¿Cómo dejar de postergar las cosas y hacerlas cuando se debe?

Todos en algún momento nos hemos llegado a sentir culpables por dejar las cosas para otro momento. Hay momentos en los que sentimos que podemos hacer las cosas más tarde y ese “más tarde” se convierte en “mañana” y ese “mañana” se convierte en ¡nunca!

Si comienzas a recordar, es posible que una gran cantidad de cosas importante hayan quedado en el olvido debido al veneno de la dilación. La mayoría de las personas que se sienten víctimas de la dilación pareciera que no pueden dar prioridad a una lista de cosas por hacer.
Cómo dejar de postergar las cosas y hacerlas cuando se debeCiertamente, dejar las cosas para después pareciera una acción inofensiva al principio, pero a largo plazo, afectará tu rendimiento, tu vida profesional, familiar, social e incluso otros aspectos de tu vida. Muchas personas caen en la trampa de la dilación, pensando que pueden cumplir con sus pendientes más tarde, sólo para descubrir que puede llegar a ser una práctica adictiva que a la larga se convierte en un hábito difícil de vencer.

El hábito del aplazamiento se manifiesta en nuestras vidas con mayor frecuencia de la que notamos. En lugar de utilizar nuestro tiempo para terminar las tareas importantes, tendemos a posponerlas al utilizar nuestro tiempo en cosas triviales. Cuando ya es tarde, nos damos prisa, entramos en pánico para terminar dichas tareas y obtenemos resultados ineficientes e incluso podemos llegar a fracasar en algunas ocasiones. El tiempo es algo muy preciado. Por lo tanto, es necesario conocer y poner en práctica métodos sencillos que te ayudará a dejar a un lado el hábito del aplazamiento y llegar a hacer un buen uso de tu tiempo. Algunos de estos son:

 

Organiza tus tareas en etapas

Una de las razones por las que solemos posponer las cosas es porque nos sentimos abrumados con la dimensión de la tarea en cuestión. Cuando sentimos que es demasiado grande para nosotros, tendemos a perder el interés en ella y llegamos a hacer caso omiso de ésta. Si somos capaces de dividir las tareas en fracciones más pequeñas, se simplificará el trabajo. Por ejemplo, si tienes que organizar una habitación repleta de cosas que ya no usas, puedes comenzar empaquetando  y organizando las cosas pequeñas en cajas separadas, así podrás disponer de las que deben permanecer ahí y las que se irán a la basura. A continuación pondrás en cajas  – debidamente etiquetadas –  las cosas que uses a menudo separándolas de las que no usas tan seguido y finalmente podrás acomodar las cajas de manera que te sea más fácil hallar lo que necesites cuando lo busques.

Altera  tu lugar de trabajo

El sitio en que trabajas puede tener un efecto directo en tu productividad. Por ello es que puede que tengas que observar tu sitio de trabaja con atención y determinar si éste te inspira a trabajar o hace que te sientas perezoso. Debes identificar si el sitio en que trabajas te inspira a poner manos a la obra o por el contrario, te desanima. Si es así, piensa en maneras de cambiar este entorno y hacerlo más propicio para trabajar. Deshazte del desorden de tu escritorio, reemplaza las bombillas de luz tenue por una brillante, rociar un poco de spray aromatizante puede tener un efecto terapéutico; estas pequeñas modificaciones pueden hacer una gran diferencia.

Establece una línea de tiempo y fija una fecha límite

Por lo general, cuando existe una fecha límite tendemos a posponer las cosas. Esto se debe a que solemos pensar que todavía nos queda mucho tiempo para cumplir con las tareas designadas. Para evitar esto, reparte tu tarea en partes más pequeñas y establece una fecha límite para cada una de ellas. De esta manera, comenzarás a utilizar tu tiempo más sabiamente puesto que se crea una sensación de urgencia en ti que te motivará a actuar.

 

Elimina todo lo que te hace aplazar las cosas

La dilación no existe sin motivo alguno y es un hecho que existen motivos de su existencia. Muchas veces algo tan sencillo como la radio o la televisión encendida pueden provocar que terminemos por desviar nuestra atención del estudio o del trabajo. Además de limitar el uso de éstos durante las horas de trabajo y estudio, se recomienda que si estamos usando el ordenador evitemos usar facebook, Messenger, skype, twitter y demás redes sociales hasta que hayamos terminado.

 

Rodéate de gente que te inspire

Si quieres sentirte más optimista en la vida, uno de los mejores consejos que puedes seguir es el de permanecer en compañía de gente optimista. Estar con personas que te inspiren a actuar propiciará la eliminación de la dilación. Al tener cerca a alguien que te inspire a hacer las cosas serás más responsable de tus planes y metas.

¿Quién es responsable de tu bienestar emocional?

La dependencia emocional es un concepto relativamente conocido pero que en ocasiones no entendemos del todo o lo confundimos con un concepto semejante. La dependencia puede definirse como una situación de subordinación a un poder mayor que uno mismo. La dependencia puede producir depresión, ansiedad y sentimientos de falta de libertad, cuando se experimenta una incapacidad para escapar de la situación.
Existen numerosas formas de dependencia emocional:

– La dependencia de procesos tales como el gasto, el juego, o la televisión, también para llenar el vacío y quitar el dolor.
– La dependencia de sustancias, tales como alimentos, drogas o alcohol, para llenar el vacío y quitar el dolor.
– La dependencia al dinero para definir su valor y adecuación.
– La dependencia de conseguir el amor de alguien, aprobación o atención para sentirse digno y adecuado, amable y seguro.
– La dependencia de sexo para llenar el vacío y experimentar sensaciones.

Cuando no tomamos la responsabilidad de definir nuestro propio valor y suficiencia o de crear tu propio sentido interno de seguridad, intentarás sentirte digno y seguro. Lo que no eres capaz de otorgarte tu mismo querrás obtenerlo de los demás o de sustancias y procesos. La dependencia emocional es lo contrario a asumir la responsabilidad del bienestar emocional propio. Sin embargo, muchas personas no tienen idea de que es su responsabilidad, ni tienen ni idea de cómo tomar esta responsabilidad.

¿Qué significa tomar la responsabilidad emocional en lugar de ser emocionalmente dependiente?

En primer lugar, significa reconocer que nuestros sentimientos vienen de nuestros propios pensamientos, creencias y comportamientos, y no de los demás o de las circunstancias que nos rodean. Una vez que entiendas y aceptes que eres tu quien crea sus propios sentimientos y que éstos no vienen del exterior, podrás comenzar a asumir la responsabilidad emocional.

Por ejemplo, digamos que alguien que te importa se enoja contigo.
Si eres emocionalmente dependiente, podrías sentirte rechaza y creer que ese sentimiento de rechazo proviene del enojo de la otra persona. También podrías sentirte herido, asustado, ansioso, avergonzado, enojado, culpado o de alguna otra forma diferente en respuesta al enojo de esta persona. Dicho esto, al ser emocionalmente dependiente intentarás de muchas maneras que esta persona no se enoje contigo con el fin de sentirte mejor.

Por el contrario, cuando una persona es emocionalmente responsable, se siente y responde de manera diferente. La primera diferencia radica en que eres capaz de decirte a ti mismo que la ira de otra persona no tiene nada que ver contigo. Quizás esa persona tuvo un mal día y lo está manifestando contigo. Cualquiera que sea la razón para el enojo de esa persona se trata de una ira ajena y no contra ti. Una persona emocionalmente responsable no adopta esta postura personal a sabiendas de que nadie tiene control sobre los sentimientos y actitudes de los demás y que si se comportan como lo hacen, los únicos responsables de su comportamiento son ellos mismos.

Una persona emocionalmente responsable es capaz de sentir compasión por la persona que está enojada e incluso está abierta a escuchar sobre lo que le ocurre. Por ejemplo, uno podría pensar “ no me gusta que esté enojado pero estoy dispuesto a entender por que lo está” podrías preguntar porque está molesto y si quiere hablar de ello. Si la persona enojada se niega, o de antemano se sabe que la persona enojada no se abrirá emocionalmente, como toda persona emocionalmente responsable puede manifestar una acción cariñosa, como extenderle una invitación al dialogo cuando lo desee. Una persona emocionalmente responsable no intentará cambiar a la otra persona.

En lugar de ser una víctima de la conducta del otro y sentirse sentirte enojado, herido, culpable, con miedo o ansiedad, eres capaz de volver a sentirse seguro y tranquilo.

Cuando te das cuenta de que tus sentimientos son tu responsabilidad, eres capaz de salir de la dependencia emocional. Esto hará una gran diferencia en tu interior y en todas tus relaciones. Recuerda, las relaciones prosperan cuando cada persona se mueve más allá de la dependencia emocional y se instala en la responsabilidad emocional.

La importancia de escuchar a los demás

Escuchar es de suma importancia para una comunicación óptima. La gente a menudo se centra en su capacidad para hablar creyendo que hablar bien es sinónimo de una buena comunicación. La capacidad de hablar correctamente es un componente necesario para una comunicación exitosa. La capacidad de escuchar es mucho más importante.

La importancia de escuchar en la comunicación es a menudo bien ilustrada cuando analizamos nuestras habilidades para escuchar a los que nos rodean, en particular a nuestro cónyuge, pareja, hijos o amigos. Presta atención a las conversaciones cotidianas que tienes con estas personas con las que creemos que nos comunicamos bien.

Escuchar significa dirigir la atención hacia las palabras del otro, tratando de lograr una percepción exacta de la palabra hablada y extraer lo esencial del mensaje oído y no hacer juicios anticipados, sin haber comprendido cabalmente la información brindada por el interlocutor.

Con el fin de comunicarse de manera efectiva, tenemos que ser capaces de escuchar lo que la otra persona está diciendo. No sólo oír porque la acústica es buena o porque la otra persona está hablando en un tono lo suficientemente alto.

Es importante que escuchemos lo que la persona está diciendo, porque hemos tomado el tiempo de escuchar activamente.

Algunos de los beneficios que obtenemos al escuchar son:
– Un clima positivo para la comunicación, logrando que ésta sea más efectiva.
– Logramos captar el sentido exacto del mensaje del emisor, reduciendo los malentendidos.
– Obtenemos información relevante sobre nuestro interlocutor.
Al escuchar activamente a nuestro emisor, le demostramos que tenemos consideración por su punto de vista, acrecentando su autoestima. Esto provoca que nos continúe facilitando información importante.

Escuchar requiere tiempo y esfuerzo y cuando se trata de mejorar nuestra comunicación no se puede pasar esto por alto. Cuando estamos escuchando música o viendo la televisión, sin duda evitamos que nuestra mente divague. Si queremos que nuestras habilidades de comunicación mejoren, es indispensable que nos centremos en lo que la otra persona nos está diciendo.

Sin duda, esto puede resultar difícil, puesto que no todas las conversaciones son precisamente de nuestro interés. Sin embargo, las habilidades de comunicación implican que centremos nuestra atención en nuestro interlocutor, no importan si se trata de niños o adolescentes.

Permitir que la persona con la que estamos charlando termine de expresar sus pensamientos antes de comenzar a formular una respuesta también es fundamental para un buen entendimiento. Recuerda esperar siempre un momento antes de comenzar a formular una respuesta u opinión de lo que te acaban de decir, esto le dará a la otra persona la oportunidad de agregar cualquier cosa que pudo haber pasado por alto.Al esperar un momento también lograr que la otra persona sepa que ha sido escuchada por completo.

Si practicas esto por un tiempo, la gente se relajará al conversar contigo pues sabrán que eres una persona que sabe escuchar. Sin duda, apreciarán el hecho de que pueden comunicarse y ser escuchados. Hay que tener en cuenta que no se puede aceptar aquello con lo que no se está de acuerdo; pero se puede validar lo que se oye y mostrar la discrepancia como una opinión propia. Hay veces en las que la opinión de uno no puede ser de ninguna forma aceptada, aunque sí oída.

Cuando tengas una conversación con personas cercanas a ti, trata de ir un paso más allá y repetir algún elemento de la conversación. Por ejemplo, si la otra persona está hablando sobre las cosas que le incomodan en su trabajo tú podrías decir “entonces no te sientes cómodo llevándote trabajo a casa”… de esta manera le das a la otra persona la oportunidad de corregir cualquier malentendido que pueda haber ocurrido durante la conversación o para aclarar cualquier punto que no te haya quedado claro. Esto elevará el nivel de comunicación y la persona con la que estás conversando se sentirá respetada e importante dada la atención que le estás otorgando durante la conversación.

La importancia de escuchar durante la comunicación es algo que vale la pena tener en cuenta. Los buenos oyentes suelen ser algunos de los mejores ponentes por que se toman el tiempo de averiguar en qué está realmente interesada la gente. Si eres capaz de entender lo que es importante para la gente sabrás como llegar a ellos.

Escuchar no sólo consiste en oír lo que se dice, implica poner atención a la forma en que se dice, a lo que no se dice e incluso el momento en que se expresa algo. Recordemos que la escucha activa trae consigo una serie de beneficios, entre otros: genera confianza, reduce la resistencia de nuestro interlocutor, genera autoestima y carácter. Escuchar activamente requiere el desarrollo de una serie de habilidades, pero sobretodo, requiere de una actitud de apertura y de respeto hacia la persona con la que estamos conversando.

Estrategias de comunicación para aumentar tu confianza

Las estrategias de comunicación no sirven de mucho si no se tiene la confianza necesaria para poner en marcha tus habilidades verbales. ¿Sientes que careces de habilidades para poder abordar a alguien e iniciar una conversación? Cuando te involucras en una conversación ¿eres de los que hablan tímidamente y pareciera que no estás ahí? Si estos problemas te resultan conocidos, entonces debes tomar cartas en el asunto para hacerles frente.

Sin embargo, si ya estaban consciente de esto, quizás seas de lo que se encuentran en un punto en el cual tienes todo el conocimiento teórico de cómo iniciar una conversación, pero falta uno de los ingredientes más determinantes a la hora de poder conversar y te lo vuelvo a mencionar; no ganaras nada con leer y leer, si no tienes la fuerza de voluntad a la hora de integrarte a un grupo de desconocidos.

Además, es necesario que tengas en mente un par de consejos sobre la manera en que puedes aumentar tu confianza para que tus estrategias de comunicación sean eficaces, tales como:

Para comenzar, debes cuidad de la claridad con la que hablas. No hay nada que aminore más tus niveles de confianza que estar charlando con alguien y que ésta persona te pida que repitas lo que dijiste. Esta es una retroalimentación negativa. No estaría de más practicar grabando tus conversaciones y analizar cómo hablas y tomar nota de tus puntos positivos y negativos al momento de hablar, como por ejemplo que palabras son las que pronuncias con dificultad o erradamente. Al hacer esto te será más práctico trabajar en las deficiencias que si lo haces a mitad de una conversación.

La postura también juega un papel importante a la hora de aumentar tu confianza para iniciar una conversación. Para muchos pudiera parecer que este atributo no tiene mucho que ver con ser un mejor conversador, sin embargo, no todas las estrategias de comunicación implican el habla ¿o si?

Tanto la comunicación verbal como la no verbal deben ser empleadas con el fin de que nuestra comunicación sea eficaz. Con una postura correcta descubrirás que tu presencia inspirará más respeto y atención, haciendo que a su vez aumente tu confianza para iniciar una conversación y mejoren tus habilidades de comunicación.

Recuerda que es necesario que tengas un lenguaje corporal abierto, lo ideal es que no cruces tus brazos, la gente lo ve como prepotencia aunque no significa para nada esto, sino inseguridad y necesidad de protección. Por ende relaja los brazos, mueve las manos de acuerdo a lo que dices. Cuando cuentes algo ya sea una historia breve intenta dibujarlo con las manos.
Ten una sonrisa amistosa y ríete de las cosas que digan los demás, eso cae extremadamente bien, te hará ganar puntos. Pero por nada del mundo caigas en extremos de ser tonto y reírte como un bobo de todo lo que dicen los demás.

Nada puede ayudar más a aumentar tus niveles de confianza que el éxito. Si en el pasado has tenido éxito al lograr algo no hay ninguna razón por la que no puedas duplicar ése éxito en el futuro. La mayoría de las personas saben que esto es cierto, pero cometen el error común de tratar de emular el método para lograr el éxito. Por ejemplo, para obtener una mayor experiencia al utilizar tus habilidades conversacionales estas personas van a tratar de entablar muy largas y prolongadas. Esto podría no ser el enfoque correcto, en cambio, un enfoque gradual podría ser una mejor opción.

Este enfoque gradual en las estrategias de comunicación se puede tomar por ejemplo, simplemente participando en conversaciones triviales en varios momentos durante el día. Si bien esto no es exactamente la más complicada de las estrategias de comunicación, es sin duda uno que puede dar lugar a grandes mejoras en sus niveles de confianza.
Para saber cómo iniciar una conversación con cualquier persona tenemos que saber cuáles son las características comunes y generales en todas las personas de tu edad o entorno en cual prefieres desenvolverte, si tienes treinta años y quieres iniciar una conversación con gente a fin a ti, lógicamente será de una forma muy diferente que si fueras un adolescente. De ahí surge el adaptarse a cada contexto.

Todas las estrategias de comunicación adecuadas para mejorar tus habilidades conversacionales son bastante fáciles de utilizar. Todo lo que necesitas hacer es poner alguna de estas técnicas para trabajar y verás como tu capacidad para iniciar y mantener una conversación aumenta enormemente.

5 cosas que podrían estar interponiéndose en tu camino al éxito

Casi siempre, al comenzar el año la mayoría de las personas establecen se establecen nuevas metas para sí mismos. Pero antes de comenzar a hacer una lista, debemos tomar un momento y trata de pensar en aquellas metas que no hemos alcanzado con el paso del tiempo. ¿Por qué no fuiste capaz de lograrlas? Si tratas de descubrir los motivos por los que has fracasado o que te han impedido el logro de tus metas, quizás no estés tomando en cuenta los siguientes:

5 cosas que podrían estar interponiéndose en tu camino al éxito Miedo. La mayoría de las personas dejar de perseguir sus objetivos porque tienen miedo de muchas cosas, En miedo al fracaso, el miedo a sentirse avergonzados y a veces incluso existe el miedo al éxito. El miedo al éxito tiene múltiples causas, una de las más importantes es el miedo al riesgo y al cambio.

Hay personas que en su búsqueda obsesiva de la seguridad, se convierten en mediocremente estables. El miedo al éxito a veces tiene que ver con el miedo a ser más exitoso que los padres de uno.

 

 

Es como si los estuviesen traicionando. En muchos casos el miedo al éxito va unido a la sensación de que nunca se es suficientemente bueno en algo. Lo único a lo que debemos temer es al no hacer nada para mejorar tu vida.

Enfréntate a tus miedos y libérate de tus dudas. Esa es la única manera de vivir una vida plena, feliz y mejor. Cuando la oportunidad de cambiar llame a tu perta,  déjala entrar desde el principio y no te resistas. Podría ser la oportunidad para el desarrollo persona que estabas esperando la cual, va a motivarte a seguir una nueva dirección en la vida.

Evaluación. Hay momento en que perdemos de vista nuestros objetivos ya que en el camino hacia estos, tratamos de evaluar los resultados de nuestros esfuerzos demasiado pronto. Al hacerlo, a menudo encontramos algunas deficiencias o defectos en nosotros mismos que nos hacen querer renunciar incluso si aún no hemos comenzado a intentarlo.

Cuando estamos intentando lograr algo es posible revisar nuestro progreso de vez en cuando. Pero si no encuentras ningún cambio significativo, es posible que debas desistir. Las revisiones no son solo para que desistas sino una advertencia para que te esfuerces más y quizás replantees tu estrategia.

Compararse con los demás. Hay persona que a menudo terminan comparándose con los demás, en base a sus logros. Luego de esto, se siente mal cuando ven el éxito de las demás personas y no el suyo. Recuerda que es muy probable encontrar gente más exitosa que tu cuando observas tu alrededor. Por lo que, cuando los veas, no debes sentirte mal contigo mismo. En lugar de ello, trata de aprender de ellos, te sorprenderá saber que puedes obtener de ellos ideas para mejorar las estrategias que empleas para lograr tus metas.

Mala gestión del tiempo.  Uno de los elementos más importantes del éxito es el tiempo. Si no lo tienes, ¿cómo puedes esperar tener éxito? El tiempo es valioso y no se debe desperdiciar ni un solo minuto. Encuentra cual es el momento más productivo de tu día y organiza tu agenda de manera apropiada de modo que tengas el tiempo suficiente para trabajar en tu estrategias y así lograr tus objetivos. Recuerda que postergar las cosas es el principal enemigo del éxito. Por ello procura jamás posponer las tareas que puedes comenzar al instante.

Indecisión. Si realmente no puedes tomar una decisión con respecto a lo que realmente deseas, no conseguirás nada en absoluto. Toma una decisión, aférrate a ella y nunca mires hacia atrás. Tienes que ser firme en tus decisiones y en los asuntos referentes a tu desarrollo personal.

Es importante destacar, que es de seres humanos soñar, imaginar posibles estados emocionales, materiales, psicológicos… relacionados con la consecución de propósitos establecidos ya sea específica o generalmente. Por cuanto si tienes sueños que quieres alcanzar en tu vida, cree en ti mismo y date cuenta de una vez que puedes y debes alcanzarlos.