Cualquier persona puede dominar el arte de la conversación y hacer nuevos amigos tanto en una situación laboral como personal. Así, conseguirá ser más feliz y triunfar más fácilmente en la vida. La principal cualidad de un buen conversador consiste en ser, ante todo, un buen oyente.
Esto significa, escuchar activamente a su interlocutor e interesarse genuinamente por lo que a este le interesa al tiempo que se habla de aquellos temas que le interesen al otro. ¿Alguna vez has estado en una conversación en la que todo iba bien hasta que no supiste que decir? A continuación te presento una serie de consejos para llegar a ser un mejor conversador.
Encuentra temas en común
Para conversar con otra persona es necesario que haya un tema común o un interés de los que ambos puedan hablar o la conversación simplemente se desvanecerá con el tiempo. Tu trabajo es encontrar temas en común. Es importante esforzarse por aportar ideas o datos interesantes, para que la otra persona no sienta que lo da todo sin recibir nada a cambio.
Para tener conversaciones interesantes deberás convertirte en una persona informada, que siempre tenga algo que contar, ya sea de actualidad, de noticias de periódicos, de libros, de películas, de sociedad… sé una persona curiosa y lee con frecuencia, dedica algún tiempo a documentales, salte de la típica rutina de programas basura, y tendrás ideas para conversar horas y horas con las personas que te sean afines.
Incluso podrías descubrir algunas cosas sobre la otra persona y así mismo, compartir un par de cosas de ti mismo. Descarta temas hasta que encuentres un tema con el que ambos logren enfrascarte y la conversación fluirá sin problemas.
Conversa y deja conversar
Una conversación es una actividad que requiere la participación de dos personas. Naturalmente, esto también requiere la participación activa de dos personas. Ambas partes tienen que contribuir a la conversación, es una calle de dos vías.
Si simplemente divagas acerca de ti sin que la otra parte tenga la oportunidad de hablar te garantizo que esa conversación está destinada al fracaso. En lugar de eso haz preguntas acerca de la otra persona y dale la oportunidad de compartir. Cuando la conversación fluye de esta manera también tienes la oportunidad de compartir algo de ti también. Recuerda, este juego tiene que ser jugado por dos personas para que sea divertido.
Involucra a todo el mundo
Si te encuentras charlando en un grupo donde algunos de los miembros son más bien oyentes, toma la iniciativa para darles la oportunidad de hablar. Tal vez sean demasiado tímidos como para tomar ellos mismos la iniciativa. Una excelente conversador es capaz de comprometer a todos a su alrededor y estimular la conversación como sea posible.
Es importante compartir con el otro tu punto de vista o anécdotas similares, pero asegúrate de que tu intervención no sea demasiado extensa.
Quien más habla es quien más importante se va a sentir, y si quieres ser recordado por ser tus habilidades conversacionales, entonces permite que el otro así lo perciba. Acostúmbrate a cederle al otro la palabra es sencillo, es cuestión de dejar nuestro ego aparte. La idea es ganarse a la otra persona, reforzar vínculos y ampliar nuestro círculo social, en lugar de demostrar todo el tiempo nuestra superioridad o vencer a los demás en una discusión interminable.
¡Intégrate!
Trate de no pasar demasiado tiempo hablando con una persona, por mucho que disfrutes de la conversación. Las reuniones sociales son lugares donde se espera integración de sus participantes para que hagan nuevos amigos. Recuerda que las reuniones sociales no están diseñadas para que dos personas se refugien en un rincón y hagan caso omiso a todos los demás.
Se más descriptivo
Un buen conversador utiliza detalles, descripciones precisas, nombres y colores cuando habla. Todos estos matices sutiles ayudará a hacer lo que sea que usted está diciendo mucho más interesante para los oyentes.
Usa la técnica del espejo
Ésta es una técnica comúnmente utilizada en el campo de la persuasión. Se trata de imitar los gestos y el tono de la otra parte para que sienta que eres similar a ella. Esto hace que se sientan más a gusto contigo y se puede establecer una familiaridad con mayor facilidad.
Tal vez podrías «reflejar» el tono y el volumen de tu voz para que coincida con la otra persona, o incluso copiar algunos de los gestos de las manos. Sin embargo, ten cuidado de hacerlo de manera sutil y no excesivamente. Exagerar puede hacerte parecer extraño.
Apégate a los temas cotidianos
Evita temas en los que no todo el mundo puede estar interesado. Apégate a temas más cotidianos, como los planes para las vacaciones, por ejemplo. Tal vez una conversación sobre el clima sea el tema ideal para comenzar, la clave es mantener a todos involucrados y no aburrirlos.