Secretos de los “hombres” que todas deberíamos saber

Tanto hombres como mujeres ignoran  con frecuencia qué necesita su cónyuge. ¿Porqué somos tan ciegos? Tal vez porque algunos de nosotros buscamos más lo que podemos conseguir que lo que podemos dar en nuestra relación. Muchos estamos más que dispuestos y listos para dar, pero no sabemos cómo podemos suplir mejor las necesidades de nuestro cónyuge.

Reconocer y suplir las necesidades del otro resultará en una relación más fuerte y la capacidad de atravesar las adversidades que vengan.

He aquí algunos  secretos que los varones vacilan en compartir con sus parejas:

Los hombres no sienten un impulso sexual más fuerte que las mujeres. Muchas mujeres creen que los hombres “jamás están satisfechos”, ideas basadas probablemente en las experiencias  e la adolescencia cuando los muchachos a los que trataban parecían preocupados siempre por el sexo.

Es normal que durante la adolescencia los hombres generalmente desean la actividad sexual y piensan en las relaciones sexuales con mayor frecuencia que las mujeres. Muchos jóvenes esperan satisfacer sus necesidades emocionales a través del sexo pero conforme maduran, empieza a distinguir las necesidades sexuales de las emocionales. Es más, la edad y la responsabilidades anexas al trabajo y a la familia tienden a aminorar el impulso sexual.

Según los investigadores, los hombres no tienen un impulso sexual más fuerte que el de las mujeres. Unos manifiestan un alto nivel de este impulso y otros en menor intensidad, puesto que cada individuo es diferente.  ¿Qué puede hacen hombre y mujeres si tienen diferentes niveles de apetito sexual?  Es vital la comunicación afectuosa en que la comprensión prevalezca sobre las críticas.

También lo es darse mutuamente muestras frecuentes de afecto, aunque no siempre conduzcan al acto sexual y darse tiempo para relajarse tras un día atareado. Puede que él no se da cuenta de que su pareja no percibe las demostraciones de afecto de igual manera. Ella le adjudica más valor al amor, a los sentimientos de romanticismo y a las demostraciones de afecto.

Un hombre sabio disminuirá la velocidad y se asegurará de suplir primero esas necesidades. Expertos aconsejan que el hombre no debería esperar hasta la hora de dormir para ponerse románticos: se sugiere que comiencen preparando el escenario en el desayuno, con palabras cariñosas y demostraciones de afecto; dejar una nota, llamarse durante el día, abrazarse, besarse, guiñarle el ojo y escucharse cuando están en casa.

Los hombres no son sexualmente obsesivos. Somos diferentes físicamente, sicológicamente y emocionalmente. Así que no es sorprendente que no seamos iguales sexualmente. Nosotras, opuesto a ellos, podemos sentir un gran éxtasis con tan solo abrazarnos y acurrucarnos tiernamente con nuestra pareja, mientras que un hombre depende del acto sexual para sentirse realmente satisfecho.

 

Nosotras percibimos el deseo sexual de los varones como una satisfacción estrictamente física. Sin embargo, un estudio demostró que el 97% de los hombres dice que tener sexo no es suficiente, sino que lo que es aún más importante es sentirse apetecido por su pareja. O sea, cuando una mujer tiene sexo sencillamente por cumplir, pero lo hace sin interés o deseo, esto hace al hombre sentirse vacío.

¿El error que más cometemos y con el que se nos acaba el amor? Los hombres siguen esperando que nosotras pensemos y reaccionemos como ellos, y viceversa. Es decir, esperamos que el sexo opuesto se parezca más a nosotros, que quieran como nosotros queremos y que sientan como nosotros sentimos. Esta actitud, nos predispone a sentirnos decepcionados una y otra vez por actitudes de nuestra pareja y nos impide comunicarnos y relacionarnos adecuadamente. Cuando aprendamos y respetemos estas diferencias, podremos disfrutar de relaciones más sanas y duraderas.

 

¿Cómo desarrollar nuestras habilidades?

 

Es absolutamente innegable que la palabra “alegría” existe en cualquier diccionario.  Sin embargo, esta palabra parecía no existir en la vida real. Esto podría sonar absurdo, pero es cierto. Esto se debe al hecho de que, como seres humanos, continuamente estamos esforzándonos por ser mejores personas para nuestro propio bien y para tener éxito en la vida. Es un hecho también, que esto tiene que ver con el deseo de desarrollar nuestras habilidades personales.

desarrollar nuestras habilidadesPor lo tanto, debemos aprender cómo se pueden mejorar y desarrollar dichas habilidad, a fin de convertirnos en mejores personas, más productivas y orgullosos de nosotros mismos. Todo el proceso de preocupación y búsqueda por ser más y mejor cada día, lleva a las personas a desarrollar la confianza en sí mismas, la capacidad de dirigir sus propias vidas, a  adoptar decisiones, o que les permite crecer, desarrollarse y superarse de manera integral.

Desear mejorarte a ti mismo o intentar ser una mejor persona no es algo tan difícil. Para empezar, se requiere de desear realmente ser alguien mejor. Entre los tantos aspectos que deseamos cambiar, siempre se encuentran el querer ser un mejor empleado o ser el mejor de tu profesión. Ser un mejor individuo. Ser quizás un mejor ciudadano o simplemente, salir de ese concepto en el que tú mismo te has encasillado. Por otro parte, el tratar de ser mejor y desarrollar tus habilidades puede determinar el que lo seas realmente y conseguir un pase directo a ese éxito tan anhelado. Por lo tanto, si tu objetivo es ser una mejor persona, dicho objetivo no podría porque resultar perjudicial.

Pero como todo, la mejora personal necesita de una serie de procesos o pasos, que deberás tomar en cuenta a fin de que este proceso de mejora te ayude a explotar tus habilidades:

–          Establece metas. Esta es la primera cosa que debes tomar en cuenta. Tienes que determinar qué quieres en la vida, que cosas anhelas a largo y corto plazo. Esto es esencial puesto con este paso, podrás comenzar a determinar qué es lo que necesitas trabajar a fin de ser una mejor persona. Las personas debemos tomar las riendas de nuestra vida, enrutarla hacia metas y objetivos claros, concretos y realizables.

 

–          Estable tu “plan” de desarrollo personal. Una vez determinados tus objetivos en la vida, el siguiente paso será hacer tu propio plan de desarrollo, el cual te servirá como guía en el camino hacia el logro de tus metas.

 

–          Pon en marcha tu plan de acción. Este podría resultar el paso más difícil en el mejoramiento propio. No obstante, se puede hacer de alguna manera sencillo, al comenzar con pequeñas tareas, una a la vez. Después de todo, el hecho de que sean pasos cortos no le quita ningún mérito a tu esfuerzo, todo lo contrario, cualquier paso por pequeño o grande que sea, es significativo.

 

–          Se responsable. En todo momento, ante cualquier decisión, debemos responsabilizarnos por las mismas. Acepta todas tus carencias de corazón y prométete a ti mismo manejar aquello de una mejor manera la próxima vez. Por otra parte, también se debe tener la mente abierta cuando se trata de la búsqueda de los resultados deseados. Así, podrás aceptar con humildad los posibles fallos y seguir adelante. El aferrarte a la idea equivocada de la perfección solo postergará el que puedas mejorar. La persona positiva se manifiesta tal como es, asume las responsabilidades de su propia vida y se prepara permanentemente para afrontar y asumir los obstáculos, luchas y dificultades de la existencia.

 

–          Asegúrate de mejorar a diario. El desarrollo de las habilidades personas ya está en ti. Solo es cuestión de mejorar esas habilidades para ser una mejor persona, alcanzar esa satisfacción persona y tener éxito al final del día. De hecho, es preferible que trabajes día a día a fin de lograr resultados fructíferos.

La persona interesada en su crecimiento, desarrollo y superación personal, es auténtica, se esfuerza por ser ella misma. Desecha la falsedad. Las falsas pretensiones. Se despoja de las imágenes irreales que posee de sí misma y tiene una alta autoestima.

Existen personas que desaprovechan y subvaloran las capacidades y fortalezas que los acompañan; El ser humano es una criatura única, dotada de todo lo necesario para triunfar en la vida. Si miramos con cuidado, encontrarás que tienes habilidades, fortalezas, limitaciones y los atributos necesarios para enfrentar y gozar positivamente de la vida.

¿Por qué somos impulsivos?

El comportamiento impulsivo, definido como el hecho de actuar sin prever o considerar las consecuencias, es un rasgo distintivo de numerosos trastornos, incluyendo la agresividad, la adicción, el trastorno de déficit de atención/hiperactividad (TDAH), el trastorno de personalidad antisocial y el suicidio. La tendencia hacia la impulsividad no siempre es negativa; cuando se requiere la toma rápida de decisiones o cuando el incumplimiento de plazos puede provocar la pérdida de oportunidades, puede ser una ventaja.

Las conductas impulsivas se producen por una pobre toma de decisiones que da lugar a consecuencias deletéreas, a menudo en el contexto de un incremento de la búsqueda de novedades. La impulsividad y la búsqueda de novedades son generalmente elevadas en la adolescencia y bajas en la vejez.

Los instrumentos que miden la toma de decisiones identifican la impulsividad como una preferencia por decisiones de elevado riesgo/ bajo beneficio o por pequeñas recompensas inmediatas sobre grandes recompensas retrasadas.

En un estudio publicado en la revista Journal of Neuroscience se ha demostrado que los niveles elevados de dopamina aumentan la tendencia a optar por la gratificación instantánea, en lugar de esperar una recompensa más beneficiosa, si ésta será más tardía.

Esta investigación puede ayudar a explicar por qué la gente afectada por problemas como el transtorno por déficit de atención/hiperactividad (TDAH), caracterizado por presentar unos altos niveles de dopamina en el cerebro, tiende a mostrar un comportamiento extremadamente impulsivo. Del mismo modo, pone de relieve por qué este comportamiento puede ser un potencial efecto secundario negativo de la L-dopa, un medicamento que se usa para ayudar a aliviar los síntomas de la enfermedad de Parkinson.

Un grupo de investigadores de la Universidad de Vanderbilt ha analizado la función de la dopamina en el cerebro para descubrir con más precisión lo que hace que algunas personas sean más susceptibles a la conducta impulsiva. Los científicos fueron capaces de demostrar una deficiencia de dopamina en el control del cerebro, lo que indica una persona propensa a la impulsividad, tal como se explica Joshua W. Buckholtz, del Instituto Vanderbilt cerebro y el Departamento de Neurociencia del Departamento de Psicología de la Universidad de Vanderbilt

Buckholtz comparó la regulación de autorreceptores de dopamina por la acción de un termostato. El cerebro tiene un número diferente de los termostatos, que detecta los niveles de ciertos químicos y ajusta la salida de estas sustancias, según las necesidades. «Hemos demostrado que el termostato, como un mecanismo de regulación del cerebro medio autorreceptor, la liberación de dopamina estriatal en algunas partes, en las personas con altos niveles de impulsividad, explicó.

Como resultado, la dopamina mucho se produce en ciertas regiones del cerebro asociadas con la recompensa y la motivación. Este exceso puede conducir a una mayor motivación para obtener recompensas en las personas impulsivas, que tienden a reclamar una indemnización sin tener en cuenta las consecuencias de sus acciones, y sin la capacidad de poner freno a su comportamiento.

La impulsividad se convierte en patológica en individuos que frente a una determinada situación, no pueden demorar el momento de satisfacer una necesidad; Esa persona no puede demorar su necesidad, por ejemplo, de beber y es entonces cuando se da atracones a beber y entonces aparece el alcoholismo, o bien no puede demorar una relación sexual y aparece la adicción al sexo. Puede ocurrir, igualmente, que sienta una cierta incapacidad ante situaciones como estar con más gente y se siente irritado, molesto y reacciona con agresividad e incluso con violencia: en definitiva, el sujeto es incapaz de inhibir una respuesta que en condiciones normales debería poder ser inhibida.

¿Existe realmente una escalera al éxito?

A menudo las personas se preguntan si realmente ¿Existe una receta para el éxito? O si ¿existen estrategias infalibles para llegar a ese punto? ¿Habrá alguna serie de pasos que te garanticen el éxito? ¿O se trata de una simple formula?

Mi respuesta a todos estos cuestionamientos es que sí, sin duda existen. Sin embargo, saber cuáles son exactamente esos pasos que deberíamos seguir resulta difícil. Porque cuando uno hace lo que los demás hacen,  cuando sigues al pie de la letra lo que se supone que le da resultados a un experto en la materia y operar bajo la suposición automática de que “tal cosa” te funcionará también, puede que quedes bastante decepcionado.

¿Existe realmente una escalera al éxito?Claro, algunos “tips” o “pasos” puede que funcionen por un tiempo, pero con frecuencia, puede que no obtengas los mismos resultado o que los resultados obtenidos no sean sostenibles y esto te conduzca a frustración o siempre dudas, incluso los resultados podrían llegar a empeorar la situación que pretendías resolver.

¿Por qué ocurre esto? ¿Por qué lo que funciona a la perfección para otras personas no nos funciona a nosotros? ¿Será acaso una cuestión de carácter o tendrás que ver con nuestro intelecto? Por supuesto que no. En la mayoría de los casos se debe a que no estamos viendo el panorama completo, y dicho panorama te incluye.

Lo que por lo general todos vemos es la punta del iceberg, una pequeña porción de lo que hace que una persona o un negocio sea exitoso, cuando lo que necesitas ver se encuentra debajo de la superficie… descubrir lo que esa persona cree de su misma y de su negocio, su carrera, su familia, etc. Lo que esperan que suceda.

Debes preguntarte ¿Cuál es la mentalidad detrás de las acciones de estas personas en apariencia exitosas? Sus principios, valores y la ética con la que se manejan. En esencia, es necesario comprender más acerca de ellos. Porque es solo cuando eres consciente de estas cosas tan relevantes que eres capaz de explorar plenamente esos detalles en relación contigo mismo.

Este es el eslabón perdido para muchos de nosotros. Necesitamos pasar tiempo con nosotros mismos, reconocer los esfuerzos, abrazar y amarnos a nosotros mismos. Debes analizar que es el éxito para ti mismo, ya que de lo contrario no serás capaz de filtrar eficazmente la información de lo que implica el éxito a nivel emocional y espiritual.

El éxito en lo que elijas alcanzar depende mucho del control de tus emociones. Ésta es una tarea interna, delicada, paciente, que se alcanza por acumulación y perseverancia, no es un golpe de suerte que te permitirá cambiar tu vida emocional repentinamente.

A todos nos encanta escuchar historias de éxito y estudiar la vida de personas que lo han logrado para poder emular sus vidas con la esperanza de obtener resultados similares.  En cambio, las historias de fracaso son menos atractivas.

Nunca rendirse es una meta y una virtud que las personas exitosas han demostrado a lo largo de la historia. La única manera de segura de alcanzar tus objetivos y vencer los obstáculos es por medio de la habilidad y la mentalidad de nunca rendirse. Esto se puede aplicar a los deportes, a los estudios, al dinero, la familia, etc.

Tener éxito es   tener claridad en el propósito. No hacerse problema por las cosas pequeñas. Es tener conciencia de lo que uno quiere. Es arriesgar…

El éxito se puede lograr de diferentes formas:

 

Ya sea buscando  la perfección siempre, a cada momento, y en cada instante das lo mejor de ti, analizando conscientemente todos los detalles que dan el éxito.

 

O no rindiéndose  jamás, nunca caer sin levantarse, nunca dar un paso atrás, nunca conformarte, tener asco a convertirte en un mediocre más, en uno más.

 

Entonces, a veces es el amor al éxito, otras el asco a la mediocridad. Y en el mejor de los casos, son ambas, las que harán que dentro de diez  años puedas sentirte orgulloso de lo que has hecho, de lo que llevas conseguido, de las metas que has logrado, de quién eres.

Las 3 reglas de oro para lograr una meta

Todos tenemos metas en la vida, así como planes a futuro. Todos en algún momento nos proponemos objetivos tales como perder peso, conseguir un mejor empleo, graduarse de la universidad o incluso cosas más asequibles como terminar de leer algún libro u ofrecer una increíble cena para nuestros amigos. Planeamos todas estas cosas, decidimos que en verdad queremos que ocurran y luego, pasado un tiempo, simplemente nos rendimos.

¿Qué ocurrió? El punto es que, como ya sabrás, apegarnos a los planes en la mayoría de las ocasiones no es algo sencillo. Si lo fuera, todos  lograrían sus metas y viviríamos en una sociedad mucho más feliz. Lo cierto es que, la gran mayoría de las personas no consiguen lograr sus metas.  Tener una vida sin metas claras, puede darnos una sensación de vacío o de poca satisfacción.

 

Una vida sin metas, es como querer salir de viaje sin saber a dónde vamos, que tipo de viaje queremos hacer, por cuanto tiempo, que necesitamos, con que contamos, que tenemos que empacar o comprar, etc.

Entonces, te preguntarás ¿cómo es que puedo apegarme a mis planes y presionarme a mí mismo hasta llevarlos a cabo?  En esencia, existen tres simple reglas que a mí me son mucha ayuda:

#1. Seamos realistas. Pregúntate a ti mismo  “¿en verdad puedo hacer esto?” No quisiera limitarte mentalmente de ninguna manera, pero el establecimiento de metas realistas puede ser la razón principal por la que no logras concretarlos.  Supongamos por ejemplo, que te gusta mucho correr y te gustaría alargar la distancia que recorrer cada vez más y más en el futuro; al día corres lo equivalente a dos millas y un día te propones participar en una maratón de 26 millas dentro de dos meses. Participar en una maratón es una gran idea, pero se necesita al menos un año de preparación para poder correrlo.

Otra pregunta que debes hacerte es “¿Realmente quiero  hacer eso?” en ocasiones nos emocionamos por algo o creemos es la cosa más extraordinaria que hemos visto o experimentado. Sentimos que encontramos algo que le daría sentido a nuestra vida y creemos que esto es lo queremos hacer. Pero, después perdemos el interés rápidamente y mientras más lo perdemos, más difícil nos será lograr dicha meta.

Supongamos que quieres ser el diseñador para un video juego; para comenzar debes ir a la universidad o tomar un curso para saber más al respecto. Estás en el tercer año y poco a poco comenzaste a perder el interés en el diseño de video juegos. El tiempo transcurre y las clases comienzan a resultarte aburridas. Seguir las clases se te hace cada vez más y más difícil, de modo que vez lejano el momento de poder llegar a graduarte. Tu meta de conseguir un título se vuelve inalcanzable.

Está bien perder el interés en las cosas conforme pasa el tiempo, no es el fin del mundo porque a casi todo el mundo le ha ocurrido en alguna ocasión, sin embargo, antes de comenzar a perseguir una meta, analízalo a consciencia y cuestiónate si en verdad esa meta es algo que deseas hacer.  No me refiero  solo a tener grandes metas como ir a la universidad, sino también a las pequeñas metas. ¿En verdad quieres invertir tiempo, dinero y esfuerzo en cierta meta o preferirías utilizar esos recursos en algo más? ¿En verdad quieres perder peso o es solo que te sientes presionado a hacerlo? Hacer lo que verdaderamente deseamos es esencial para el logro de nuestras metas.

#2 Enlista tus metas. Así de simple. Anótalas en un cuaderno, en la pared de tu dormitorio o en pequeños post-its alrededor de tu escritorio. En cualquier lugar en el que puedas verlas con frecuencia. ¿Porqué esto es tan importante?  Porque así te recordarás lo que realmente deseas. Te recordarás que tienes algo que hacer y eliminas el pretexto de haber olvidado tus objetivos. Supongamos que tu meta es perder 10 libras. Si anotas esta meta en la alacena, pensarás dos veces antes de tomar una bolsa de papas fritas y al menos que tengas una fuerza de voluntad muy débil, no te la comerás.

La postergación es uno de los problemas de nuestra actual sociedad. En lugar de trabajar y esmerarnos por conseguir algo que deseamos, nos distraemos jugando video juegos, viendo la tv o navegando en internet durante horas. Si por ejemplo, te propones sacar un cien en  el próximo examen de alguna clase, primero tienes que proponértelo. Anotarlo en un post-it y ponerlo sobre el monitor de la pc, así te recordarás a ti mismo tu objetivo inicial y evitarás perder el tiempo en distracciones.

#3 Una cosa a la vez. Haz las cosas despacio y tómate tu tiempo.  Muchas veces intentamos lograr algo en un periodo de tiempo muy corto y por ello nos decepcionamos. ¿Preferirías demorarte un poco más de lo que planeas en lugar de darte por vencido enseguida?

En resumen, las tres metas son muy sencillas de recordar y fáciles de aplica: pregúntate si tu meta es realista, si realmente quieres lograrla; después anótala en lugares visibles para no perder de vista tu objetivo y lo más importante, se constante y no olvides ir paso a paso, cuando menos te lo esperes habrás llegado a tu meta.