Recurrentemente, las críticas y las quejas que tenemos de los demás no son más que mentiras sobre sus habilidades o su desempeño. Son como pequeñas pedradas hacia el autoestima ajeno. Seriamos capaces de vivir en un mundo sin quejas.
Podríamos considerar las críticas y las quejas como un tipo de abuso verbal hacia los demás. En muchas ocasiones no hacemos esto por que pretendamos atacar a los demás de manera consciente, sino como un reflejo de los sentimientos de inferioridad o frustración que experimentamos y se manifiesta en quejas o críticas negativas.
Lo cierto es que muchas personas necesitan analizar a consciencia sus propias acciones antes de señalar o criticar las acciones de los demás o bien antes de quejarse sobre cuestiones que no comprenden por completo. Cuando una persona critica en nuestra presencia a un tercero, nos vemos identificados con la persona criticada, nos molesta. También pensamos que esta actitud prepotente del crítico no nos librará de críticas a nosotros con otras personas.