¿Cómo lidiar con los patrones de pensamiento negativo?

Cientos de pensamientos negativos atraviesan nuestra mente cada momento del día. Y si bien algunos de esos pensamientos puede que tengan sentido, otros tantos no lo tendrán. Algunos de estos pensamientos pueden ser prácticos, como aquellos que nos recuerdan lo que debemos comprar o hacer ese día o al siguiente. Algunos de los tantos pensamientos que tenemos suelen ser de reflexión y nos permiten expandir nuestra mente, gracias a lo que más tarde dará pie a pensamientos creativos e ideas.

Sin embargo, de entre esta basta ramificación de pensamientos también existen aquellos en los que nos etiquetamos como personamos inútiles y carente de habilidades. La peligrosidad de los pensamientos negativos se debe a que suelen ser auto – destructivos e incluso, nos pueden sabotear. Los pensamientos negativos funcionan en muchos casos como una especie de grillete que nos impide movernos libremente hacia otra fase en la que podemos ser más felices y desarrollarnos.

Imagínate que tienes el mal hábito de insistir con los mismos pensamientos negativos una y otra vez. Y supón que existe una manifestación física externa asociada a ellos. Los pensamientos negativos son algo tan simple como un “Me siento deprimido”, “No me gusta mi trabajo” o “No puedo hacer esto o eso otro”. Pero ¿Cómo se puede romper este patrón de pensamientos negativos cuando es algo que se encuentra en tu mente?

En realidad, existen varias formas en las que se puede desacondicionar un patrón de pensamiento negativo. La idea básica consiste en sustituir el viejo patrón por uno nuevo. En ocasiones cuando buscamos resistirnos mentalmente al pensamiento negativo suele ser contraproducente, pues simplemente te estarás esforzando y harás las cosas mucho peores. Mientras más te esfuerces por ir contra ese patrón de pensamientos negativo, mayor será la resistencia que opondrá.

Para vencer la tendencia al negativismo puedes usar las llamadas “Técnicas de Distracción” que consisten en desviar tu atención de una emoción negativa, a una actividad placentera.

Consisten básicamente en elegir una actividad que para ti sea placentera y después comienza a realizarla.  Se trata de hacer una conducta (leer, cantar, cocinar, escribir, etc) y por tanto activar músculos, atención, pensamiento, etc. Esto supone dejar de centrarte en algo negativo, ya que no se puede tener dos actividades opuestas al mismo tiempo en el organismo.

Técnica de externalización que es el acto de centrar tu atención en sensaciones que se originan fuera del cuerpo. La externalización funciona porque distrae tu atención haciendo que te centres en lo externo, impidiendo así que aparezca el malestar. Consiste en usar uno o más sentidos para centrarte en alguna sensación externa: Observando minuciosamente, escuchando atentamente, sintiendo las texturas, oliendo o saboreando.

Técnica de la repetición: contar baldosas, las líneas o grietas del suelo, tamborilear con los dedos alguna canción, enrollar un trozo de papel de manera sistemática. Si haces esto no puedes estar recreándote en tu pensamiento negativo.

Técnica antimonotonía: a veces realizar las actividades de forma habitual hace que éstas se vuelvan desagradables para nosotros. Cambia la decoración de tu habitación, de tu puesto de trabajo. Vuelve a casa por otro camino o modifica el lugar donde haces tus compras. A veces basta con que algo sea novedoso para que sea más placentero. Las actividades que han llegado a ser automáticas porque se realizan a menudo, no funcionan para positivizar el pensamiento porque no necesitas emplear toda tu atención.

Técnicas simples que requieran concentración: recordar la letra de una canción que te gusta, determinar cuál va a ser el costo de una compra, pensar en un acontecimiento que te sea de agrado o alegría. En cambio ¿qué crees que hace tu cerebro si sólo estás pensando y hablando de cosas negativas? Pues hace que se manifieste en mayor intensidad, ya que gran parte de tu actividad cerebral está centrada en sólo ese asunto.

Puede que las técnicas de distracción no hagan que tus pensamientos negativos  desaparezcan por completo, pero te ayudarán a dedicar atención a otras cosas y hacer que ese patrón de pensamientos  sea más fácil de manejar.

Técnica de la conversación: conversar es una forma efectiva de distracción que puede usarse casi en cualquier lugar. La conversación sirve más como distractor cuando se es el conversador activo más que el oyente pasivo. Ojo, si eliges usar esta técnica no lo hagas con alguien que sea negativo o se encuentre en un mal momento emocional, ya que te generará más dolor.

¿Es posible mejorar el IQ?

El CI son las siglas de cociente intelectual. Entonces, ¿qué es el CI? El CI es una medida de la inteligencia expresada en un número. El CI de una persona se puede calcular haciendo que esa persona realice un test de inteligencia. El CI medio es de 100. Si consigue un CI superior a 100, es más inteligente que la media y una puntuación inferior significa que es (de alguna forma) menos inteligente. Algunas de las maneras en que podemos ejercitar nuestro cerebro y mejorar nuestro IQ son:

Es posible mejorar el IQHacer ejercicio. Caminar 45 minutos al día, tres veces por semana, estimula la producción del factor neurotrófico derivado del cerebro, una proteína que contribuye a la formación de neuronas nuevas, al aumento de conexiones sinápticas y al aprendizaje. Estudios dirigidos por Arthur Kramer, de la Universidad de Illinois en Urbana – Champaign, y por Kirk Erickson, de la Universidad de Pittsburgh, han demostrado que el ejercicio aumenta la sustancia gris en la región del hipocampo que procesa conocimientos nuevos, en particular la relación entre los distintos elementos de información que conforman los recuerdos complejos. Esto tal vez no eleve su CI, pero atiborrar su corteza cerebral con información sin duda lo volverá más erudito.

Ingerir los alimentos correctos. Si bien es cierto que una dieta saludable se asocia con un menor riesgo de contraer enfermedades como la diabetes y el mal de Alzheimer, y de sufrir ataques de apoplejía -los cuales dañan las funciones cerebrales-, no existen pruebas firmes de que los complementos vitamínicos o ciertos alimentos ricos en antioxidantes aumenten la inteligencia. Sin embargo, los científicos tienen la mira puesta en algunos de ellos. Por ejemplo, varios estudios en pequeña escala indican que la cúrcuma y el jugo de granada podrían mejorar la memoria y otras funciones cognitivas.

Consumir cafeína. La cafeína estimula el sistema nervioso central, bloqueando la adenosina, un neurotransmisor que produce un efecto relajante en el cuerpo. Sin embargo, según un estudio publicado en Nature en 2011, la cafeína es capaz de mucho más. En ratones, esta sustancia fortalece las conexiones neuronales. En un experimento, las ratas a las que se les dio un equivalente humano de dos tazas de café, mostraron una actividad eléctrica más poderosa entre las neuronas de una parte del hipocampo, llamada CA2. Una conexión más fuerte en esta área implica un mejor aprendizaje y una mejor capacidad de memoria. La autora de este estudio, Serena Dudek, del Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Ambiental de EE.UU., señala a La Tercera que sus estudios aún no aseguran que la cafeína aumente la inteligencia en los seres humanos, pero que si lo hace, se debería a este mismo proceso.

Aprender un nuevo idioma. ecientes investigaciones señalan que aprender al menos un segundo idioma implica un ejercicio cerebral muy completo, pues requiere la participación de muchas partes del cerebro, tales como la corteza izquierda temporal media, la corteza inferior frontal y un conjunto de regiones frontales y subcorticales. Como resultado de esa actividad cerebral, aumenta la materia gris y mejoran considerablemente todas las funciones cognitivas, la capacidad de lenguaje, la inteligencia, la atención, la memoria y la percepción. Así mismo, se dice que aprender un segundo idioma podría ayudar a equilibrar el envejecimiento y deterioro del sistema nervioso, incluso podría retrasar cuatro años la enfermedad de Alzheimer

Jugar ajedrez o haciendo puzles. Un estudio realizado en el año 2003 en el Albert Einstein College of Medicine encontró evidencia de que someter al cerebro a juegos mentales puede evitar la demencia. Los sujetos que mejores resultados mostraron fueron aquellos que practicaban el ajedrez. Si bien el estudio fue alentador, todavía la literatura científica al respecto no es concluyente. Otro ejemplo es el estudio de Robert Wilson (2007), investigador del Centro Médico Universitario de Chicago, en donde afirma que el ejercicio mental retrasa el inicio del deterioro cognitivo. En ese sentido, el Alzheimer es una enfermedad que ataca la memoria y la concentración, además de otras capacidades mentales, siendo las dos primeras las principales capacidades que se desarrollan jugando al ajedrez.

Por otro lado, los crucigramas y el cubo Rubik son rompecabezas  mentales que sin duda puede aumentar su nivel de coeficiente intelectual. Los puzzles mejoran su nivel de memoria y ayudan a mantener la memoria de corto plazo y el poder de concentración. Estas actividades se han demostrado para proteger de la demencia que suele ocurrir a una edad avanzada.

Escribir a mano. Tiene ventajas para el cerebro, según apuntan recientes investigaciones. Entre otras cosas, ayuda a fijar conceptos, a aprender un nuevo idioma y a mantener la mente activa. Gracias a imágenes de resonancia magnética, científicos de la Universidad de Indiana (EEUU) han visto que al escribir a mano se activan más regiones del cerebro y se favorece el aprendizaje de formas, símbolos y lenguas. Esta técnica ayuda a expresar mejor los pensamientos y las ideas. Incluso para algunos trastornos neurológicos, la habilidad en esta escritura puede servir como una herramienta de diagnóstico.

¿Podemos confiar en la intuición?

Steve Jobs durante el famoso discurso de apertura de la Universidad de Stanford en el 2005 le aconsejó a los estudiantes a “no permitir que las opiniones de los demás ahogasen su propia voz interior” sino que “tuvieran el coraje para seguir su corazón y su intuición”.

Pocos profesionales en la materia niegan que poseamos una mente perspicaz con Steve Jobs durante el famoso discurso de apertura de la Universidad de Stanford en el 2005 le aconsejó a los estudiantes a “no permitir que las opiniones de los demás ahogasen su propia voz interior” sino que “tuvieran el coraje para seguir su corazón y su intuición”.

Pocos profesionales en la materia niegan que poseamos una mente perspicaz con una gran fortalece, una gran alegría u una gran creatividad. Sin embargo, como científicos su tares es la de comprender como es que nuestra mente funciona.

Reconocer la intuición puede ser una gran herramienta para tomar mejores decisiones, libres de prejuicio y sin la carga emocional que por lo general tienen nuestras acciones. Pero aprender a reconocerla no es fácil, primordialmente porque nunca lo hemos practicado.

La intuición es el primer chispazo que se nos viene a la cabeza cuando queremos tomar una decisión. Muchas veces el qué es la intuición se confunde con otro tipo habilidades que poseemos como seres humanos, lo que sin duda nos aleja de poder usarla de manera efectiva en las decisiones que tomamos en el día a día.

Algunas definiciones del diccionario nos dicen que la intuición es: “La facultad de conocer, o conocimiento obtenido, sin recurrir a la deducción o razonamiento”, “Percepción clara, íntima, instantánea de una idea o verdad, como si se tuviera a la vista y sin que medie razonamiento”.

Por tanto nos podemos referir a la intuición como cualidad de los intuitivos, como acción de intuir y también como mensaje intuido.

Tal vez al intentar entender cómo nuestras intuiciones pueden engañarnos es que podríamos aprender a dominar la perspicacia de nuestra mente y así cultivar una mayor fuerza, así como la capacidad creativa y reflexiva.

Te aseguro que podemos encontrar un sin fin que tratan de explicar cómo funciona la intuición y de ellos puedo destacar en particular, que se ha puesto de moda afirmar que los métodos intuitivos para pensar y tomar decisiones son superiores a los métodos analíticos.

Esto es un argumento tentador ya que la intuición a menudo se asume como una manera de elegir cosas de manera rápida sin tener que recurrir a la deliberación racional.

Y, si bien es cierto que la intuición puede tomarnos el pelo muchas veces, – sobre todo cuando nos dejamos guiar por ella en una situación en la cual no tenemos experiencia alguna -.

Sin embargo, muchas personas opinan que mientras mayor es la experiencia que poseemos sobre un tema determinado mayor será la velocidad con la que el cerebro crea ciertas conexiones, lo que agiliza por ende la toma de decisiones.

Es en esas circunstancias en las que la intuición se vuelve la manera más adecuada de dar solución a un problema.

Cuando la intuición es la que lleva las riendas te resultará un tanto más difícil justificar tu respuesta o decisión sobre todo si se trata de una situación que implica a otra u otras personas.

Por ejemplo si quieres iniciar un negocio y tú socio simplemente no está seguro de ello porque te has basado en tu intuición para tomar decisiones importantes.

Soy de la opinión de que no es lo más conveniente mostrarte indiferente hacia alguien con una gran experiencia en su campo que toma una importante decisión intuitivamente, y sin embargo prefieres dejarte aconsejar por interminables razonamientos, discusiones, datos y estudios que, al contrario de lo que se piensa, no hacen más que nublar el horizonte y arruinar las ideas.

Es importante tomar en cuenta que una intuición es como el agua que se evapora y es tan frágil como el recuerdo de un sueño al despertar. A veces el escepticismo, los prejuicios y convencionalismos, hacen que perdamos de vista la idea inicial que nos había traído la intuición.

Es por esta causa que es conveniente anotar inmediatamente lo que se recibe. No es suficiente reconocer una intuición, se la debe comprender y obedecer aunque a veces pueda parecer desagradable.

La gran virtud de la intuición es justamente que surge previa al proceso de enmascaramiento de la realidad. No se saca ningún provecho con ella a pesar del gran beneficio que podría reportarte si te acostumbraras a percibir sus señales o indicaciones.

La intuición ayuda al ser humano a captar una situación, hecho o persona que podría ser perjudicial. A menudo el miedo a que nuestra intuición tenga una justificada realidad nos hace bloquearla, negarla obstaculizando su reflexión.

Una gran fortaleza, una gran alegría o una gran creatividad. Sin embargo, como científicos su tares es la de comprender como es que nuestra mente funciona. Reconocer la intuición puede ser una gran herramienta para tomar mejores decisiones, libres de prejuicio y sin la carga emocional que por lo general tienen nuestras acciones. Pero aprender a reconocerla no es fácil, primordialmente porque nunca lo hemos practicado.

La intuición es el primer chispazo que se nos viene a la cabeza cuando queremos tomar una decisión. Muchas veces el qué es la intuición se confunde con otro tipo habilidades que poseemos como seres humanos, lo que sin duda nos aleja de poder usarla de manera efectiva en las decisiones que tomamos en el día a día.

Algunas definiciones del diccionario nos dicen que la intuición es: “La facultad de conocer, o conocimiento obtenido, sin recurrir a la deducción o razonamiento”, “Percepción clara, íntima, instantánea de una idea o verdad, como si se tuviera a la vista y sin que medie razonamiento”.

Por tanto nos podemos referir a la intuición como cualidad de los intuitivos, como acción de intuir y también como mensaje intuido.

Tal vez al intentar entender cómo nuestras intuiciones pueden engañarnos es que podríamos aprender a dominar la perspicacia de nuestra mente y así cultivar una mayor fuerza, así como la capacidad creativa y reflexiva.

Te aseguro que podemos encontrar un sin fin que tratan de explicar cómo funciona la intuición y de ellos puedo destacar en particular, que se ha puesto de moda afirmar que los métodos intuitivos para pensar y tomar decisiones son superiores a los métodos analíticos.

Esto es un argumento tentador ya que la intuición a menudo se asume como una manera de elegir cosas de manera rápida sin tener que recurrir a la deliberación racional.

Y, si bien es cierto que la intuición puede tomarnos el pelo muchas veces, – sobre todo cuando nos dejamos guiar por ella en una situación en la cual no tenemos experiencia alguna -.

Sin embargo, muchas personas opinan que mientras mayor es la experiencia que poseemos sobre un tema determinado mayor será la velocidad con la que el cerebro crea ciertas conexiones, lo que agiliza por ende la toma de decisiones.

Es en esas circunstancias en las que la intuición se vuelve la manera más adecuada de dar solución a un problema.

Cuando la intuición es la que lleva las riendas te resultará un tanto más difícil justificar tu respuesta o decisión sobre todo si se trata de una situación que implica a otra u otras personas. Por ejemplo si quieres iniciar un negocio y tú socio simplemente no está seguro de ello porque te has basado en tu intuición para tomar decisiones importantes.

Soy de la opinión de que no es lo más conveniente mostrarte indiferente hacia alguien con una gran experiencia en su campo que toma una importante decisión intuitivamente, y sin embargo prefieres dejarte aconsejar por interminables razonamientos, discusiones, datos y estudios que, al contrario de lo que se piensa, no hacen más que nublar el horizonte y arruinar las ideas.

Es importante tomar en cuenta que una intuición es como el agua que se evapora y es tan frágil como el recuerdo de un sueño al despertar.

A veces el escepticismo, los prejuicios y convencionalismos, hacen que perdamos de vista la idea inicial que nos había traído la intuición.

Es por esta causa que es conveniente anotar inmediatamente lo que se recibe. No es suficiente reconocer una intuición, se la debe comprender y obedecer aunque a veces pueda parecer desagradable.

La gran virtud de la intuición es justamente que surge previa al proceso de enmascaramiento de la realidad. No se saca ningún provecho con ella a pesar del gran beneficio que podría reportarte si te acostumbraras a percibir sus señales o indicaciones.

La intuición ayuda al ser humano a captar una situación, hecho o persona que podría ser perjudicial. A menudo el miedo a que nuestra intuición tenga una justificada realidad nos hace bloquearla, negarla obstaculizando su reflexión.

Para deshacerse de los malos hábitos

A menudo nos encontramos con hábitos de dos clases: los buenos y los malos. Es muy sencillo reconocer los buenos en uno mismo, pero normalmente es mucho más sencillo señalar los malos en los demás. i bien los malos hábitos son los que reciben la mayoría de nuestra atención, no son los únicos que deben ser analizados. A veces, los buenos hábitos necesitan de una reevaluación, y cuando no den la talla, deberían ser cambiados. Los malos hábitos que son más fácilmente identificados suelen ser abaquismo y el alcoholismo, el abuso de drogas, el trastorno obsesivo compulsivo, el juego, la compulsión sexual y la adicción al trabajo.

malos habitosEl problema es que los malos hábitos proveen gratificación instantánea, son un escape del dolor de la realidad de la vida. Puede ser dar portazos, insultar, romper cosas, maldecir, gritarle a tu esposa. Puede ser injuriar a los familiares, arrojar objetos, prender un cigarro, o echarse un trago. Todas estas cosas llegan a controlarnos y lo que sucede es que nos hacen prisioneros de nuestros propios reflejos condicionales. Entre más ignores esos malos hábitos o los trates de justificar diciendo: “¡Es que así soy yo!” Más arraigados y destructivos llegan a ser. Por lo regular crecen sin que te des cuenta hasta que ya han hecho serios avances en tu vida. la causa de los malos hábitos que posees eres tú mismo. Es tu actitud mental, alimentada por los pensamientos que depositas en tu mente subconsciente, la causante de tu hábito.

¿Quién controla tus pensamientos? Tú. Entonces, no tienes que seguir buscando razones. Cuando tu deseo de abandonar ese hábito destructivo es muy fuerte y quieres sustituirlo por un hábito constructivo, mantén la fe de que lo lograrás y te sentirás aliviado. Puedes sacar algo bueno de tu sufrimiento. No ha sido en vano, pero no tiene ningún sentido seguir sufriendo. Asume el control de tu vida reacondicionando tu mente. Responsabilizarte por tu vida significa pensar de manera constructiva y armoniosa. Romper con ul mal hábito es realmente sencillo: basta con dejar de alimentarlo. Deja al mal hábito morir de hambre y estás en camino de sacarlo de tu vida. Por lo tanto es necesario desarrollar un buen hábito para reemplazar el mal hábito. Por ejemplo, si usted tiene el hábito de pensar negativamente, usted debe reemplazarlo con el hábito de pensamientos positivos. Cuando los pensamientos negativos vienen, lo utilizan como un disparador para empezar a pensar en pensamientos positivos. O si usted tiene el hábito de comer alimentos poco saludables, usted puede comenzar a desarrollar el hábito de comer alimentos saludables. Eso sí, no dejar el espacio vacío. Actuar o no actuar por miedo, es una forma segura de sabotear tu desarrollo personal; y dejar que el miedo nos paralice es uno de los peores hábitos mentales.

La vida es para los valientes y la valentía es un don que todos poseemos. Desarrolla ese don. Aprende a luchar aunque te tiemblen las piernas. para generar cambios se necesita motivación y ésta sólo puede nacer de la persona que anhela esa transformación. La opinión del resto no tiene tanto peso como la propia convicción de ser una persona distinta, alguien mejor. Para que no te frustres tan rápido y abandones el proceso de cambio, debes ser perseverante, confiar y comprometerte contigo mismo. Si bien la fuerza de voluntad varía entre una persona y otra, por eso no es bueno entrar en comparaciones.

Los procesos son distintos para todos y también lo son las motivaciones. Asumir que se necesita más o menos tiempo dejar malas costumbres sin atormentarse por eso, es un factor crucial para alcanzar los objetivos trazados. También es importante que no seas duro contigo mismo por no cumplir las metas. Tienes que tener paciencia, aprender de tus errores y darte una segunda o tercera oportunidad. Esto es clave para fortalecer la voluntad, pero también lo es para la autoestima. Muchas veces eres tú quien se auto enjuicia con más dureza, sin ver ni reconocer los pequeños avances o triunfos.

Todos tenemos alguna conducta equivocada, tal como rumorear con los compañeros de trabajo o ser impuntual. Estos comportamientos no te hacen una mala persona y probablemente no te dejarán sin empleo, pero su “efecto acumulativo” podría generar una mala impresión e incluso causarte problemas con las personas que te rodean.

¿Cómo lograr tu máximo potencial?

Las capacidades y habilidades con las que nacemos son parte de lo que conocemos como “potencial” Todo ser humano tiene por lo menos un don, un talento, alguna habilidad. Tu don siempre es para el beneficio de otro. Cuando tu ejerces tu don, talento y habilidad estarás generando a tu alrededor y en la vida de otras personas una atmosfera de progreso que inspirara a otros a de igual manera desatar su potencial. Usa lo que tienes para bendecir a otros frecuentemente.

Cómo lograr tu máximo potencialUna parte importante de ese potencial se utiliza día a día, se detecta, identifica y aprovecha de forma práctica y cotidiana. Es lo que nos permite aprender, tomar decisiones, actuar y relacionarnos con los demás. Es esa parte de nuestro cerebro que siempre, o casi siempre, está funcionando. Ese aprovechamiento del potencial humano es lo que llamamos Recursos Naturales del Individuo. Todos los tenemos y prácticamente desde el primer instante de nuestro nacimiento iniciamos su aprovechamiento. A veces con un gran esfuerzo y otras veces casi sin darnos cuenta, vamos generando recursos, aprendiendo a hablar y a expresarnos, a ver y comprender el mundo que nos rodea, a encontrar y contactar con otros.

Otra parte de ese potencial lo intuimos. Sabemos que está ahí porque constantemente vemos su rastro, ya sea en nosotros mismos o en otras personas. Es lo que habitualmente conocemos como aptitudes.

A menudo pensamos que ese nivel de destreza y eficacia está sólo al alcance de unos pocos, pero no es así. En nuestra sociedad frecuentemente se confunden la competencia y el éxito, por lo que es importante señalar que no son lo mismo ni tienen por qué ir parejos. Las personas de “éxito” dependen de los mecanismos económicos, políticos y mediáticos. Sin embargo las personas que son competentes dependen de sí mismos y cómo hagan las cosas. Su secreto, en principio, es sencillo: Esas personas consiguieron identificar su potencial en la faceta más adecuada para desarrollarlo, y lo hicieron hasta alcanzar sus objetivos.

Comprender cómo funciona la mente te ayudará a lograr con mucha mayor rapidez aquello que deseas alcanzar. El uso de la mente es crucial cuando se trata del establecimiento de metas, superar temores o fobias, perder peso, dejar de fumar entre otros tantos propósitos.

Pero si existe un motivo por el que la gente a menudo se da por vencida cuando intenta lograr alguna de estas cosas, es precisamente porque no saben cómo sacarle el mayor potencial a su mente. Cada pensamiento o idea que tenemos representa una reacción física. Tus pensamientos pueden afectar no solo tu mente sino también el funcionamiento de tu cuerpo. Aunque una persona se puede sentir preocupada o estresada sobre un problema en específico, estos pueden verse reflejados en su estómago, que a su vez pueden conllevar a ulceras, diarrea o congestión. Los pensamientos de enojo puede estimular la producción de adrenalina en la sangre que a su vez repercute en otras áreas del cuerpo.

Los pensamientos que producen ansiedad y temor pueden afectar tu pulso. Un ejemplo de ello es lo que ocurre cuando una persona piensa que va a tener un mal rendimiento durante un examen, o bien que las cosas saldrán mal cuando ni siquiera existe la teoría de ello. No solo debemos intentar mantener a raya estos pensamientos negativos por cuestiones de salud, sino porque éstos mismos actúan como un limitante al momento de desarrollar nuestro potencial.

Y es que esto tiene lógica ya que no podemos tener ideas opuesta al mismo tiempo. Por ejemplo, no podemos estar felices cuando nos sentimos desdichados por alguna cosa. Solo podemos tener, o una u otra cosa. Solo podemos desarrollar un solo sentimiento en un momento determinado por lo que estado, tus ideas, tus sentimientos y tus emociones también pueden ser de gran ayuda para lograr el desarrollo de tu máximo potencial.

Tenemos que luchar por nuestro desarrollo personal, hay que  tener una perspectiva , una visión, esto nos dará opciones de dar lo mejor de nuestras vidas.  Si hacemos esto nunca tendremos que pensar si hemos dado lo mejor de nosotros mismos y si la vida que hemos vivido ha merecido la pena. Ten una visión, exprime tu potencial,  que lo mejor de tu vida está por llegar.

Se necesita mucha práctica para empezar nuevos hábitos en nuestras vidas, pero al empezar a cambiar las cosas significa que nos estamos empoderamiento para impulso mucho más rápido y en última instancia, nuestro éxito. Recuerda: que siempre estamos aprendiendo que los adultos, sino que es un proceso continuo que nos permita llegar a ser lo mejor que podemos ser.