipocampo, mejorará tu capacidad de aprendizaje y será un arma preventiva frente al Alzhéimer.

Si hasta ahora tenías la certeza de que ejercitarse era bueno para tonificar tus músculos, realzar tu figura, mantener tu salud cardiovascular, así como protegerte o frenar problemas metabólicos como la diabetes y practicar con regularidad algún deporte, los neurólogos te tienen una buena noticia: tus neuronas también están de fiesta, pues estos buenos hábitos mejoran tus conexiones neuronales, lo que se expresa en la capacidad de aprendizaje y el resguardo de la memoria.