La manera poco sana implica:
- Que te quedes callado y permitas que la persona difícil haga las cosas a su manera, es decir, que pienses que no vale la pena debatir.
- Que te quejes a espaldas de la persona.
- Que te desconectes emocionalmente.
- Que la mitad del tiempo no digas realmente lo que piensas por temor a meterte en problemas o perder el control.
- Que des señales sutiles de desaprobación.
- Que seas parte de discusiones interminables que nadie gana.
- Que tengas síntomas de estrés como dolor de cabeza, nudos en el estómago, insomnio, depresión y ansiedad, pero decides poner buena cara y hacer como si nada pasara.
- Que estas consciente de que quieres salir de esa situación pero terminas por convencerte a ti mismo de que tienes que aguantar hasta el final.
- Que te compadeces de ti mismo y te complaces con fantasías de venganza.
En cambio, la manera saludable implica:
- Que evalúas lo que funciona mejor para ti y tratas de evitar lo que no.
- Que te acercas a la persona difícil de la manera más racional posible.
- Que evites cualquier drama emocional con la persona difícil.
- Que te asegures de que eres respetado por esta persona. Es decir, te asegures de mantener tu dignidad.
- Que eres capaz de percibir la inseguridad de estas personas bajo la superficie de su mal comportamiento.
- Que el comportamiento de estas personas no te detiene, no te quejas a sus espaldas ni su comportamiento te quita el sueño.
- Que te mantienes alejado de cualquier persona que se presta para chismes que puedan crear malentendidos con esa persona difícil.
Si tu respuesta a estas preguntas conlleva muchos de los aspectos poco saludables, entonces no debes soportar esta situación. La relación que mantienes con esta persona difícil no es productiva para ninguna de los dos.
¿Debo alejarme?
Las personas difíciles generalmente terminan solas y amargadas como consecuencia de su carácter. La única excepción son las personas competitivas que no pueden permitirse el ser vistos negativamente y por ende, tienden a alejarse de situaciones que les haga verse mal. Otro tipo de personas difíciles, las controladoras y dependientes, tienden a sufrir de una mala situación duran mucho tiempo más allá del que pareciera saludable. En punto es que no puedes esperar a que esa persona difícil resuelva sus problemas, ni a que mágicamente se convierta en una persona agradable. Quizás la idea de separarte de esa persona – ya sea un esposo, un amigo, un colega o un empleado – te produzca ansiedad, pero lo más sano es cortar lazos.
Ten muy presente que en ocasiones esta ansiedad excesiva puede minimizarse a través de una ruptura, que es lo más recomendable que puedes hacer. En ese caso, después de haber respondido la primera y la segunda pregunta sabrás que esa persona no va a cambiar, aunque ya hayas examinado las opciones poco saludables y aunque hayas intentado hablar con esta persona. Entonces, lo más saludable es NO tolerar esa situación. No te prometo que sea una decisión fácil, pero será la correcta ya que propiciará un gran alivio que te permitirá ser más saludable y productivo.