La procrastinación o dilación es la acción o hábito de postergar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes y agradables. Pero ¿Sabes cuál es la principal causa por la que la gente posterga las cosas?
El miedo. El temor a lo desconocido, lo que podría suceder en el futuro o en algún día o no, sin embargo, millones de personas aplazan lo que puedes y debes hacer hoy, con la esperanza de que la tarea será hecha o la situación a la que teme solo va a desaparecer por sí misma o alguna oportunidad todavía estará allí en el futuro, cuando esté listo.
Muchos de nosotros empezamos el día, llenos de buenas intenciones y por la noche nos damos cuenta de que hemos hecho la mitad de lo que habíamos pensado… o bien hacemos una lista con Metas…por alguna razón u otra empezamos el primer día y al segundo… ya no encontramos el momento para continuar. ¿ Té ha pasado alguna vez?
He oído decir que la dilación o procastinación es el peor ladrón de todos los tiempos. En estos días, el tiempo es un bien bastante escaso cuya pérdida puede ser realmente perjudicial. La procastinación o dilación no es un simple aplazamiento, ni es negarse a hacer una cosa. Es, sin duda, desidia, pero una desidia acompañada de complejas tácticas dilatorias. El procastinador toma la firme decisión de hacer una cosa mañana, decisión que volverá a ser aplazada con la misma resolución al día siguiente. El procastinador suele ser un postergador raciocinante, que se da argumentos muy convincentes- para él- que le aconsejan aplazar la acción.
Casi todo el mundo atraviesa una batalla constante tratando de encontrar la manera de cómo dejar de postergar las cosas a fin de cambiar la forma en que manejamos nuestras vidas por una manera en la que se supone que deberíamos conducirnos. La dilación es tan común en todo el mundo en estos días, ya seas un estudiante, una ama de casa o el parte del personal del mundo corporativo. No importa quién seas, porque la dilación forma parte de todo lo que haces.
La dilación pareciera un hábito difícil de romper. El resultado de procrastinación puede resultar en; oportunidades perdidas, horarios laborables largos, estrés et c. Tender a posponer cosas al último momento puede convertirse en un hábito difícil de romper.
Toda solución para dejar de procrastinar pasa por, simplemente, ponerse a la tarea que deseamos/debemos realizar. Sin embargo, en muchas ocasiones (y por muchas razones), el problema consiste no en comenzar, sino en continuar. Empezamos algo y lo dejamos a medias, distraídos por quien sabe qué.
La postergación, entendida como el retraso en comenzar una tarea o proyecto es uno de los peores enemigos del bienestar del ser humano. Aunque la postergación suele calificarse como una práctica cultural de los Latinoamericanos, también se observa entre los Norteamericanos, Alemanes y Japoneses, aunque con matices e intensidades diferentes.
El aspecto crítico de la postergación se relaciona con las consecuencias del acto de postergar. Retrasar un día más la fecha límite para dejar de comerse las uñas, empezar a hacer ejercicio, reducir el consumo de alimentos, administrar mejor nuestro tiempo o escribir el trabajo de grado, no tiene impacto significativo sobre el comportamiento que deseamos modificar.
Por otra parte, gran parte de nuestro repertorio de comportamiento está gobernado por reglas. Una regla es una descripción de una contingencia conductual. Un ejemplo de este tipo de reglas sería: “Si tocas la hornilla caliente te quemarás”. La mayoría de los humanos con adecuado repertorio verbal cumplirían con la regla sin mayor dificultad. Esta regla describe un resultado que es inmediato, probable e intenso. Sin embargo a la mayoría de nosotros se nos hace muy difícil seguir reglas que describen resultados improbables. “Si usas el preservativo, disminuyes el riesgo de contagio”; “Si usas el casco de seguridad, proteges mejor tu cabeza en caso de accidente”. También se nos hace difícil seguir reglas que describen resultados acumulativos “Si comes chocolates, eventualmente engordarás”; “Si escribes una página de la tesis cada día, eventualmente la terminarás”. Siempre se puede postergar para más tarde él dejar de comer chocolates o dejar de fumar.
Siempre podemos diferir para mañana o para otra ocasión, el uso del preservativo, del casco de seguridad o escribir una página de la tesis. Como los resultados que se describen son improbables o de efectos inmediatos débiles, la postergación siempre aparece como la elección de menor esfuerzo.