¿Cómo visualizar una mejor imagen de ti mismo?

Mejorar la imagen que se tiene de uno mismo ciertamente puede llegar a parecer todo un reto. ¿Cómo es posible que nos deshagamos de años de pensamientos negativos sobre nosotros mismos que nos has  convencido de no ser lo suficientemente delgados, lo suficientemente inteligentes o lo suficientemente ricos para X cosa? ¿Cómo podemos revertir estas creencias debido a las que creemos que no contamos con las características o habilidades necesarias para resultar exitosos? Bueno, puesto todo esto se logra cambiando – literalmente – lo que pensamos de nosotros mismos.

imagen de uno mismoPero ¿Exactamente de dónde viene ésta auto imagen tan negativa? De ningún otro lugar más que de nuestro subconsciente ya que este cree lo que nosotros decimos. Este tipo de pensamientos comienzan a desarrollarse especialmente durante nuestros años de formación donde se nos pudieron haber inculcado pensamientos erróneos sobre nosotros mismos. Seguramente estás de acuerdo conmigo cuando te digo que durante los años de escuela solemos desarrollar mucha presión. Durante esta época probablemente tú también te sentías observado, juzgado constantemente por la manera en que te vestías, por la manera en que te comportabas y claro, hasta por las notas y en rendimiento académico que tenías en comparación a los demás. Si a esto le sumamos las críticas de nuestros padres y profesores, – quienes a menudo suelen tener una idea erróneo de lo que es el éxito y terminan apegándose a ideas poco realistas –  resultará mucho más sencillo comprender porque a estas alturas nos sentimos como si no fuéramos lo suficientemente buenos para algo.

 Pero este tipo de opiniones que engendraron un reforzamiento negativo no se detiene ahí. Lo que comienza como una opinión ajena, una influencia externa entonces se convierte en una interna y poco a poco comenzamos a creer que si a menudo se nos repite que no somos lo suficientemente buenos para esto o aquello, algo o mucho de razón deben de tener. Terminamos diciéndonos mentalmente que somos tontos, estúpidos, ineptos o inútiles, que somos un total fracaso. Nos recriminamos por no ser lo suficientemente buenos para la escuela, para el trabajo o para nuestra pareja. Nos recriminamos por no ser suficientemente fuertes, bien parecidos o exitosos.

Con el tiempo, todos estos pensamientos terminan engendrando una auto imagen bastante negativa que nos dificulta aún más la tarea de cambiar y por ende, se vuelve una especie de mal hábito del que nos será difícil deshacernos. Difícil, pero no imposible. Hoy en día existen herramientas que nos pueden ayudar a deshacernos de esa auto imagen y construir otra que nutra tu autoestima. Una de estas herramientas es la visualización creativa. La visualización creativa es la técnica de utilizar la propia imaginación para crear lo que se desea en la vida.

La visualización creativa no es más que nuestra imaginación aplicada a cualquier objetivo que deseemos lograr. Es como cuando soñamos despiertos: nos imaginamos o nos proyectamos en un lugar en el que deseamos estar, por ejemplo, en la montaña, en la playa, en otro país… O cuando nos anticipamos mentalmente a una situación, por ejemplo, cuando tenemos que hacer una presentación en el trabajo, o vender algo y nos imaginamos haciéndolo antes de que realmente suceda.

La visualización creativa puede ser vista como un proceso a través del cual podemos reemplazar nuestras  creencias negativas con otras que sean positivas. Este proceso  no ocurre de la noche a la mañana pero desarrollar una imagen negativa de nosotros mismos tampoco fue algo que sucediera en un solo día. La clave de la visualización creativa es mantener una práctica continua. La meta de la visualización creativa será prevenir que nuevos pensamientos negativos entren a nuestro subconsciente al mismo tiempo en que intentamos eliminar aquellos pensamientos negativos que ya están presentes.

 Practicar la visualización creativa es algo simple. Primero que nada, debes encontrar un lugar tranquilo y seguro en el que te puedas sentar o acostar durante un periodo ininterrumpido de tiempo. Puedes incluso crear un ambiente mucho más agradable mediante luches tenues, velas, incienso o incluso música suave.

Después necesitarás respirar lenta y profundamente durante varios minutos a fin de deshacerte del estrés que puedas sentir en tu mente y cuerpo. Cierra los ojos y visualiza al “tu” que existe muy en tu interior. Obsérvate a ti mismo como un ser fuerte, hermoso, lleno de energía, de amor, de bondad y felicidad. Intenta observar con mayor detenimiento los detalles que te hacen ser quien eres. Tus virtudes y destrezas. No permitas que los pensamientos negativos interrumpan este ejercicio y concéntrate en esto que estás viendo mentalmente para ignorar eventualmente los negativos.

Tómate el tiempo que consideres necesario para realizar esta práctica y procura hacerla al menos una vez al día, preferentemente dos veces por día siempre a la misma hora. No solo bastará con esta visualización creativo, sino que también debes darte ánimos para cambiar la imagen que tienes de ti mismo, premiarte, elogiarte y citar afirmaciones positivas a fin de reforzar los pensamientos positivos que te ayudan a dejar atrás la auto imagen negativo que solías tener.

 

Afirmaciones : una técnica de pensamiento positivo

Las afirmaciones positivas fomentan el desarrollo de una mentalidad positiva, ya que actúan  como una estrategia de vida poderosa. Cuando se utilizan estas poderosas técnicas de pensamiento positivo, visualizaciones y afirmaciones positivas, es posible conseguir lo que se desea. Los profesionales y los empresarios pueden utilizar estas técnicas para desarrollar el poder personal para lograr conseguir una ventaja competitiva. A nivel personal, es posible transformar su vida, su salid y renovar la alegría y pasión por la vida. Imagínate despertar cada mañana, repleto de emoción, energía y alegría para vivir un nuevo día; las afirmaciones positivas son así de poderosas.

Afirmaciones una técnica de pensamiento positivoMuchos de nosotros hemos tenido pensamientos del tipo negativo, en ocasiones, con mucha más regularidad de lo que creemos. Cuando tenemos estos pensamientos, nuestra confianza, nuestro humor y nuestro perspectiva de la vida se vuelve negativa también.

Los pensamientos negativos son la causa de todos los estados emocionales pesimistas como sentirnos tristes, ansiosos, inadecuados, temerosos, solos y sin alternativas. Pero también existe una contraparte luminosa que nos puede llevar hacia estados de alegría, autoconfianza, positivismo y realización, y son precisamente los pensamientos positivos.

El problema con estos pensamientos negativos es que existe un latente peligro a que se vuelvan realidad. En nuestra mente estaremos siempre pensando que no somos los suficientemente buenos. Y es debido a esto que esos pensamientos arrasan con nuestras vidas, nuestras relaciones y nuestras carreras.

Es por ello que a la larga terminamos haciendo lo opuesto a lo que desearíamos, pero cuando se usan las afirmaciones positivas, es posible hacer lo que verdaderamente deseamos.

Pero ¿por qué usamos afirmaciones positivas?

Las afirmaciones son declaraciones positivas y  específicas que te ayudan a sobrellevar el auto sabotaje que implican los pensamientos negativos. Las afirmaciones positivas te ayudan a visualizar y creer en lo que crees, ayudándote a hacer cambios en tu vida y en tu carrera.

   ¿Cómo deben hacerse?

Las afirmaciones deben hacerse en tiempo “presente” -no en futuro-. Es importante crearlas como si ya existieran. En lugar de decir “conseguiré un empleo maravilloso”, decir “tengo un empleo maravilloso”.

Las afirmaciones se realizan del modo más positivo que se pueda. Afirma lo que SI desea, no lo que NO quiere. En lugar de decir “no volveré a quedarme dormido”, decir “me levanto con tiempo y lleno de energía todas las mañanas”.

En general cuanto más breves y sencillas son las afirmaciones, más eficaces resultan. Una afirmación es una expresión clara que contiene un fuerte sentimiento. Mientras más sentimiento tenga, más intensamente se graba en tu mente.

Los tres canales posibles para repetirlas son: Visual -mentalmente o dibujando-, Auditivo -decirlas en voz alta o incluso ponerlas por escrito.

Se pueden repetir apenas al despertarse o antes de dormir (el estado de relajación ayuda a la reprogramación). También puede ser durante el día, en algún momento donde surgen pensamientos negativos. Algunos minutos diarios haciendo afirmaciones positivas pueden reprogramar años de hábitos mentales negativos.

 El uso repetido de una afirmación es un proceso que progresivamente se irá imprimiendo en tu mente y simultáneamente irá borrando el antiguo patrón de pensamiento negativo, produciendo con firmeza y solidez los cambios deseados en tu vida ¡Haciéndolos acción Constante! y dejando de ser limitación a tus  actuaciones en la vida.

Las afirmaciones tienen una doble cara, porque a pesar de que tienen la fuerza para crear nuestra realidad muchísimas personas no las usan como deberían. Y eso produce resultados contraproducentes: reciben todo lo que no quieren.

¿Cuándo es que debemos usar afirmaciones positivas?

–          Cuando queremos aumentar la confianza en nosotros mismos antes de una presentación o una cita importante.

–          Cuando deseamos controlar de mejor manera sentimientos negativos tales como la frustración, el enojo o la impaciencia.

–          Cuando buscamos mejorar nuestra autoestima.

–          Cuando deseamos terminar proyectos que aún tenemos sin concluir.

–          Cuando deseamos aumentar nuestra productividad.

Las afirmaciones positivas son un recurso más. Hay personas que las consideran una pérdida de tiempo y otras que las usan a diario. Y, sí, les sirven. Yo, en mis frecuentes diálogos internos, sólo utilizo esta técnica en una situación: cuando tengo que animarme para hacer algo, precisamente.

Además de ver tu afirmación ya concretizada en tu visualización, agrégale los sentimientos, y enfócate en sentir esas imágenes como si estuvieran sucediendo en la realidad. Vívelas, siéntelas y experiméntalas como reales.

¿Cómo puedo lidiar con la melancolía otoñal?

El otoño e invierno son temporadas en que mucha gente experimenta estado de ánimo depresivo, pesadez excesiva, irritabilidad y ansiedad, sin que se sepa a ciencia cierta por qué ocurre. Existen una considerable cantidad de individuos para quienes estas temporadas, año con año, significan no una metáfora sino el advenimiento en carne propia de estados depresivos y angustiantes que les afectan considerablemente.

melancolíaA medida que se acerca la época de frío (aunque también se conocen casos atípicos de quienes se deprimen en verano), las personas que padecen el llamado trastorno afectivo de temporada duermen por periodos más prolongados, dejan de participar en actividades sociales y comienzan a padecer los síntomas característicos de los estados depresivos mayores, entre los que destacan:

Sentimientos de tristeza y vacío (denominado persistente).

Falta de interés en actividades que antes disfrutaba, incluyendo el sexo.

Desesperanza y pesimismo.

Sentimiento de culpa, de no valer nada y de impotencia.

Disminución de la energía, fatiga y sensación de vivir «en cámara lenta».

Intranquilidad e irritabilidad.

Dificultad para concentrarse, recordar y tomar decisiones.

Pensamientos suicidas o de muerte, intentos de suicidio.

Malestar físico persistente: dolores de cabeza, trastornos digestivos o dolor crónico sin causa aparente y que no responde a tratamiento.

Otra característica común de quien padece depresión en otoño e invierno es la reacción que presenta ante los cambios en la luz ambiental: suele informar que su estado empeora cuando el tiempo está nublado o la luz interior disminuye.

La causa de la depresión en otoño e invierno es desconocida, aunque se sabe que quienes la sufren, en un número muy considerable, tienen un pariente con una enfermedad psiquiátrica como trastorno depresivo o abuso de alcohol. Asimismo, las investigaciones en curso no dejan de tomar en cuenta teorías que apuntan a problemas neuronales, hormonales y de envejecimiento como causas del padecimiento.

Al disminuir las horas de exposición a la luz del sol, nuestro cerebro produce menos serotonina, que es el neurotransmisor encargado de regular nuestro estado de ánimo, la conducta alimenticia o el sueño, entre otras cosas. La llegada del otoño no nos afecta a todos con la misma intensidad. Hay personas que se muestran más sensibles a estos cambios de estación y por eso desarrollan este trastorno afectivo estacional.

Los síntomas más comunes se traducen en falta de energía y motivación para realizar las rutinas cotidianas y una sensación de desazón y tristeza. Lo normal es que este desasosiego vaya desapareciendo a medida que el calendario avanza y nuestro cuerpo se adapte a la nueva estación. No obstante, si este malestar persiste y se prolonga en el tiempo lo más recomendable es recurrir a un profesional para atajar esta situación.

Actividades que ayudan a sobrellevar la «depresión otoñal: generalmente, la “depresión otoñal” es un trastorno pasajero que podemos combatir realizando una serie de actividades que nos ayudarán a sobrellevar este cambio estacional de una manera más positiva.

Prolonga la exposición a la luz natural: procura dar paseos o realizar gestiones en las horas del día con más luz solar. Haz también ejercicio al aire libre, verás cómo mejora tu estado de ánimo y energía.

Duerme bien: procura dormir las horas que necesites y de manera regular durante toda la semana. Alterar el sueño en esta etapa puede resultar negativo para nuestro ánimo.

Cuida tu dieta: la alimentación se convierte en un elemento fundamental para afrontar con éxito este cambio de estación. Procura ingerir alimentos saludables y equilibrados. Incluye legumbres, cereales, carne y verduras que aportan hierro y fortalecen el organismo. Los frutos secos son otro buen aliado que nos ayudará a aumentar nuestras reservas energéticas. Por el contrario, huye de los productos de azúcar refinado y con carbohidratos simples.

Aunque en algunos casos hay respuesta favorable con medicamentos antidepresivos prescritos por un psiquiatra, es muy importante que el paciente se ayude a sí mismo y considere que el suyo no es un caso aislado. Deben evitarse los pensamientos obsesivos que comúnmente llevan a pensar en el pasado o en que se ha perdido el camino, y en cambio continuar con los proyectos personales, de trabajo, en familia o pareja.

También debe aprenderse a ser paciente y concederse momentos de descanso aún cuando se intente realizar un «trabajo al máximo», pues cuerpo y mente tienen un límite que se debe respetar, y si durante una temporada disminuye el ritmo de trabajo no va a ocurrir nada.

Ante todo, quien padece el trastorno afectivo de temporada debe tener en mente que no está solo, que existe mucha gente para la que es importante y valiosa su compañía, y que un tratamiento eficaz permite en la abrumadora mayoría de los casos revertir los problemas derivados de esta enfermedad.

¿Saber qué es un dolor de cabeza tensional?

Un dolor de  cabeza tensional es un dolor moderado y difuso que a menudo se describe como si se tuvieran una cinta apretando alrededor de la cabeza. Este tipo de dolor de cabeza es uno de los más comunes pero no por ello uno de los más comprensibles.

dolor de cabezaEl tratamiento para el dolor de cabeza tensional ya está disponible, como muchos otros remedios farmacéuticos que nos liberan y facilitan la vida de sobre manera. Sin embargo, saber manejar la tensión que nos provocan estos dolores de cabeza requiere de adoptar hábitos saludables y no solamente de fármacos o remedios caseros.

Los síntomas o señales de un dolor de cabeza tensional incluyen:

-Una sensación de tener una banda apretada alrededor de la cabeza

-Una molestia o dolor sordo y constante en las sienes o que afecta toda la cabeza, y que empeora durante el día, a veces acompañado de dolor o rigidez en el cuello

-Falta de concentración

-Dificultad para dormirse

-Dolor que comienza o empeora con estrés, fatiga, ruido o resplandor

-Es posible que los músculos se contorsionen o que produzcan un espasmo. A veces puede sentir como que la cabeza le está palpitando.

Entre los factores, que desencadenan la cefalea tensional, están:
– El trabajar demasiado y bajo mucha presión.
– Ansiedad o estrés emocional.
– El no dormir o descansar lo suficiente.
– El omitir comidas o no comer lo suficiente y alimentos balanceados.
– El consumir alcohol o drogas alucinógenas.
– El realizar una actividad que obligue a la persona a mantener la cabeza en una posición durante largo tiempo, como es el uso de computadoras, microscopios o máquinas de escribir, lo que ocasiona una fuerte tensión física de los músculos de la cabeza, cara, cuello y cuero cabelludo.
– Dormir en una posición incómoda.
– Forzar la vista para leer, por tener algún problema de visión.
– Esforzarse demasiado al hacer un trabajo o cargar objetos.
– El someterse a cambios bruscos de presión.
– El consumo de determinados alimentos.
– La exposición a la luz brillante del sol.
– Por frío o por calor.
– Por cansancio y fatiga excesiva.
– Por exposición al ruido.
– El apretar la mandíbula o rechinar los dientes.

En cuanto a su duración, el dolor de cabeza tensional puede darse de forma aislada o sufrirse constantemente. Puede durar media hora o alargarse hasta una semana. Se puede agravar si la persona que lo padece sufre estrés, fatiga, si se expone a ruidos fuertes o luces brillantes por ejemplo. En ocasiones los dolores de cabeza tensionales pueden alterar el sueño.

 Es el dolor de cabeza más habitual, el que sufre la gran mayoría de la sociedad, más concretamente es el dolor de cabeza que sufren la mayoría de las personas que experimentan dolor de vez en cuando. Cuando la frecuencia de este tipo de dolor, tensional, aumenta tanto que se sufre a diario o casi a diario se habla de dolor crónico, aunque esto solo suele suceder en el tres por ciento de las personas que padecen dolor de cabeza tensional. Este tipo de dolor es relativamente frecuente, es decir, las personas que lo sufren lo hacen con cierta regularidad y su intensidad suele ser moderada o en ocasiones severa.

Algunos consejos para evitar que el dolor de cabeza por estrés afecte nuestra calidad de vida:

-Llevar un equilibrio entre la vida fuera y dentro del trabajo pues éste debe ser una fuente de satisfactore

-Equilibrar las relacione familiares

-Hacer ejercicio

-No tener sobrepeso

-Comer adecuadamente

-No tener adicciones al alcohol, tabaco o cualquier sustancia que pueda generar tensión pues al consumirlas aumenta el nivel estrés y esto dispara el dolor de cabeza.

El tratamiento recomendado para estos pacientes se basa en la relajación y cambio de rutina, así como la ingesta de analgésicos de tipo anti-inflamatorio y con relajantes musculares en función del tipo de dolor y el estándar de cada paciente.

Si el dolor de cabeza es leve o moderado, no está acompañado de otros síntomas y responde al tratamiento casero a las pocas horas, es posible que no requiera otros exámenes ni pruebas, especialmente si ha ocurrido en el pasado. Una cefalea tensional no revela hallazgos anormales en un examen neurológico. Sin embargo, con frecuencia se observan puntos sensibles (puntos desencadenantes) en los músculos en las áreas del cuello y el hombro. Se debe consultar al médico para descartar otros trastornos que pueden ocasionar dolor de cabeza, si dicho dolor es severo, persistente (no desaparece) o está acompañado de otros síntomas.

Ser ordenado te facilita la vida

Ser “organizado” no tiene nada que ver con ser un maniático, un robot automatizado o verse sometido por rutinas aburridas. Consiste en aprovecharte de una serie de sencillísimos y prácticos hábitos que te hacen la vida y el trabajo mejor. Por ser organizado no hay medallas pero sí grandes premios: cada día eres más eficiente, te anticipas a los problemas, te vuelcas en las cosas importantes, no te rompes la cabeza con tonterías y haces más en menos tiempo.

SER ORGANIZADOEn la mayoría de las ocasiones, el desorden es una conducta aprendida, es decir, es una conducta que aprendemos en primer lugar y luego la seguimos manteniendo por asociación. Para  otras personas esta actitud puede llegar a ser perjudicial si las consecuencias que conlleva son dificultar y retrasar nuestras tareas y obligaciones, impidiendo así desarrollar nuestra vida diaria con plena normalidad.

La gran mayoría del tiempo las personas son desordenadas debido a cuestiones psicológicas, como por ejemplo:

• Si hay desorden u objetos amontonados en la entrada de la casa, se interpreta como miedo a relacionarse con otras personas.

• Si hay desorden u objetos amontonados en el clóset, el mensaje es que no se tiene el control sobre el análisis y el manejo
de las emociones.

• Si hay desorden u objetos amontonados en la cocina, el mensaje o señal es de resentimiento o de fragilidad sentimental.

• Si hay desorden en el escritorio o área de trabajo, el mensaje es de frustración, miedo y necesidad de controlar las situaciones.

• Si hay desorden detrás de las puertas, el mensaje es de miedo a no ser aceptado por los demás, sensación de sentirse vigilado constantemente.

• Si hay desorden debajo de los muebles, el mensaje es que se le da demasiada importancia a las apariencias.

• Si hay desorden u objetos acumulados en bodegas, el mensaje es que se vive del pasado.

• Si hay desorden u objetos acumulados en el garaje, el mensaje es de temor y falta de habilidad para actualizarse.

• Si hay desorden y objetos amontonados por toda la casa, el mensaje es de coraje, enojo, desidia y apatía hacia todos los aspectos de la vida.

• Si hay desorden u objetos acumulados en pasillos, el mensaje es de conflictos para comunicarse, miedo a decir y manifestar lo que se desea en la vida.

El desorden exterior simboliza lo que vives internamente pero que no te atreves a corregir.  La energía no puede fluir en tu vida de la manera correcta si hay algo que le impide circular libremente.

Evalúa que es lo que te detiene, revisa las cosas que tienen algún simbolismo y comienza a decirles adiós. El desapego de las cosas materiales poco a poco te ayudará a desprenderte también de situaciones o de relaciones que ya no quieres (y no necesitas) más en tu vida.

Piensa y hazte las siguientes preguntas:

¿Acaso no sientes que eres digno de algo mejor?

¿Te sientes culpable de deshacerte de regalos que te dio la gente?

¿Esperas que este desorden (por ejemplo, el equipo de ejercicio sin usar) te motivará a hacer un cambio, pero en realidad lo único que hace es crear culpabilidad y añadir presión a tu vida?

¿Tienes que rodearte de objetos que te hacen sentir rico, a pesar de que el desorden podría estar bloqueando las oportunidades que podrían ayudarte a crear riqueza real?

Si alguna de estas preguntas movió algo en ti, es buena señal. Recuerda que el primer paso siempre es admitir que tenemos un problema, paso siguiente, comenzar a resolverlo.

Mira a tu alrededor. ¿Qué dice el desorden sobre ti? ¿Qué tipo de patrones de desorden siguen llegando a tu vida? Algunas personas experimentan más de uno de estos patrones. ¿Cómo puedes cambiar tu vida hoy por eliminar el desorden de tu casa o apartamento?

A veces, es necesario verte desde fuera para ver realmente lo que el desorden, le está haciendo a tu vida, y cómo refleja tus emociones, la situación y la autoestima.

Esta virtud no sólo afecta a quien vive de forma ordenada, sino también a aquellas personas con las que convive o le rodea. Por ello, para conseguir vivir con orden también es aconsejable observar y aprender de las personas ordenadas que nos rodean, pueden enseñarnos cómo conseguirlo. Recuerda que las personas ordenadas avanzan con mayor rapidez en su trabajo y en sus tareas cotidianas. Todo lo tienen organizado y pueden encontrar con facilidad aquello que necesitan y buscan. Con el orden y la organización personal se consigue mayor eficacia y bienestar.