Las 3 reglas de oro para lograr una meta

Todos tenemos metas en la vida, así como planes a futuro. Todos en algún momento nos proponemos objetivos tales como perder peso, conseguir un mejor empleo, graduarse de la universidad o incluso cosas más asequibles como terminar de leer algún libro u ofrecer una increíble cena para nuestros amigos. Planeamos todas estas cosas, decidimos que en verdad queremos que ocurran y luego, pasado un tiempo, simplemente nos rendimos.

¿Qué ocurrió? El punto es que, como ya sabrás, apegarnos a los planes en la mayoría de las ocasiones no es algo sencillo. Si lo fuera, todos  lograrían sus metas y viviríamos en una sociedad mucho más feliz. Lo cierto es que, la gran mayoría de las personas no consiguen lograr sus metas.  Tener una vida sin metas claras, puede darnos una sensación de vacío o de poca satisfacción.

 

Una vida sin metas, es como querer salir de viaje sin saber a dónde vamos, que tipo de viaje queremos hacer, por cuanto tiempo, que necesitamos, con que contamos, que tenemos que empacar o comprar, etc.

Entonces, te preguntarás ¿cómo es que puedo apegarme a mis planes y presionarme a mí mismo hasta llevarlos a cabo?  En esencia, existen tres simple reglas que a mí me son mucha ayuda:

#1. Seamos realistas. Pregúntate a ti mismo  “¿en verdad puedo hacer esto?” No quisiera limitarte mentalmente de ninguna manera, pero el establecimiento de metas realistas puede ser la razón principal por la que no logras concretarlos.  Supongamos por ejemplo, que te gusta mucho correr y te gustaría alargar la distancia que recorrer cada vez más y más en el futuro; al día corres lo equivalente a dos millas y un día te propones participar en una maratón de 26 millas dentro de dos meses. Participar en una maratón es una gran idea, pero se necesita al menos un año de preparación para poder correrlo.

Otra pregunta que debes hacerte es “¿Realmente quiero  hacer eso?” en ocasiones nos emocionamos por algo o creemos es la cosa más extraordinaria que hemos visto o experimentado. Sentimos que encontramos algo que le daría sentido a nuestra vida y creemos que esto es lo queremos hacer. Pero, después perdemos el interés rápidamente y mientras más lo perdemos, más difícil nos será lograr dicha meta.

Supongamos que quieres ser el diseñador para un video juego; para comenzar debes ir a la universidad o tomar un curso para saber más al respecto. Estás en el tercer año y poco a poco comenzaste a perder el interés en el diseño de video juegos. El tiempo transcurre y las clases comienzan a resultarte aburridas. Seguir las clases se te hace cada vez más y más difícil, de modo que vez lejano el momento de poder llegar a graduarte. Tu meta de conseguir un título se vuelve inalcanzable.

Está bien perder el interés en las cosas conforme pasa el tiempo, no es el fin del mundo porque a casi todo el mundo le ha ocurrido en alguna ocasión, sin embargo, antes de comenzar a perseguir una meta, analízalo a consciencia y cuestiónate si en verdad esa meta es algo que deseas hacer.  No me refiero  solo a tener grandes metas como ir a la universidad, sino también a las pequeñas metas. ¿En verdad quieres invertir tiempo, dinero y esfuerzo en cierta meta o preferirías utilizar esos recursos en algo más? ¿En verdad quieres perder peso o es solo que te sientes presionado a hacerlo? Hacer lo que verdaderamente deseamos es esencial para el logro de nuestras metas.

#2 Enlista tus metas. Así de simple. Anótalas en un cuaderno, en la pared de tu dormitorio o en pequeños post-its alrededor de tu escritorio. En cualquier lugar en el que puedas verlas con frecuencia. ¿Porqué esto es tan importante?  Porque así te recordarás lo que realmente deseas. Te recordarás que tienes algo que hacer y eliminas el pretexto de haber olvidado tus objetivos. Supongamos que tu meta es perder 10 libras. Si anotas esta meta en la alacena, pensarás dos veces antes de tomar una bolsa de papas fritas y al menos que tengas una fuerza de voluntad muy débil, no te la comerás.

La postergación es uno de los problemas de nuestra actual sociedad. En lugar de trabajar y esmerarnos por conseguir algo que deseamos, nos distraemos jugando video juegos, viendo la tv o navegando en internet durante horas. Si por ejemplo, te propones sacar un cien en  el próximo examen de alguna clase, primero tienes que proponértelo. Anotarlo en un post-it y ponerlo sobre el monitor de la pc, así te recordarás a ti mismo tu objetivo inicial y evitarás perder el tiempo en distracciones.

#3 Una cosa a la vez. Haz las cosas despacio y tómate tu tiempo.  Muchas veces intentamos lograr algo en un periodo de tiempo muy corto y por ello nos decepcionamos. ¿Preferirías demorarte un poco más de lo que planeas en lugar de darte por vencido enseguida?

En resumen, las tres metas son muy sencillas de recordar y fáciles de aplica: pregúntate si tu meta es realista, si realmente quieres lograrla; después anótala en lugares visibles para no perder de vista tu objetivo y lo más importante, se constante y no olvides ir paso a paso, cuando menos te lo esperes habrás llegado a tu meta.