Todo el mundo acostumbra a beber un par de tazas de café por día, ya sea como costumbre o como requisito para mantenerse despierto. Pero ¿sabes precisamente cómo funciona la cafeína en tu cuerpo?
La cafeína es un alcaloide que estimula el sistema nervioso central. La cafeína pura es una droga moderadamente potente que a veces se administra como anfetamina. En pequeñas dosis, como son los 150 mg que suele contener una taza de café filtrado, aproximadamente, aumenta el nivel de atención y favorece el estado de vigilia. Sin embargo, la cafeína también acelera el ritmo cardíaco y respiratorio, y fomenta la producción de orina. En dosis más altas, provoca nerviosismo y ansiedad, y a partir de los 10 gramos, es letal para el ser humano.
La cafeína pasa al torrente sanguíneo a través del estómago y el intestino delgado, y sus efectos comienzan a notarse al cabo de sólo 15 minutos de su consumo. Una vez que entra en el cuerpo, la cafeína permanece en él durante horas: se tardan unas 6 horas en eliminar la mitad de la cafeína consumida. La cafeína pertenece al grupo químico de la xantina. La cafeína actúa bloqueando los receptores de la adenosina neurotransmisora, que suele tener una acción inhibidora y está relacionada con la aparición del sueño. También eleva los niveles de dopamina y estimula la segregación de adrenalina, una hormona de lucha o huida. La cafeína también actúa en otros puntos del cuerpo, de forma que incrementa el ritmo cardíaco, constriñe los vasos sanguíneos, relaja las vías respiratorias, mejora la respiración y hace que algunos músculos se contraigan más fácilmente.
La cafeína cambia la química natural del cuerpo, esto es cierto. Es un estimulante natural; 250 gramos de la sustancia triplica la adrenalina en la sangre y aumenta la frecuencia respiratoria. También relaja los nervios, también es capaz de hacerte sentir más alerta. La cafeína también activa el sistema nervioso central, activando los procesos de memoria y atención.
La mayoría de los estudios de correlación entre los efectos negativos de la cafeína y el consumo elevado de esta sustancia, van de acuerdo con ciertas condiciones físicas o grupos de personas que tienden a tener más problemas con la cafeína que otros; Una pequeña cantidad en la ingesta de cafeína por una persona completamente sana puede tener un efecto mínimo. La cafeína es un estimulante y eleva la frecuencia cardíaca, aumenta el flujo sanguíneo, y eleva la temperatura corporal. Aumenta los niveles de azúcar en la sangre y actúa como un diurético, lo que significa que se orina con más frecuencia y se reduce el consumo de agua.
Los beneficios más conocidos de la cafeína son:
Las más populares seguro que las conoces:
- Mejora la atención; nos hace más receptivos.
- Mejora el estado de ánimo.
- Reduce el riesgo de padecer enfermedades degenerativas como el Alzheimer, el Parkinson o la demencia senil.
- También ayuda a prevenir la diabetes.
- Facilita la digestión y es una ayuda contra el estreñimiento.
Los efectos tóxicos y adictivos del café son muy variables. Esta bebida puede incluso llegar a tener una acción letal, aunque sus efectos mortales se producen con dosis masivas (5-10 g), equivalente a ingerir 2-3 litros de café al día. Sin embargo, es la acción adictiva y tóxica la que plantea un mayor interés: la ingestión de una o dos tazas de café diarias provoca la estimulación de la corteza cerebral y mejora el rendimiento intelectual, mientras que el consumo de más de cinco tazas al día de esta bebida produce nerviosismo, irritabilidad, insomnio, acúfenos, arritmias, etc, es lo que se denomina adicción al café o “cafeinismo”.
La dosis recomendada de café, por el contenido de cafeína, es de más o menos 300 miligramos al día, que equivaldría a aproximadamente a 3 y 6 tazas. Los bebedores de café suelen desarrollar una tolerancia al alcaloide, y no tienen tanta sensibilidad a los efectos estimulantes de la cafeína que aquellas personas que lo beben de manera ocasional.
Si ese café lo consume una persona que además fuma, consume grandes cantidades de azúcares y grasas y que además no practica ejercicio, existe un alto riesgo que desarrolle una enfermedad cardiovascular debido a los malos hábitos en general y no por la cafeína en sí misma.
También es importante saber prepararlo para aprovechar sus beneficios al máximo. Lo que preferentemente se debe hacer es poner a hervir el agua y cuando dé su primer hervor, apagar, añadir el café, taparlo, dejarlo reposar y colarlo. El café debe ser siempre filtrado para evitar las concentraciones de colesterol, y nunca debe consumirse recalentado porque aumenta la acidez.