¿Cómo tener un mejor autocontrol?

En psicología, el autocontrol es tomado como una pieza fundamental para la salud mental, física, psicológica y emocional de toda persona. Es una característica que está en aquellos que mantienen “en sus cabales”, por lo menos la mayoría del tiempo. El autocontrol es un comportamiento aprendido que requiere el desarrollo de habilidades tanto sociales como emocionales. Es más sencillo mantener el autocontrol cuando estamos en público, aunque algunas personas se dejan llevar a pesar de ello. Con el tiempo, perder el autocontrol en público se ha vuelto más común y como resultado, la mayoría de nosotros somos testigos de esas pérdidas de autocontrol, lo cual nos insensibiliza y hace que nos parezca normal y aceptable.

Muchos padres enfrentan dificultades para enseñar esta habilidad a sus hijos, ya que a ellos nunca se les enseñó de la manera adecuada. Ellos mismos fueron descubriendo cómo usar su autocontrol para evitar situaciones desagradables como palizas, insultos, encarcelamiento, etc. Es de esperarse que por ello no sepan cómo enseñar eficazmente esta habilidad de vida y sus hijos están creciendo sin él.

El estrés parece jugar un papel importante en cuanto a la intensidad y frecuencia con la que las personas pierden su autocontrol. Algunos problemas como, los trabajos exigentes, las preocupaciones financieras, enfermedades, dificultades de pareja, problemas familiares, entre otros, son principalmente los causantes del estrés para muchas personas.

Ya que no es socialmente apropiado golpear a un cliente, colega o empleado de alguna tienda, muchos de nosotros nos llevamos esa carga a casa. No lo hacemos a propósito, lo que pasa es que cuando llegamos a casa y no quitamos la cara pública, podemos bajar la guardia y liberar las emociones reprimidas así como nuestro comportamiento social.
Hay tres cosas a tener en cuenta si queremos tener éxito en el aprendizaje y la enseñanza de auto-control:

  • Tenemos que ser conscientes de nosotros mismos para que podamos reconocer las señales tempranas y tomar medidas antes de que ocurra una reacción perjudicial.
  • Debemos practicar nuevos comportamientos y crear nuevas pautas a seguir. En momentos de estrés solemos tomar el camino con el que estamos más familiarizados, repitiendo patrones.
  • Debemos desear verdaderamente tener  éxito. No basta con decir que deseamos poder auto controlarnos para que esto suceda. Tenemos que tener la fuerza para que nuestro lado optimista encare y sea más fuerte que nuestros pensamientos negativos.

Si entendemos y aceptamos estos tres puntos, entonces habrá un montón de cosas que podemos hacer para mantener nuestro control. Lo que hacemos de manera regular para lidiar con el estrés y los problemas en nuestra vida influirá en  la facilidad con la que perdemos el autocontrol.  Aquí están cinco ideas para ayudarte a hacer frente a estas preocupaciones:

Pensamiento positivo: Mediante el control de nuestros pensamientos podemos controlar nuestras acciones. Debes pensar en un par de frases simples que puedas recitar en silencio cuando sientas que estás perdiendo el control. Por ejemplo, frases como «Cálmate», «Estoy bien», «Relájate», «Yo puedo manejar esto», «No vale la pena pelear.» Debes permitir que tus sentimientos cambien  con estos pensamientos o seguirá siendo probable que se produzca una reacción excesiva.

Respiración: Nuestra respiración afecta en gran medida cómo nos sentimos. Al centrarte en la respiración y respirar profundamente, puedes ayudar a tu cuerpo a relajarse y tomar un momento para reorientar tus pensamientos.
Ejercicio: Cuando estamos bajo mucho estrés, el ejercicio puede ser una gran manera de echarlo fuera. El ejercicio no soluciona los problemas relacionados pero beneficia en gran medida la relajación, elemento necesario para un buen autocontrol.
Relajación: cuando nos sentimos bajo mucha presión, nuestra prioridad debe ser relajar el cuerpo y liberarnos de tensiones. Esto se puede hacer utilizando el yoga,  con técnicas de   respiración, o cualquier variedad de técnicas de relajación.
Conexión  con la naturaleza: Mucha gente logra reequilibrarse  al salir a caminar, sentarse debajo de un árbol, acariciando un perro, o mirando una pecera. La naturaleza tiene una tranquilidad que logra transferirse a nosotros si se lo permitimos. La madre naturaleza ofrece maravillosos ejemplos de vida  si somos capaces de encontrar el tiempo para descubrirlos.

En resumen, empieza a prestar atención a  tus sentimientos, pensamientos y comportamientos. El control de las emociones es algo muy distinto de su supresión. Significa comprenderlas y, luego, utilizar esta comprensión para transformar las situaciones en nuestro beneficio.Observa lo que puedes hacer para evitar que los sentimientos negativos se conviertan en una explosión personal. Cuanto más practiques, más fácil será el  dominio de ti mismo  e incluso puede llegar a ser ¡tan fácil como respirar!

Aprende a resolver tus problemas siendo más creativo

La creatividad de acuerdo a varias definiciones existentes es la capacidad de crear, de producir cosas nuevas y valiosas, es la capacidad de un cerebro para llegar a conclusiones nuevas y resolver problemas en una forma original.  Todos los seres humanos nacemos con el potencial creativo; la creatividad no es privilegio sólo de músicos, pintores, escritores o artistas, podemos ser creativos en todos los ámbitos de nuestras vidas. Los psicólogos cognitivos consideran a la creatividad como la habilidad para solucionar problemas de múltiples formas y se desarrolla desde edades muy tempranas.

Aprende a resolver tus problemas siendo más creativoLa actividad creativa debe ser intencionada y apuntar a un objetivo. En su materialización puede adoptar, entre otras, forma artística, literaria o científica, si bien, no es privativa de ningún área en particular. La creatividad es el principio básico para el mejoramiento de la inteligencia personal y del progreso de la sociedad y es también, una de las estrategias fundamentales de la evolución natural.Es un proceso que se desarrolla en el tiempo y que se caracteriza por la originalidad, por la adaptabilidad y por sus posibilidades de realización concreta.

Las soluciones son posibilidades.  Las soluciones son ideas.  Las soluciones a un problema responden a la pregunta: “¿Cómo es posible que consiga que X cosa suceda?” Éste es el deseado resultado final.  Lo que, idealmente, distingue a una persona de otra consiste es su capacidad para  hallar nuevas soluciones a los problemas.

La creatividad puede ser entendida como la manera en que  cada persona  procesa la información en la que se establecen una serie de nuevas conexiones que posibilitan el proceso creativo. Uno de los rasgos fundamentales de la creatividad es su utilidad. Y es que una idea genial no tendría valor si no pudiera llevarse a algún producto, invento u obra de arte; es también la capacidad de enlazar situaciones ajenas, como por ejemplo relacionar las estaciones con el movimiento de traslación de la Tierra alrededor del sol. Las personas no podemos escudarnos tras una falta de creatividad para encontrar soluciones a los problemas. Todos tenemos la capacidad de ser creativos. Aparte, la sociedad nos demanda ideas creativas.

La gente reconoce que tiene un problema, por que experimenta las consecuencias de una situación que percibe como “incómoda”, pero ese deseo de resolverlo de una manera impulsiva provoca en ocasiones que no sea capaz de definirlo exactamente o que lo defina de manera equivocada. Cualquiera que sea la forma en como se plantea un problema, ésta, definirá nuestro curso de acción, y si no nos detenemos un poco a reflexionar en este importante aspecto (su definición), correremos el riesgo de estar resolviendo problemas que en realidad no tenemos.
Algunos prácticos consejos que puedes aplicar para desarrollar tu creatividad son:

1. Curiosidad: mantener la curiosidad infantil durante toda la vida es parte del secreto de la creatividad. La curiosidad nos llevará a buscar respuestas y encontrar cosas ocultas para los que “no ven más allá”. La lectura de temas diversos  es una gran herramienta para ampliar tus conocimientos.

2. Pensamiento independiente: la diversidad es totalmente necesaria para ser creativo. Hay que buscar otros puntos de vista alejados del propio y así se verás el mundo de maneras totalmente novedosas.

3. Agudizar lo sentidos: observar, escuchar y estar a alerta es clave para cazar nuevas tendencias y capturar ideas simples pero útiles.

4. Aproveche la incertidumbre: la habilidad de proyectar seguridad en momentos de desconcierto es una cualidad necesaria en un líder pero también en todas aquellas personas que buscan resolver una problemática.

5. Equilibra la lógica y la imaginación: todo en su justa medida. No existe creatividad sin imaginación, pero también se necesita lógica para que permanezca real.

6. Equilibra cuerpo y mente: la creatividad es un ejercicio mental que se desarrollarás de manera más efectiva en un cuerpo sano. Como siempre se ha dicho “Mente  sana en cuerpo sano”.

7. Busca nuevas conexiones: aléjate  del pensamiento lineal y busca en todo el saber inspiración para el área en la que te desarrollas.

También ten en cuenta que Es recomendable que te tomes un respiro antes de llegar a la distracción total visible a través de síntomas tales como soñar despierto. Si decides seguir adelante sin pausa, es probable que estés forzando tu energía de reserva. Cualquiera de las dos decisiones (la de hacer pausas o no) llevadas al extremos pueden ser perjudiciales y afectar por ende tu proceso creativo durante horas de trabajo.

Haz a un lado el miedo al fracaso

El miedo al fracaso es uno de los miedos más comunes pero no por ello más fácil de vencer. El miedo al fracaso está estrechamente ligado con el miedo a las críticas y el miedo al rechazo. Sin embargo una característica notable de la gente exitosa es que han aprendido a superar este miedo. Recuerda, el miedo incapacita a las personas, les impide avanzar.

El fracaso no debería ser visto como trabajo echado a la basura, sino como una inversión de tiempo y esfuerzo que nos permite la retroalimentación. Las personas exitosas han aprendido a ver sus errores como resultados y consecuencias, no como una falla. No obstantes quienes aún no logran el éxito, insisten en ver los errores como algo permanente y personal.

La mayoría de las personas se limitan a sí mismas y por lo tanto la mayor parte de éstas no logran ni una pequeña fracción de todas las cosas que son capaces de lograr debido a ese temor casi irracional a fracasar. Yo jamás he oído sobre alguien que haya aprendido algo nuevo sin cometer un error. Y es que es un adagio bien conocido el hecho de que “se aprende de los errores”.

Físicamente el miedo es una conducta que te imposibilita a hacer algo que parece arriesgado. No importa si se trata d escribir tu primer libro, de pedirle al chico o chica que te gusta salir contigo o intentar crear tu propio negocio: la reacción de tu cerebro será la misma. Lo que tu cerebro piensa es “Esto no lo conozco. Es aterrador. Debería pensar mejor los posibles resultados negativos. ¡Mejor no me arriesgo!” por ende, antes de siquiera haber actuado ya estarás temeroso de realizarlo.

Lo que nuestro cerebro intenta es protegernos de algo que nos resulta nuevo. El miedo nos protege, por tanto nos está diciendo que hay algo que tenemos que “solucionar”, nos hace una advertencia para que trabajemos ese “algo” no resuelto, tenemos que escuchar nuestro cuerpo. No obstante el miedo al fracaso es el temor a la posibilidad de que algo salga mal.

Para poder hacer frente a este temor lo primero que debemos hacer es aceptarlo. Si no lo aceptamos, difícilmente podremos solucionarlo. Acepta que tienes miedo e intenta averiguar de dónde viene y que te está provocando para saber qué puedes hacer. Ten presente que normalmente no es una razón en particular, sino que puede ser una mezcla de ellas, así que tendrás que trabajar un poco más. Tales como:

  • Rechazo de las críticas
  • Desagrado a los errores
  • Expectativas que exigen mucho más de lo que puedes lograr.
  • Malas experiencias pasadas.
  • Creencias erróneas infundadas por experiencias ajenas.
  • Falta de confianza en uno mismo.

De acuerdo con los expertos en coaching, lo que debes cuestionarte para resolver estos temores son preguntas como:

  • ¿Qué necesito aprender para prepararme para ese momento?
  • ¿Tengo los recursos necesarios para emprender mi proyecto?
  • ¿Qué hay detrás de ese miedo y cómo lo puedo solucionar?
  • ¿Qué creencias tienes que revisar/cambiar para que no te limite?
  • ¿Qué habilidades y fortalezas tengo que me ayudarán a superar cualquier situación?
  • ¿Cuál es el siguiente paso que tengo que dar para acercarme a mi objetivo?
  • ¿Qué me detiene para tomar acción?

Los que hemos experimentado el fracaso más de una vez sabemos que es en nuestra mente donde se acumulan los miedos a no ser eficaces, a no tener suerte, a que ocurra algo imprevisto que haga que los resultados no sean buenos.

Por lo tanto, es de nuestra mente de donde tenemos que apartar esos miedos, tener la mente limpia para confiar en nuestras capacidades y disfrutar lo que hacemos como forma de ser felices y de agradecer a dios. Expulsar esos sentimientos y pensamientos de nuestra mente es el siguiente paso a tomar.

Si expulsamos el miedo, aunque las cosas no nos salgan del todo bien, ya no lo consideraremos un fracaso. Estaremos blindados. Será un episodio más, digno de repetirse. A veces te ayudará apoyarte en alguien, otras veces te ayudará la relajación, pero siempre tienes que pensar que tú puedes, que el miedo es sólo una mala pasada que te juega tu mente, y que tienes que tomar tus decisiones basándote en tu intuición.

Bloquea tus pensamientos negativos para que no te limiten.

¿Eres digno de confianza?

Existen muchas situaciones y experiencias en la vida en las que perdemos la habilidad para confiar en las personas. Puedo asegurarte que vivir sin la habilidad para confiar en otros puede ser bastante doloroso. La mayoría de las personas cree que al no confiar en los demás se están protegiendo a sí mismos de no ser lastimados, sin embargo esto es completamente lo contrario. Vivir sin poder confiar en ti mismo, ni en nadie ni nada puede ser realmente tormentoso.

Eres digno de confianzaLa confianza es uno de los emergentes posibles de creación cultural.Es un sentimiento, un comportamiento, una reacción o una función que facilita las relaciones. En las relaciones interpersonales la confianza mutua es completamente necesaria. De esta manera es posible crear conexiones emocionales sinceras, ya sea con un amigo o una pareja, compartiendo secretos, alegrías y penas… con la confianza, es como realmente nos damos a conocer, además de representar una forma de manifestar amor.

Pero ¿Qué características debemos tener para que la gente confíe en nosotros? ¿Cuáles son las características que debes buscar para saber si un persona es digna de confianza?

Por lo general, se confía en una persona:

 Siempre cumple lo que  promete. Así es como se demuestra la confiabilidad, así es como se gana la confianza de los demás. Prometer por salir del paso y no cumplir se convierte en un desagradable hábito que afecta negativamente las relaciones interpersonales, a veces, en forma irremediable. Lo anterior podemos observarlo en la relación familiar. Los niños hacen de sus padres un modelo a seguir; por naturaleza creen firmemente en lo que su papá o su mamá les promete, esperan confiadamente en que lo prometido se cumpla, trátese de un paseo, de un regalo, hasta en el obsequio de un dulce. ¿Pero qué pasa generalmente? Esas promesas se hicieron sólo para salir del paso, para calmar la insistencia del niño, pero no se cumplen, no se les da importancia y se ofrecen justificaciones o mentiras que el niño no entiende. Así, una tras otra promesa hecha al vuelo y no cumplida, acaban con la confianza. Lo mismo pasa con las promesas de fidelidad que cuando no se cumplen, afectan profundamente los sentimientos del amor y del respeto causando daños muchas veces irreparables. Ocurre lo mismo en cualquier circunstancia en la que se empeña la palabra y finalmente termina en la basura.

Es discreta.  Se gana la confianza de alguien en nosotros, cuando demostramos que sabemos guardar las confidencias que se nos hacen sin que tengan que decirnos: te  voy a confiar algo, pero “júrame que no se lo dices a nadie”. Porque hay personas que aun no terminan de escuchar el chisme o el comentario, cuando ya se les hace tarde soltarlo por todos lados. Una persona de confianza, es una persona discreta, que entiende la distinción de ser partícipe de una confidencia que muchas veces es un desahogo, un calmante, una necesidad de confiar en alguien.

 Por eso es también muy importante saber en quién podemos confiar cuando tenemos nosotros la necesidad de obtener alguna opinión, algún consejo, sabedores de que a quien lo trasmitimos, merece toda nuestra confianza porque sabemos que lo guardará celosamente.

Es puntual y responsable. Esto es claro: una gente puntual inspira confianza. Quien hace de la puntualidad un estilo de vida, un hábito, y respeta ese activo valioso de cualquier persona que es su tiempo, se gana la confianza de quienes lo conocen. Agrego el sentido de la urgencia, porque quien detecta a tiempo la urgencia propia de la gente también inspira confianza, irradia confianza.

 Existe empatía con esa persona. A través de la empatía, se detecta la importancia de acelerar el paso, de aminorar el tiempo para otorgar una solución, de expresar frases que ayuden a que una persona se dé cuenta de que se comprende su urgencia, de ponerse en los zapatos de quien nos está pidiendo un favor, un servicio, una palabra y necesita de una respuesta pronta,  para ganarnos la confianza y el respeto de los demás.

La confianza es lo que te hace auténtico, único ante ti y los demás, sincero y digno.

Pero ¿Cómo ser digno de confianza? la receta es fácil y corta: Cumple con tu palabra. Sea en al política, en los negocios o inclusive en la vida familiar, la integridad que influye en el grado de confianza de una persona es una cualidad que no puede ser negligente. Si careces de confiabilidad, si las personas que trabajan  contigo o conviven contigo o no confían en tu integridad, en lo que dices, o en la seguridad de las decisiones que tomas, ellas no confiarán en ti en mucho tiempo.

¿Cómo evitar estar a la defensiva todo el tiempo?

La manera en que hablamos  y escuchamos a los demás define en gran medida nuestras relaciones interpersonales, ya sea amistad, una relación íntima o incluso un matrimonio. Pero quizás uno de los escenarios en los que nuestra personalidad dificulta aún más la interacción con otra persona es en el matrimonio. Estoy segura de que muchas personas desearían mejorar sus habilidades de comunicación a fin de  llevar una mejor relación con su cónyuge.defensiva

El instinto de conservación, que lleva a un individuo a marcar con recelo su propio territorio, es el responsable en gran parte de los conflictos y malentendidos que se generan en la interacción con los demás. Al considerar el mundo un lugar hostil y amenazador, las relaciones se convierten automáticamente en un terreno peligroso donde los demás se ven más como rivales que como aliados.

Y es que, queramos o no aceptarlo, la intimidad con nuestra pareja se logra o no debido a nuestra capacidad para saber escuchar. Escuchar a la otra persona sabiendo que esta nos abre su corazón es algo que no deberíamos pasar por alto. El mejor regalo que podemos hacerle a nuestra pareja es el de permitirle ser escuchado.

El problema es que cuando las cosas se calientan y nos podemos a la defensiva, como quizás sucede la mayoría de las veces, – aún si no queremos hacerlo de manera consciente -. Pareciera que somos muy buenos para percatarnos cuando alguien más se pone a la defensiva, pero no resulta igual de sencillo cuando se trata de nosotros. Una vez que nos ponemos a la defensiva somos incapaces de ver ambos lados de la información o peor aún, imposibilitamos todo intento de comunicación.

Ponerse a la defensiva es un estado casi universal y es una actitud “archi enemiga” de la escucha, por ende, es imposible que logremos comprender los motivos, puntos de vista o anhelos de nuestra pareja. Para deshacernos de esta actitud defensiva que tanto daño hace a nuestras relaciones debemos:

  1. Identificarla. Estar a la defensiva es  un estado que se activa casi automáticamente cuando nuestro cónyuge nos dice “debemos hablar”. A partir de ahí, todo lo que la otra persona nos diga será respondido con una serie de “peros” o evasivas. Cuando estamos a la defensiva,  todo lo que escuchamos de la otra persona suena como exageraciones o quejas distorsionadas de parte de nuestra pareja, por lo que solemos insistir en refutarlas como errores e insistir en que la otra parte está equivocada. Si logras percatarte de esta actitud defensiva, seguramente podrás evitar caer en la misma con tanta facilidad.
  2. Respira. Si nos ponemos a la defensiva es porque nuestro cuerpo creer que está en peligro o siendo atacado. Nuestro sistema nervioso es el que se encarga de ponernos nerviosos o en guardia, haciendo que nuestro cerebro no pueda prestar atención o recibir nueva información. Es por ello que para no tomar esta actitud debemos aprender a tranquilizarnos. Intenta respirar profundamente y exhalar pausadamente.
  3. No interrumpas. Si logras escuchar a la otra persona sin interrumpir, es una buena señal de que has logrado tranquilizarte.
  4.  No escuches cuando no puedas. Obligarte a ti mismo a escuchar cando no estás en condiciones para ello puede hacer más daño que bien. Dile a tu pareja que realmente quieres tener la conversación que te pide, que reconoces la importancia de la misma pero que no te sientes en condiciones de tenerla en ese momento.
  5. Pide detalles. Esto ayudará a que el punto de tu pareja quede mucho más claro y le dará la certeza de que estás intentando entenderle. Debes tener presente que el pedir detalles de cuándo o cómo sucedió X evento no es con el afán de crear un círculo de acusaciones y refutaciones. No eres un abogado que deba defender a su cliente ante un juez, solo escucha e intenta comprender.
  6. Discúlpate cuando sea necesario. Casi siempre que atravesamos una situación difícil o un malentendido con nuestra pareja es precisa una disculpa. No tienes que arrodillarte y pedir clemencia, pero basta con que tu pareja se percate de que es de corazón, que eres capaz de tomar responsabilidad por tus actos y decisiones y que no solamente estas evadiéndole.

Recuerda que es importante  reflexionar sobre nuestro comportamiento defensivo, sin justificarnos, de forma objetiva y realista, para descubrir qué lo origina y si a través de él podemos realmente solucionar o aclarar el conflicto que enfrentamos, porque, quizás, pudiéramos agravarlo con nuestra reacción y actitud. Mientras tengamos una disculpa para actuar como lo hacemos no cambiaremos nuestro comportamiento y, lo más grave, no evitaremos que vuelva a repetirse.