Día a día ¿buscas ingeniártelas para hacer frente al ritmo acelerado de tu vida? ¿A menudo te sientes estresado, frustrado y cansado? No es algo para sorprenderse y tampoco eres el único. La vida de hoy en día puede llegar a ser tan trepidante y frenética que a menudo más y más personas experimentan episodios regulares de estrés crónico. Ya sea por estrés laboral o familiar u otro tipo de situaciones, todos y cada uno de nosotros tiene que lidiar con el estrés en nuestras vidas.
La mala noticia es que es imposible eliminar por completo la tensión en nuestras vidas, ya que cualquier cosa puede desencadenar el estrés y hay muchos otros factores en nuestra vida que nos hacen sentir estresados. La buena noticia es que podemos aprender a lidiar mejor con el estrés y a manejarlo de manera más eficaz.
De hecho, aprender a lidiar con el estrés y ajustar la manera en que reaccionamos ante el mismo es de suma importancia ya que así podemos evitar el efecto perjudicial en nuestro estado mental que a su vez puede afectar nuestro bienestar físico. Si no aprendemos a aplicar simples técnicas para el manejo del estrés, podríamos estar permitiendo alteraciones en nuestro cuerpo, tales como aumento de la presión arterial, problemas cardiacos, trastornos alimenticios e incluso otras condiciones físicas vinculados a los mismos, como la diabetes y el insomnio. De ahí que sea tan importante buscar algún medio para manejar el estrés. No permitas que el estrés se maximice y afecte tu bienestar general. Las siguientes son algunas pautas que puedes poner en práctica a fin de mejorar y manejar el estrés.
Comienza identificando las causas de tu estrés. ¿tiendes a preocuparte por casi todo, todo el tiempo? Esta es una de las causas más comunes de estrés y la mayoría de las personas lo ven como algo normal a lo que terminan acostumbrándose. Podemos comprobar que existen innumerables agentes externos e internos capaces de producir un impacto en nuestro sistema nerviosos y hormonal. Debes identificar qué puntos dentro de tu entorno son los que te causan el estrés, puede ser el ritmo de trabajo constante que puedes solventar descansando 10 minutos cada hora o un vecino o compañero de trabajo que te resulta desagradable que puedes solventar hablando seria y diplomáticamente con él.
Todo lo que te causa estrés tiene solución pero no se detendrá si no identificas ese punto y lo eliminas o cambias para que no siga produciéndote estrés.
Cada vez que comiences a sentirse estresado, intenta hacer un balance y pregúntate qué es lo que te hace sentir de esta manera. Puede que termines dándote cuenta que lo que te hace sentirse estresado y agobiado, puede ser algo trivial que podrías evitar o minimizar. Realmente es necesario que te tomes un tiempo para identificar lo que te provoca estrés y ansiedad puesto que la comprensión de esto es el primer paso para una eficaz gestión del estrés.
Priorizar labores: Reflexionar por un momento qué tareas se debe realizar con mayor urgencia y cuáles son de mayor importancia, para de esa manera poder organizar nuestra agenda. Es fácil sentirse abrumado cuando pasan demasiadas cosas al mismo tiempo y uno no sabe por dónde empezar a resolver sus problemas. Es imprescindible aprender a priorizar los temas en danza para, luego, encarar las cosas de a una por vez. Poco a poco, las cosas empezarán a acomodarse
Relajate. Es importante saber “poner el freno” en nuestras situaciones diarias. No hacer todo de forma apresurada y no alterarse si en un comienzo no se ven resultados.
Pide ayuda. No todo lo puede hacer uno solo. El trabajo se hace más llevadero y sencillo si se comparten las tareas y se pide consejos a los compañeros. Aún sin hablar específicamente del problema, estar con alguien con quien uno se siente cómodo es, sin lugar a dudas, una buena idea. Haz un esfuerzo para delegar y pedir ayuda siempre que sea necesario. Como seres humanos todos tenemos limitaciones, por lo que es imposible tener la capacidad para saber y hacer todo. No quieras abarcar más de lo que te es posible.
Establece un estilo de vida sano: haz ejercicio, aliméntate sanamente, duerme lo que necesitas para descansar (recuerda que la calidad de sueño es más importante que la cantidad), etc. Recuerda que si el estrés es muy intenso o te ha durado por un largo tiempo y no lo has podido manejar, siempre es recomendable consultar a un especialista.