¿La felicidad se debe perseguir?

A menudo he escuchado a la gente mencionar “quiero ser feliz”, incluso lo he escuchado más que esa afirmación de “querer encontrar a su alma gemela”. Incluso esas personas que están cansadas de vivir solas, a menudo desean más la felicidad que encontrar una pareja estable.

¿La felicidad se debe perseguir? El otro día, revisando viejos libros encontré un cita que decía “cuando estaba en la escuela primaría, me pidieron que escribiera lo que quería ser cuando fuera grande. Escribí que deseaba ser feliz pero al día siguiente, la profesora me dijo que no había entendido la tarea. Lo que le respondí es que en realidad lo que yo no entendía era la vida”.

La felicidad es alcanzable. Aunque esta máxima no es tal. Vivir en un estado de permanente bienestar es vivir en una mentira. La felicidad, sin duda alguna, es una fuerza poderosa y tiene su némesis, porque de lo contrario, no podríamos advertirla. De igual modo que no somos

conscientes de que respiramos, salvo cuando dejamos de hacerlo, para disfrutar de la felicidad, hay que sufrir la infelicidadLa gente habla de la felicidad como si fuese algo tangible, algo que basta con alargar la mano para tomar entre los dedos. Incluso, se habla de la felicidad como si fuera algo que puede llevarse a cabo, como si se tratase de un plan de negocios o la creación de una empresa emprendedora.

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Eso que llamamos felicidad es un estado de ánimo. Es intangible e inmaterial, etéreo y muy volátil. Apenas la hemos rozado con la punta de los dedos, se desvanece en una realidad un poco más amarga, que está ahí justo para que podamos disfrutar del siguiente momento.

Lo que mucha gente no entiende es que la felicidad es una consecuencia de algo; no es algo que llegue de momento, como caído del cielo cuando estemos parados en el medio de la calle. Por lo general, la felicidad llega para quienes están dedicados a hacer algo de lo que disfrutan, persiguiendo activamente ese disfrute, esa felicidad.

 

La felicidad es ese sentimiento difícil de alcanzar que te asecha y te alienta desde el interior de tu personal. Ni siquiera puede ser definida realmente y a menudo le acompaña la sensación de euforia sin razón aparente. Si algún día te has sorprendido a tu mismo sonriendo sin ser consciente de que lo estás haciendo, es posible que en ese momento te embargue una felicidad que desconocías.

Muchas personas piensan que ser feliz significa el logro de un determinado objetivo. Con frecuencia, estas personas piensan cosas como “cuando tenga el dinero suficiente, seré capaz de… “, “ cuando me gradúe , seré capaz de…”, “cuando tenga mi propia casa, podré…” Siempre interpretando la felicidad como algo que está más allá de su alcance. Lo que ellos no saben es que la felicidad deriva de apreciar lo que se tiene. Es la capacidad de vivir el presente y disfrutar de los momentos que experimentemos.

“Mi felicidad consiste en que sé apreciar lo que tengo y no deseo con exceso lo que no tengo” – Leon Tolstoi

«La felicidad inadvertida consiste en saber apreciar los buenos momentos a lo largo del día que pasan sin darnos cuenta», señala José Benigno Freire Pérez, profesor de Psicología de la Personalidad.

Aprender a disfrutar de las pequeñas cosas que nos brinda la vida es uno de los mayores regalos que nos podemos hacer a nosotros mismos, prácticamente cada día, ya que eso nos permite vivir cada momento como si fuese único y con conciencia plena. A veces llevados por la rapidez de nuestras vidas nos olvidamos de disfrutar de un día en que ha salido el sol, o de lo bonito que es cuando todos los árboles empiezan a florecer al principio de la primavera. Pasamos por la vida normalmente sin darnos cuenta de todos estos pequeños placeres que contribuyen a nuestro bienestar y a nuestra felicidad.

La felicidad es un estado mental que refleja equilibrio, toma de decisiones inteligentes, decisión de ser feliz.

Ser feliz implica disfrutar los pequeños detalles de la vida junto a los seres queridos y amigos que nos rodean. Es hacer lo correcto sabiendo que no te traerá cargos de conciencia. Es dejar atrás todo aquello que traiga algún tipo de angustia, perdonar los errores del pasado y decidir a vivir el presente con libertad, lógico junto a los que te rodean.La libertad y la felicidad van de la mano, pero junto a otros seres humanos.

Aprecia lo te pueda generar felicidad y eterniza esos momentos para siempre. Ser feliz, sin importar las circunstancias exteriores, es tu decisión.