¿Por qué es necesario que ser felices en el trabajo?

Recientes investigaciones arrojan que los empleados felices son más productivos que aquellos que trabajan  bajo mucha presión. Además, estos mismos estudios revelan que los empleados que se sentían más satisfechos con sus trabajos estaban hasta un cincuenta por ciento más motivados y conformes con su desempeño. Algo que tienen en común todas las grandes compañías es la exigencia de que sus empleados sean cada vez más productivos. Y por ende, todas estas personas que dirigen a los trabajadores intentan conseguir la manera para lograr que la productividad de los   empleados sea la deseada. Sin embargo, a pesar de los incentivos o las remuneraciones económicas, quizás un pequeño factor que se les pasa por alto es el de incluir felicidad en sus espacios laborales.

Por qué es necesario que ser felices en el trabajo¿Tiene un poco de sentido, no lo crees? La felicidad no es algo que pueda enviarse en forma de memo o email, mucho menos puede colocarlo en un gran afiche en la pared para que simplemente los empleados lo pongan en práctica.  La felicidad tampoco puede ocurrir de la noche a la mañana aunque le envíes a un empleado una nota o le des un ultimátum.

Los jefes casi siempre quieren promover un ambiente de trabajo más adecuado, más feliz; intentan crear grupos de trabajo más armoniosos, felicitan a quienes hacen bien su trabajo, motivan a los demás a través de conversaciones y charlas que realizan con ese objetivo, etc. La pregunta es ¿Todo esto que hacen en realidad le hace bien al empleado y lo hace más feliz? O ¿tan solo incrementa la presión por las expectativas que tanto su jefe como sus compañeros de trabajo  tienen de él?  Yo me decanto más por la segunda opción.

Según el experto en psicología Richard  Boyatzis, profesor universitario de Psicología y Ciencia Cognitiva de Caracas,  hay evidencia neurológica sólida que apoya la teoría de que activar nuestros sistemas parasimpáticos (a través de actividades físicas o de ocio regulares) aviva la compasión y creatividad. Sin embargo, sus estudios revelan que la tensión por el contrario, afecta a una persona cognitiva, perceptual y emocional. Es decir, que quienes están bajo presión y estrés en el trabajo, no pueden pasar más allá de eso y por ende, su productividad es menor.

Si bien es necesaria cierta cantidad de estrés para funcionar y adaptarnos, demasiado estrés puede causarnos que el cuerpo se defienda y lo bloquee; tenemos que involucrar a tu sistema  nervioso para simpático para poder cambiar el flujo hormonal. Además, el estado de ánimo y la positivad pueden ser “infecciosas” por decirlo de alguna manera.

La evidencia muestra que la positividad aumenta cuando a los trabajadores se les da mayor flexibilidad en sus papeles y más equilibrio vida-trabajo, mientras que la mala administración y el abuso  en el trabajo pueden tener un efecto dañino en la salud física y mental de los empleados, según un reporte sobre bienestar y éxito producido por el Foro Económico Mundial.

La positividad y el sentido del humor son los mejores aliados en el puesto de trabajo. Tomarse las cosas con alegría y aprender a reírse de uno mismo e incluso de nuestros errores puede ser de gran utilidad para lograr la felicidad en el trabajo.

Una de las fuentes de malestar en el puesto de trabajo suelen ser los jefes, bien porque se mantiene una mala relación con ellos o bien por el trato a sus trabajadores, entre otros motivos. En muchas ocasiones, la solución a su problema puede estar en hablar con él sobre este problema y plantearle su malestar.

Ni todas las personas somos iguales, ni todas las plantillas lo son. Hay empresas que llevan trabajando aspectos que afectan directamente a la felicidad de las personas desde hace tiempo y empresas que apenas han dado unos pasos. Pero hay elementos comunes que se repiten como son el reconocimiento, el sentimiento de crecer y desarrollarse dentro de la empresa o tener y ser capaz de crear un buen ambiente laboral, entre otros.

La felicidad depende principalmente de la persona más que de cualquier otro elemento externo. La cultura nos influye pero mucho menos de lo que puede parecer. La decisión de sentirse más o menos pleno con la labor que realizamos día a día tiene más que ver con nosotros mismos.

Aprendiendo a establecer metas

El establecimiento de metas consiste en la planeación  de dónde o qué queremos estar haciendo a futuro. Para lograr establecer una meta o tener un plan, primero debemos haber visualizado algún tipo de sueño o deseo que queremos hacer realidad. Este sueño puede ser algo tan anhelado como tener una exitosa relación de pareja, adquirir una casa o incluso el ascenso a un mejor puesto de trabajo.

Aprendiendo a establecer metasLo primero que debes hacer para establecer tus metas es decidir aquellas que realmente desees realizar. ¿Cuál de ellas cambiará tu vida si la consigues? ¿Qué es lo que verdaderamente necesitas? ¿Qué meta te hará sentir  feliz y realizado si la logras?

La visualización te ayudará a decidir qué es lo que verdaderamente quieres. Es muy fácil de llevar a la práctica, basta con que busques un lugar tranquilo en el que nadie te interrumpa y te sientes a imaginar todo eso que deseas para el futuro.  Luego de haber visualizado tus sueños,  las metas que establecerás deben tener como propósito conducirte hacia esos sueños.

Por ejemplo, si tu meta es trabajar en una embajada,  tu primer objetivo será estudiar ciencias políticas, aprender más de dos idiomas y desarrollar tus habilidades de comunicación. Cada meta  por sí sola no te llevara a ocupar ese puesto, sino que el logro de todas – organizadas previamente en un plan bien elaborado – estas es lo que lo hará.

Algunos de los aspectos que debes considerar antes de fijarte una meta es que:

–         Las metas deben ser un reto posible de lograr: Por ejemplo, si tu meta es estar en forma para finales de año, debes comenzar a perder peso gradualmente. Si decides que perderás un kilo cada semana, debes asegurarte de que eso sea posible – a través de una dieta balanceada, haciendo ejercicio, etc. 1 kilo es una cifra posible, pero en cambio, si te proponer perder 20 kilos, se vuelve una meta inalcanzable y el no concretarla te haría sentir deprimido y sin ganas de seguir intentándolo. Por el contrario, si gradualmente pierdes un kilo a la semana, te sentirás motivado, puesto que los resultados son palpables y tu aproximación a tu meta es cada vez menor. La meta que te fijes, sea cual sea, debe ser medible. También deben ser un reto que te motive lo suficiente y que el logro del mismo impida que te rindas y dejes atrás esa meta.

–         Las metas deben tener un límite: Para establecer una meta, debes fijar un límite del tiempo para el mismo. No estoy diciendo que debas lograrlo en un día o dos, pero tampoco vas a vivir cien años. El tiempo apremia y de fijar un límite de tiempo para tus metas, puedes terminar perdiendo la motivación o terminar desechando la idea ante la falta de resultados.

–         Las metas deben ser medibles: Supongamos que decides que “quieres ser bueno en inglés”. Pero, ¿a qué te refieres con ser bueno? Esa no es una meta muy clara. En cambio, si tomas clases de inglés y pasas tus exámenes, estarás consciente de cuál es tu nivel, cuáles son tus fortalezas y tus debilidades. Siguiendo la misma línea, supongamos que continuas aprobando los  siguientes niveles en el curso, a medida que apruebas cada uno de ellos, seguirás avanzando hacia el termino de esa meta. Cada nivel del curso tiene sus propias evaluaciones, cada nivel tiene una nota y así sucesivamente hasta que presentes el examen final con el que certificarás tu nivel de inglés. Ese ejemplo, muestra la manera en que está seccionada una meta. De igual forma puedes aplicarlo con  un negocio, en el que estimes la cantidad de ganancias para un mes, un semestre, un año etc. El que una meta sea mediable te ayuda no solo a lograr dicha meta sino a conseguir  objetivos específicos.

–          Las metas pueden ser a largo o corto plazo: Es normal encontrarnos con personas que se fijan metas a largo plazo y por lo general terminan lográndolas en mayor porcentaje que aquellas que se fijan metas a corto plazo y terminas frustradas o decepcionadas. Debes tener en cuenta que la planeación a largo plazo puede aumentar tus posibilidades de lograr una meta concreta y puede ayudarte a recompensar tanto el tiempo o el dinero invertido.

Por último, pero no por ello menos importante, debes tener presente que un elemento indispensable para lograr una meta es la auto disciplina. La cual te permitirá anteponer tu meta ante cualquier distracción o entretenimiento momentáneo que pudiera entorpecer el logro de la misma.

¿Cuáles son los beneficios de la lectura para el cerebro?

La lectura es una de las vías de acceso al conocimiento pero además es una actividad que se encuentra implicada en la mayoría de actividades de nuestra vida cotidiana. La lectura implica la participación activa de la mente y contribuye al desarrollo de la imaginación, la creatividad, enriquece el vocabulario como la expresión oral y escrita.

Por lo general, cuando nos decidimos a iniciar el camino de la superación persona, comenzamos informándonos en internet. Pero no solo las páginas de auto-ayuda, los foros o los blogs lograrán ayudarte en tu cometido. La literatura es y siempre será un gran aliado también. Desde el punto de vista psicológico ayuda a comprender mejor el mundo como a nosotros mismos, facilita las relaciones interpersonales, su desarrollo afectivo, moral y espiritual y en consecuencia, la capacidad para construir un mundo más justo y más humano.

La lectura no solo proporciona información, sino que  nos educa y ayuda  creando hábitos de reflexión, análisis, esfuerzo y  concentración. Es bien sabido que la lectura nos ayuda a mejorar nuestro vocabulario, pero también nos ayuda mejorar nuestra personalidad. La relación entre la lectura y el desarrollo personal puede analizarse a través de los siguientes beneficios:

Facilita las decisiones.  A menudo sucede que mientras estamos inmersos en la lectura solemos encontrar solución a algún problema o a alguna decisión importante. Esto sucede debido a que cuando leemos, nuestra mente se tranquiliza, permitiéndonos ver las situaciones desde un punto de vista más objetivo.

Tranquiliza.  Sin importar el género del libro que estés leyendo, desde ciencia ficción hasta un libro de memorias históricas, la lectura ayuda a calmar los nervios y a olvidarte de tus problemas personales momentáneamente. A veces cuando nos sentimos solos o estamos mal y queremos distraernos, no hay mejor acompañante que un buen libro con el que puedes olvidarte por un rato de todo y disfrutar de una buena lectura la cual te puede ayudar a ordenar tus ideas y reflexionar de una manera tranquila y relajante.

 Favorece el desarrollo profesional. La lectura nos permite aprender cualquier materia desde física cuántica hasta matemática financiera. No hay especialidad profesional en la que no se requiera de una práctica lectora que actualice constantemente los conocimientos para hacernos más competentes día a día.

Inspira. ¿Alguna vez has estado leyendo un libro en el que alguno de los personajes realiza una gran hazaña y tú desearías poder hacer lo mismo? Todos esos sentimientos de pasión, amor, amabilidad y demás sentimientos positivos con los que los autores impregnan las páginas de sus libros tienden a tener efecto en tu sub consciente. Pero recuerda, solo los pensamientos positivos tienen valor.

Te mantiene sano. La lectura mantiene el cerebro activo y previene la degeneración cognitiva, convirtiéndose en una gran aliada para evitar enfermedades como el Alzheimer o la demencia senil, por ello se ha demostrado que las personas que leen tienen más neuronas y materia gris en sus cerebros que las personas que no leen.

Favorece tu desarrollo. Sí, la lectura por sí mismo fomenta el desarrollo personal. Así como un autor desarrolla sus habilidades a través de la escritura, tu también puedes hacerlo mientras lees y te empapas de nuevos conocimientos e ideas. Luego de leer un buen libro podrías tener la inspiración o la idea de algo en lo que podrás utilizar tus habilidades y desarrollar aún más las mismas.

Amplia tu bagaje cultural. La lectura aumenta el bagaje cultural; proporciona información, conocimientos. Cuando se lee se aprende. Además, es una herramienta extraordinaria de trabajo intelectual ya que pone en acción las funciones mentales agilizando la inteligencia. Por eso tiene relación con el rendimiento escolar y laboral.

Maximiza tu confianza. Así como la lectura te ayuda a aprender nuevas cosas, tanto del mundo como de ti mismo, también te ayudará a ser más seguro. Al ser una persona más culta, con un mayor entendimiento de las cosas, experimentarás la seguridad que el conocimiento generará.

Recuerda que la lectura es un vínculo entre tu yo interior y el mundo a tu alrededor. Al leer   vamos descubriendo diferentes formas de expresarnos, como por ejemplo un poema o una canción, donde damos a conocer nuestros ideales y puntos de vista de una forma más comprensiva para los demás, nos ayuda a aprender a decir las cosas con nuevas palabras.

Postergación: otra forma de auto sabotearte

 La procrastinación  o dilación es la acción o hábito de postergar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes y agradables. Pero  ¿Sabes cuál es la principal  causa por la que la gente posterga las cosas?

Postergación otra forma de auto sabotearteEl miedo. El temor  a lo desconocido, lo que podría suceder en el futuro o en algún día o no, sin embargo, millones de personas aplazan lo que puedes y debes hacer hoy, con la esperanza de que la tarea será hecha o la situación a la que teme solo va a desaparecer por sí misma o alguna oportunidad todavía estará allí en el futuro, cuando esté listo.

Muchos de nosotros empezamos el día, llenos de buenas intenciones y por la noche nos damos cuenta de que hemos hecho la mitad de lo que habíamos pensado… o bien hacemos una lista con Metas…por alguna razón u otra empezamos el primer día y al segundo… ya no encontramos el momento para continuar. ¿ Té ha pasado alguna vez?

He oído decir que la dilación o procastinación  es el peor ladrón de todos los tiempos. En estos días, el tiempo es un bien bastante escaso cuya pérdida puede ser realmente perjudicial. La procastinación o dilación  no es un simple aplazamiento, ni es negarse a hacer una cosa. Es, sin duda, desidia, pero una desidia acompañada de complejas tácticas dilatorias. El procastinador toma la firme decisión de hacer una cosa mañana, decisión que volverá a ser aplazada con la misma resolución al día siguiente. El procastinador suele ser un postergador raciocinante, que se da argumentos muy convincentes- para él- que le aconsejan aplazar la acción.

Casi todo el mundo atraviesa una batalla constante tratando de encontrar la manera de cómo dejar de postergar las cosas a fin de cambiar la forma en que manejamos nuestras vidas por una manera en la que se supone que deberíamos conducirnos. La dilación es tan común en todo el mundo en estos días, ya seas un estudiante, una ama de casa o el parte del personal del mundo corporativo. No importa quién seas, porque la dilación forma parte de todo lo que haces.

La dilación pareciera un hábito difícil de romper.  El resultado de procrastinación puede resultar en; oportunidades perdidas, horarios laborables largos, estrés et c. Tender a posponer cosas al último momento puede convertirse en un hábito difícil de romper.

Toda solución para dejar de procrastinar pasa por, simplemente, ponerse a la tarea que deseamos/debemos realizar. Sin embargo, en muchas ocasiones (y por muchas razones), el problema consiste no en comenzar, sino en continuar. Empezamos algo y lo dejamos a medias, distraídos por quien sabe qué.

La postergación, entendida como el retraso en comenzar una tarea o proyecto es uno de los peores enemigos del bienestar del ser humano. Aunque la postergación suele calificarse como una práctica cultural de los Latinoamericanos, también se observa entre los Norteamericanos, Alemanes y Japoneses, aunque con matices e intensidades diferentes.

 El aspecto crítico de la postergación se relaciona con las consecuencias del acto de postergar. Retrasar un día más la fecha límite para dejar de comerse las uñas, empezar a hacer ejercicio, reducir el consumo de alimentos, administrar mejor nuestro tiempo o escribir el trabajo de grado, no tiene impacto significativo sobre el comportamiento que deseamos modificar.

Por otra parte, gran parte de nuestro repertorio de comportamiento está gobernado por reglas. Una regla es una descripción de una contingencia conductual. Un ejemplo de este tipo de reglas sería: “Si tocas la hornilla caliente te quemarás”. La mayoría de los humanos con adecuado repertorio verbal cumplirían con la regla sin mayor dificultad. Esta regla describe un resultado que es inmediato, probable e intenso. Sin embargo a la mayoría de nosotros se nos hace muy difícil seguir reglas que describen resultados improbables. “Si usas el preservativo, disminuyes el riesgo de contagio”; “Si usas el casco de seguridad, proteges mejor tu cabeza en caso de accidente”. También se nos hace difícil seguir reglas que describen resultados acumulativos “Si comes chocolates, eventualmente engordarás”; “Si escribes una página de la tesis cada día, eventualmente la terminarás”. Siempre se puede postergar para más tarde él dejar de comer chocolates o dejar de fumar.

Siempre podemos diferir para mañana o para otra ocasión, el uso del preservativo, del casco de seguridad o escribir una página de la tesis. Como los resultados que se describen son improbables o de efectos inmediatos débiles, la postergación siempre aparece como la elección de menor esfuerzo.

¿Por qué es tan importante estar al tanto del estrés?

El estrés es algo de lo que hoy en día todos hablan,  sin embargo es algo muy difícil de definir. Solamente una cosa es segura. El estrés  es un componente normal de la vida en ciertas situaciones y en este sentido no se puede evitar, si se puede lidiar con él y evitar sus consecuencias negativas para la salud.

Por qué es tan importante estar al tanto del estrésNo todas las personas reaccionan de la misma manera ante las situaciones estresantes, y esto en parte responde a la parte final de tu pregunta; una situación de estrés debe ser considerada como tal por la persona. Podemos en nuestra vida cotidiana practicar una mirada más práctica y relajada frente a los problemas que se van presentando, intentando lidiar con ellos uno a uno, situando nuestra atención más en el presente (se ha probado que algo tan simple con enfocar por unos minutos la atención en la respiración tiene marcados efectos en la reducción del estrés) que en las fantasías sobre lo «terrible» que será el futuro frente a la situación estresante en cuestión, hábito muy común que no hace más que agravar los problemas y nos expone a todos los síntomas y dificultades antes descritas.

Los desastres y la tensión prolongada pueden incrementar la producción de las hormonas que preparan al cuerpo para «luchar o huir» y que alteran la presión sanguínea, el nivel de glucosa en la sangre y otros aspectos en un contexto tal que eleva la posibilidad de tener problemas cardiacos, según los médicos.Profesionales de la medicina aseguran que el estrés permanente tiene una fuerte incidencia en el corazón y puede provocar daños musculares. Es por eso que el manejo de las emociones ante situaciones conflictivas se ha transformado en un consejo frecuente entre los especialistas, debido a que el estrés constante afecta a nuestra salud en términos generales.

Durante las situaciones de estrés, el corazón se expone a altas dosis de adrenalina, lo cual hace que trabaje en “sobre marcha” y se pierda el equilibrio cardiovascular. El estrés, además, aumenta la viscosidad de la sangre y la agregabilidad plaquetaria, lo que hace que las arterias se compriman. Estas descargas de adrenalina pueden venir como consecuencia de la pérdida de un ser querido, pérdida del hogar, del trabajo, compromisos económicos, situaciones difíciles, divorcios, problemas laborales, entre otros.

Los accidentes cardiovasculares ocurren como consecuencia de la sumatoria de factores de riesgo (tabaquismo, la hipertensión arterial, el sedentarismo, la obesidad y los trastornos de los lípidos (triglicéridos y colesterol)), los cuales incluyen a la hipertensión arterial como contribuyente principal. Al controlar la hipertensión arterial, se disminuye en 50% el riesgo de sufrir insuficiencia cardíaca, y en 35% el riesgo de padecer enfermedades cerebrovasculares.

Además de los factores alimenticios, cuando se genera una situación estresante el hígado se inflama y libera colesterol malo o LDL y triglicéridos. En cuanto a la relación entre la presión arterial y el estrés, este último induciría alteraciones renales disminuyendo la excreción y reabsorción de sodio, y modificaría la regulación nerviosa cardiovascular.

Ante un posible cuadro de estrés, es aconsejable hacer una revisión médica, ya que si antes se diagnostica estos problemas, antes se podrá poner en funcionamiento un proceso para evitar llegar a malos extremos. Y es que hay que tener sumo cuidado con esto, ya que en el ámbito muscular, puede llegar a dañarse de tal manera que se produzcan discapacidades.

Las actividades físicamente relajantes contrarrestan tanto los aspectos físicos y los emocionales del estrés. Mediante la relajación puedes reducir tanto la tensión muscular, como la ansiedad. La relajación también es muy útil para controlar el dolor. Combinar el descanso con un procedimiento de relajación o de meditación puede ser una manera aún más efectiva para reducir el estrés. La capacidad para enfrentarse al estrés es muy distinta según las personas, en función de su entorno personal y familiar. Comienza identificando las causas de tu estrés. ¿Tiendes a preocuparte por casi todo, todo el tiempo? Esta es una de las causas más comunes de estrés y la mayoría de las personas lo ven como algo normal a lo que terminan acostumbrándose.  Podemos comprobar que existen innumerables agentes externos e internos capaces de producir un impacto en nuestro sistema nervioso y hormonal.  Debes identificar qué puntos dentro de tu entorno son los que te causan el estrés, puede ser el ritmo de trabajo constante que puedes solventar descansando 10 minutos cada hora o un vecino o compañero de trabajo  que te resulta desagradable que puedes solventar hablando seria y diplomáticamente con él.