El establecimiento de metas consiste en la planeación de dónde o qué queremos estar haciendo a futuro. Para lograr establecer una meta o tener un plan, primero debemos haber visualizado algún tipo de sueño o deseo que queremos hacer realidad. Este sueño puede ser algo tan anhelado como tener una exitosa relación de pareja, adquirir una casa o incluso el ascenso a un mejor puesto de trabajo.
Lo primero que debes hacer para establecer tus metas es decidir aquellas que realmente desees realizar. ¿Cuál de ellas cambiará tu vida si la consigues? ¿Qué es lo que verdaderamente necesitas? ¿Qué meta te hará sentir feliz y realizado si la logras?
La visualización te ayudará a decidir qué es lo que verdaderamente quieres. Es muy fácil de llevar a la práctica, basta con que busques un lugar tranquilo en el que nadie te interrumpa y te sientes a imaginar todo eso que deseas para el futuro. Luego de haber visualizado tus sueños, las metas que establecerás deben tener como propósito conducirte hacia esos sueños.
Por ejemplo, si tu meta es trabajar en una embajada, tu primer objetivo será estudiar ciencias políticas, aprender más de dos idiomas y desarrollar tus habilidades de comunicación. Cada meta por sí sola no te llevara a ocupar ese puesto, sino que el logro de todas – organizadas previamente en un plan bien elaborado – estas es lo que lo hará.
Algunos de los aspectos que debes considerar antes de fijarte una meta es que:
– Las metas deben ser un reto posible de lograr: Por ejemplo, si tu meta es estar en forma para finales de año, debes comenzar a perder peso gradualmente. Si decides que perderás un kilo cada semana, debes asegurarte de que eso sea posible – a través de una dieta balanceada, haciendo ejerció, etc. 1 kilo es una cifra posible, pero en cambio, si te proponer perder 20 kilos, se vuelve una meta inalcanzable y el no concretarla te haría sentir deprimido y sin ganas de seguir intentándolo. Por el contrario, si gradualmente pierdes un kilo a la semana, te sentirás motivado, puesto que los resultados son palpables y tu aproximación a tu meta es cada vez menor. La meta que te fijes, sea cual sea, debe ser medible. También deben ser un reto que te motive lo suficiente y que el logro del mismo impida que te rindas y dejes atrás esa meta.
– Las metas deben tener un límite: Para establecer una meta, debes fijar un límite del tiempo para el mismo. No estoy diciendo que debas lograrlo en un día o dos, pero tampoco vas a vivir cien años. El tiempo apremia y de fijar un límite de tiempo para tus metas, puedes terminar perdiendo la motivación o terminar desechando la idea ante la falta de resultados.
– Las metas deben ser medibles: Supongamos que decides que “quieres ser bueno en inglés”. Pero, ¿a qué te refieres con ser bueno? Esa no es una meta muy clara. En cambio, si tomas clases de inglés y pasas tus exámenes, estarás consciente de cuál es tu nivel, cuáles son tus fortalezas y tus debilidades. Siguiendo la misma línea, supongamos que continuas aprobando los siguientes niveles en el curso, a medida que apruebas cada uno de ellos, seguirás avanzando hacia el termino de esa meta. Cada nivel del curso tiene sus propias evaluaciones, cada nivel tiene una nota y así sucesivamente hasta que presentes el examen final con el que certificarás tu nivel de inglés. Ese ejemplo, muestra la manera en que está seccionada una meta. De igual forma puedes aplicarlo con un negocio, en el que estimes la cantidad de ganancias para un mes, un semestre, un año etc. El que una meta sea mediable te ayuda no solo a lograr dicha meta sino a conseguir objetivos específicos.
– Las metas pueden ser a largo o corto plazo: Es normal encontrarnos con personas que se fijan metas a largo plazo y por lo general terminan lográndolas en mayor porcentaje que aquellas que se fijan metas a corto plazo y terminas frustradas o decepcionadas. Debes tener en cuenta que la planeación a largo plazo puede aumentar tus posibilidades de lograr una meta concreta y puede ayudarte a recompensar tanto el tiempo o el dinero invertido.
Por último, pero no por ello menos importante, debes tener presente que un elemento indispensable para lograr una meta es la auto disciplina. La cual te permitirá anteponer tu meta ante cualquier distracción o entretenimiento momentáneo que pudiera entorpecer el logro de la misma.