Practica tus afirmaciones positivas

hombre positivo

Mucho se ha hablado de las afirmaciones positivas, pero no existe una receta mágica o una sola manera de formularlas. El principio de las afirmaciones consiste en elegir los propios pensamientos y utilizarlos repetidamente el número de veces que sea necesario para que su fuerza creativa produzca resultados en el mundo real.

Las afirmaciones son cambios de actitud, son datos positivos introducidos en el «ordenador» interior. Son Metas del pensamiento. Son declaraciones fuertes y positivas que atraen prosperidad, curación, fortaleza. Las afirmaciones positivas deben levantar el ánimo. En ocasiones, muchas emociones del pasado que no hemos sabido gestionar o comprender terminan creando formas mentales que influyen directamente en la percepción y seguridad que tenemos de nosotros mismos, y en ese proceso perdemos la confianza y la capacidad de utilizar el potencial interior que es capaz de procurarnos una experiencia vital plena y armónica. Es por ello que de la misma manera podemos aprovechar esta capacidad de nuestro cerebro para captar estos mensajes de manera inconsciente y llevar a la práctica las afirmaciones positivas.

Una afirmación es una técnica sencilla que se utiliza para el cambio negativo libre hablar de que rara vez son aún conscientes de ello, en mirar su vida con una actitud más positiva.

En general cuanto más breves y sencillas son las afirmaciones, más eficaces resultan. Una afirmación es una expresión clara que contiene un fuerte sentimiento. Mientras más sentimiento tenga, más intensamente se graba en tu mente.

Las afirmaciones positivas pueden ser utilizados a lo largo del día en cualquier lugar y en cualquier momento usted los necesita, más que utilizar el pensamiento positivo más fácil se hará cargo de los negativos y verá los beneficios pasa en tu vida.

1. La afirmación debe ser verdad. Tu monólogo interior no es una fantasía. «Soy una princesa del desierto» no sirve. «El público me quiere», sí.

2. La afirmación debe referirse al presente o a lo que no cambia. «Voy a ensayar más» no sirve. «Me encanta ensayar», sí.

3. Si por ejemplo eres un deportista, debes formular tu afirmación evitando usar las palabras que no te gusten. El problema es lo que pones después de «no». «No voy a lesionarme» te hace pensar en lesiones. «El movimiento bien hecho me hace fuerte y flexible» te quita las lesiones de la cabeza.

4. Debe ser corta.

Las afirmaciones positivan pueden usarse en cualquier parte y cada vez que se captura su pensamiento un pensamiento negativo, cuando te das cuenta de que tiene un pensamiento negativo pensar en ti mismo bajar una perilla de volumen dentro de su cabeza para que gire hacia abajo un nivel lo suficientemente bajo para no oírlo más. Luego creo una afirmación positiva para sustituir a la negativa y el volumen a su vez una copia de seguridad de que se repita a usted mismo.

¿Cómo superar la pereza fácilmente?

gato perezoso

Todo las cosas parecieran tener un límite y no es de extrañarse que la fuerza de voluntad también lo tenga. Como seres humanos la fuerza de voluntad es aquella que nos motiva a realizar acciones y tareas de manera regular. Si bien esta característica pareciera ser innata en todas las personas, en ocasiones esta secuencia de actividades se ve interrumpida por la pereza.

La pereza es un sentimiento que todos hemos experimentado en ocasiones y puede definirse como la falta de iniciativa o la falta de ganas para realizar nuestras actividades o tareas. La pereza tiene una repercusión directa en el logro de nuestros objetivos y si nos dejamos llevar por ella es obvio que no vamos a lograr lo que nos habíamos propuesto.

La clave para vencer la pereza es: la motivación. Pareciera que la pereza es una especie de obstáculo más que se interpone en nuestros objetivos, haciendo que nuestro desempeño se vea empañado por la mediocridad.

Si la pereza ha tenido un papel protagónico en tu vida, es normal que ésta sea en gran parte responsable de tu situación actual, es decir, que pudieras sentirte como que sigues n el mismo lugar todo el tiempo. Y es que una de las principales consecuencias de la pereza es que nuestro crecimiento personal se ve estancado.

Es normal sentirnos abatidos o fatigados por alguna cuestión médica o psicológica, o bien por alguna dolencia consecuencia de una enfermedad crónica o una lastimadura sufrida recientemente. Sin embargo, estos no son motivos que justifiquen la pereza.

La pereza puede deberse a la falta de energía en nuestro cuerpo. Aunque parezca contradictorio, una forma de activarnos en realizando algún tipo de ejercicio durante un breve lapso de tiempo. De esta manera conseguiremos sentirnos un poco más activos.

Para vencer al monstruo de la pereza, hay un par de cosas que debes preguntarte a ti mismo:

1. ¿Qué estoy tratando de evitar? ¿Qué es lo que no quiero hacer? Debes tener en claro las consecuencias o resultado de no realizar esa acción o actividad. Pero no solo debes enfocarte en lo malo, también debes pensar en las consecuencias positivas que el realizar esta tarea o actividad generará. Intente hacer las cosas en el momento en el que planificaste. Si vas posponiendo cada vez más las cosas, la pereza también irá en aumento. No solo va a incurrir en la irresponsabilidad al no hacer las cosas en su tiempo sino que más adelante te invadirá la culpa y la frustración por no haber realizado los planes que te habían propuesto en un principio y haber aprovechado al máximo ese tiempo estipulado.

2. ¿Qué gano si lo hago? Piensa en lo que puedes ganar o producir para ti mismo o para los demás si en lugar de acceder a las demandas de la pereza pones manos en acción. ¿Cuál es el mejor resultado posible que puedes crear si no te permites ser vencido por la pereza?

Cuando te enfrentes a un proyecto muy extenso que conste de varias actividades o tareas, comienzan fragmentando o dividiendo cada una de esas formas para ir poco a poco. De esa manera, cuando menos lo esperes estarás muy próximo a terminar tu tarea.

En la mayoría de los casos cuando nos enfrentamos a varias cosas que tenemos que hacer debemos establecer un orden para hacerlas a fin de comenzar a agobiarnos mucho antes de haberlas comenzado a hacer puesto que este es el factor que nos hace dejarlo para después y sucesivamente viene la postergación, la frustración y el incumplimiento de las mismas.

3. ¿Qué es lo siguiente que tengo que hacer? Una vez que has concluido con esa actividad o tarea, independientemente que sea por obligación o necesidad, piensa en lo que vas a poder hacer una vez que hayas cumplido con lo que debías. Como mencioné anteriormente la motivación es la clave para vencer la pereza. Si por ejemplo tienen que realizar las tareas del hogar, una vez que termines con todas esas tareas eres libre de leer ese libro que ansias terminar o bien de ver un programa en la televisión sin la culpa de saber que hay cosas pendientes que no has hecho. Visualízalo como una especie de recompensa.

Vencer la pereza puede ser un proceso muy sencillo si te aferras a la fuerza de voluntad para hacer las cosas y sigues estos tres simples pasos.

¿Sabes cómo lidiar con la gente difícil?

¿No te gustaría que la gente difícil tuviera un cartel encima para saber cómo se sienten ese día? Desgraciadamente esto no es posible. Y de hecho hay un amplio porcentaje de personas que como tú y como yo, día a día enfrentamos el reto de lidiar con estas personas difíciles tanto en nuestro lugar de trabajo como en nuestros hogares.

¿Alguna vez te has topado con gente que cuando  está atravesando una situación difícil pareciera no dejarse vencer por la situación y por el contrario, sacar lo mejor de las personas que le rodean? Seguramente también has identificado que esa es la clase de persona que sabe cuando decir las cosas, cuando guardar silencio y cómo abordar al resto de las personas. No obstante también existe la otra cara de la moneda y con ello me refiero a las personas cuya habilidad nata pareciera ser la de pelear por todo, que no saben cuando decir las cosas ni cuando guardar silencio, logrando con su actitud sacar lo peor del resto.

Cuando se trata de lidiar con personas – y personalidades – difíciles, hay muchas cosas que debemos tomar en cuenta: a la persona, la situación e incluso el tipo de relación que existen entre tú y esa persona. Lo cierto es que a pesar de considerar estos factores, nadie parece estar listo para manejar este tipo de reto y es normal que reacciones mal a estos encuentros. Por lo general este tipo de personas tienden a sacarte de quicio y podrías jurar que simplemente te exasperan.

Pero recuerda, sin importar como te haga sentir una persona difícil, eres tu quien le permitirá hacerte sentir de tal o cual forma. Es probable que un entorno negativo maximice el impacto que este tipo de personalidades tienen en tu estado de ánimo, acabando con tu humor por completo.

Para aprender a lidiar con estas personalidades difíciles, lo primero que debes hacer es analizar cómo es que normalmente reaccionas a estas personalidades y sus desafíos. Posteriormente, piensa en cómo te gustaría pensar, actuar o responder en situaciones similares futuras.

Ten presente que responder no es lo mismo que reaccionar. Cuando “respondemos” estamos preparándonos con anticipación a un hecho o situación, estamos “comenzando por el final”. Pero ¿Qué resultado es el que quieres ver? ¿Acaso quieres que la otra persona se enoje todavía más o bien que termine rompiendo en llanto? O bien podrías estar pensando en que quieres evadir la situación y retomarla cuando tu contraparte esté más tranquila. No solo debes aprender cuándo debes expresarte sino que también cuando debes guardar silencio, conservar la calma y tan solo escuchar al otro.

El problema de emplear una técnica con una persona difícil es que no siempre resulta o bien, la persona no siempre reacciona de la manera esperada. Podrías terminar discutiendo con la otra persona y mientras ésta se aleja, tu te quedas con ese enojo acumulado y resentimiento. Yo te recomendaría que si vas a probar una técnica para lidiar con estas personas, establezcas un tiempo para probar la eficacia de la misma.

Recuerda, no solo tienes que identificar a estas personas difíciles sino que debes analizar cómo es que sus actitudes y sus acciones interfieren en tu estado de ánimo.

Busca establecer un plan con el que puedas resolver conflictos de manera sana. Hablando, sin recurrir a la violencia física ni verbal. Otra herramienta que seguramente te ayudará es el determinar cuáles son esas situaciones volátiles que ocasionan que estas personas difíciles con las que tratas exploten. Así, puedes evitar que estos encontronazos ocurran, aunque tan solo en la medida de tus posibilidades.

Y la herramienta más importante a tu alcance es la paciencia. Sé que es difícil mantenerla sobre todo cuando tienes que soportar a una persona con la que te resulta imposible de convivir, no obstante, te sorprenderá saber que en ocasiones la paciencia y un oído dispuesto a escuchar es lo que más puede ayudarte a suavizar estas situaciones.

 

El proceso para abandonar la zona de confort

Nuestra línea de vida, puede ser vista como una línea de tiempo repleta de eventos pasados y presentes. Ahora estás en el presente, has dejado atrás el “pasado” y al final de la línea se encuentra tu “futuro”. A menudo solemos preguntarnos “¿Cómo será mi futuro?” y es muy probable que la respuesta sea ambigua o un simple “no sé”.

Si bien no sabemos cómo queremos que sea, lo que sí sabemos es lo que no queremos que nos ocurra. Lo normal es que sepamos definir lo que nos gusta y lo que no nos gusta en nuestro presente y podemos hacer lo mismo si analizamos lo que nos gustó y lo que no nos gustó de nuestro pasado. No obstante, esto no podemos aplicarlo al futuro y por ende, las cosas que nos gustan y las que no son un enigma.

En general desde pequeños nos instruyen sobre una amplia gama de temas y habilidades, pero no se nos enseña a confiar en nosotros mismos ni a conocer el significado de la auto valoración.  Creer en nosotros mismos y tener claro lo que deseamos puede ser visto por otras personas como una actitud egocéntrica. Lo que se nos dice normalmente a manera de enseñanza es que debemos aprender a trabajar duro, a sacrificar ilusiones pueriles y a aceptar nuestro destino: “Soñar despierto es una pérdida de tiempo”. Tampoco es extraño que la gente a nuestro alrededor haga referencia a casos de gente que fue tras sus  sueños y terminó fracasando, quizás con la intención de ahorrarnos un fracaso sin saber que sus palabras pudieran tener el efecto tanto o más hiriente.

Lo que puedo asegurarte es que soñar es la forma más básica de conseguir una meta. Hay que ponerle una fecha límite al sueño que queremos alcanzar y luego poner manos a la obra. En el futuro, contrario a las opiniones ajenas, te puede ir de maravilla. No obstante, esto dependerá de lo que tú creas.

Lo primero que debes hacer primero, es tomar conciencia de algunos conceptos sencillos, entenderlos y ponerlos en práctica.

Comencemos por el concepto de “zona de confort”: metafóricamente hablando, esta es una zona en la que estás cuando te mueves en un entorno que dominas, en el que las cosas a tu alrededor te resultan conocidas y cómodas, sean estas agradables o no: tus hábitos, tus rutinas, tus conocimientos, la gente que te rodea, tus actitudes y tu comportamiento es también parte de esa zona de confort.

Alrededor de tu zona de confort se encuentra la “zona de aprendizaje”. Esta puede ser vista como una zona a la que “sales” para ampliar tu visión del mundo y lo haces cuando aprendes una nueva profesión o idioma, viajas hacia un país desconocido, tienes nuevas sensaciones, te relacionas con gente nueva, modificas algún hábito y conoces otras culturas. Es una zona en la que vas a experimentar, observar y  comprender. A algunas personas les gusta esa zona y por ende la frecuentan. Otras por el contrario, evitar desplazarse hacia esa zona tanto como les sea posible, pues les asusta.

Más allá de la zona de aprendizaje, está una zona conocida como “zona de pánico”, una zona que se caracteriza por abarcar todas esas cosas en las que no tienes experiencia. Pero vista desde una perspectiva más optimista, puede ser vista como una zona repletas de grandes retos a vencer. Hay personas que creen que el salir de la zona de confort hacia la zona de pánico hará que la primera desaparezca o bien, no podrán volver atrás, lo cual es totalmente falso. Lo que ocurre realmente es que al dar un paso dentro de la zona de retos, estarás ampliando tu zona de confort, si lo vemos con una mentalidad más abierta, el cambio  es el realidad desarrollo. El temor a esta transición podría considerarse como miedo a lo desconocido o bien, miedo a perder lo que tienes, lo que eres.

Para poder salir de la zona de confort, lo que necesitas es tener una motivación lo suficientemente fuerte como para superar los miedos que te retienen en esta zona de confort. Por tanto, debes trabajar tus miedos: el miedo a las opiniones ajenas, el miedo al fracaso, el miedo al ridículo, etc. Todos estos deberás reconocerlo, encararlos y de ser posible, vencerlos todos. Para lograrlo no hay mejor método que creyendo en ti pues es algo que nadie más puede hacer por ti.

Recuerda, a medida que enfrentes tus miedos, crecerá tu autoestima y así, el panorama de la zona de aprendizaje será percibida como una zona llena de oportunidades.  Debes tener bien en claro tu objetivo, un sueño. Encontrar un “qué” que te mantenga motivado y luego, fijar el punto de destino, tu meta. Es normal que te sientas pequeño y que sientas que te falta mucho por recorrer, pero esto no es más que la consciencia de todo el aprendizaje que te tomará llegar a esa meta. Piensa en tu visión personal, imagina qué es lo que hay más allá de ese sueño. Mientras hagas a un lado los prejuicios que te limitan, confíes en ti y en tu sueño y entiendas porqué y para que lo haces, podrás comenzar a poner manos a la obra y dejar finalmente atrás, tu zona de confort.

 

 

 

 

 

¿Cómo hallar la inspiración?

Todos tenemos sueños. Tú tienes sueños o mejor dicho, tenías sueños. De hecho, seguramente al igual que yo tienen un montón de sueños que comenzaron a emerger de tu mente desde que tienes memoria. Pero entonces la vida comenzó a transcurrir. Comenzaron a ocurrir cosas malas o contratiempos con los que no contabas. Comenzaste a preocuparte cada vez más  y estas cosas eventualmente comenzaron a hacerte sentir cansado, a ir quitándote la energía día a día hasta el punto en que las preocupaciones y problemas en tu vida se volvieron una especie de sanguijuela que se alimenta de tu energía.

¿Cómo hallar la inspiración?Y ahora que el tiempo ha pasado y esas situaciones se han remediado medianamente, te sientes vacío, un tanto “carente” de un no sé qué. Seguramente a estas alturas no tienes ni la menor idea de cómo recobrar esa chispa que reinaba en tus años más pueriles y tampoco sabes dónde se generó, o simplemente no lo recuerdas. Ahora no sabes cómo volver a “encender” esos anhelos que te llenaban de energía.

Es alarmante, triste y decepcionante encontrarse en esa especie de limbo en la que los sueños se han quedado tan atrás que ya los sientes como sueños ajenos. Sin embargo esto no tiene porque así y la emoción de todos esos sueños  se puede recuperar si tienes la fuerza de voluntad y la iniciativa para volver a encontrar esa chispa que te hará ir tras tus sueños:

Comienza enlistando las cosas que te encantan. Siéntate un rato con lápiz y papel en mano y comienza a hacer una lista de todas esas cosas que te encantan. Incluye cosas, personas, conceptos, pasatiempos y todas esas cosas que te llaman la atención, que te apasionan y te interesan. No te limite y hazla tan amplia como desees.

Haz lo contrario. A menudo, muchos sentimos que sin importar qué hagamos, eso no servirá de nada para inspirarnos o animarnos. De modo que si te sientes falto de energía y tienes ganas de quedarte en casa tirado en el sofá o la cama , lo mejor será que te pongas de pie, salgas de casa y busques hacer algo que sea verdaderamente útil ya sea para ti o para alguien más. Lo mismo sucede con los sentimientos que nos inspiran, a menudo no nos sentimos con el ánimo para hacer nada. Haz la prueba e intenta hacer lo contrario a lo que tu estado de ánimo te anime a hacer. En ocasiones hacer algo que nunca antes habías hecho te hace emocionar y sentirte animado mucho más de lo que crees.

Sácate la pereza de encima. En muchas ocasiones sucede también que si nos sentimos sin inspiración o ánimos puede ser consecuencia de un componente físico a consecuencia de tener un ritmo demasiado lento para hacer las cosas. Una buena manera de conducirte a ti mismo hacia un mejor estado mental es haciendo alguna actividad física,  como bailar, correr, trotar y practicar yoga. Cualquier cosa que te sirva para ponerse en movimiento y estirar los músculos te ayudará no solo a  volverte mucho más flexible, sino que la oxigenación al cerebro que ocurre durante la actividad física te ayudará a sentirte mucho más despejado mentalmente.

Haz algo divertido e inusual. A veces cuando planificamos todo en nuestra vida, resulta difícil y casi impensable el hacer algo espontáneo cuando la chispa de la creatividad nos ataca. Sin embargo, debes aprovechar esa oportunidad e intentar hacer algo que nunca antes habías hecho, como animarte a cocinar un platillo que nunca antes has probado o comenzar a leer sobre un tema que nunca antes te había interesado. Te aseguro que al interesarte en temas nuevos, abre las puertas a un nuevo panorama en el que podrás encontrar nuevamente la chispa de la inspiración.

Explota tu creatividad. A pesar de que no te sientas muy creativo, intenta comenzar un proyecto en el que no requieras agudeza mental sino que te permita enfocarte y simplemente explotar esa creatividad dormida que llevas dentro. Comienza con cosas sencillas, como la pintura, la escritura o alguna manualidad en la que puedas trabajar a tu antojo. Te sorprenderán los resultados que obtendrás cuando te concentras menos en pensar las cosas y cederle el mando a tu creatividad.

Habla de tus sueños. Cuéntales a tu familia y amigos sobre las cosas que te gustaría hacer un día. Intenta describírselos con tantos detalles como sea posible. Si no quieres contárselo a nadie, entonces prueba escribiendo acerca de ello, nuevamente, con tantos detalles como sea posible. Ya sea mencionando el plazo de tiempo en el que te gustaría hacerlo, mencionando las medidas necesarias para llevarlo a cabo e incluso, lo que crees que conseguirás al lograr este sueño. De esto modo no solo volverás a conectarte con uno de esos sueños que creíste haber dejado atrás sino que incuso, podrías darle vida nuevamente a ese sueño y abordarlo desde otra perspectiva para hacer finalmente realidad.