Los psicólogos, terapeutas, consejeros y profesionales de la salud mental coinciden en que la autoestima es una forma cuantificable de la imagen mental que tenemos de nosotros mismos. Sabemos que la autoestima es la valoración o el concepto que tenemos de nosotros mismos.
La autoestima está directamente relacionada con la auto imagen (que es lo que nosotros creemos que somos). Y Esta especie de juicio lo formamos a través de las impresiones que recibe nuestro cerebro por las experiencias vividas, ya sea de éxito o fracaso, buenas o malas, o de la forma como los demás nos han tratado, sobre todo en la primera infancia.
Stanley Coopersmith (psicólogo) fue uno de los primeros teóricos de la autoestima y la definió como “un juicio personal en el que evaluamos si somos dignos y que se expresa en las actitudes que tenemos para con nosotros mismos”.
En su libro “Los seis pilares de la autoestima”, Nathaniel Branden, teórico y psicólogo, afirma que “La autoestima es la disposición a considerarse competente frente a los desafíos básicos de la vida y sentirse merecedor de la felicidad.”
Quizás hayas escuchado antes que la palabra “salud” y “saludable” van de la mano con la autoestima. Una sana autoestima se caracteriza por el reconocimiento de lo positivo que tenemos en nosotros mismos y el reconocimiento de aquellas otras cosas o aspectos menos positivos que también tenemos y que no funcionan tan bien como desearíamos.
De manera que, si deseas una sana autoestima debes aprender a consentirte, a tratarte bien, a creer que merece ciertos premios porque te esfuerza, para mejorar tu calidad de vida. Detalles generales que puedes tener para contigo mismo: Una prenda, un viaje, una buena comida, un cine, una joya, un buen libro,….entre muchas posibilidades pueden servir como auto estímulo, porque tú también lo mereces.
Por todo esto, nuestros pensamientos, valores, dogmas, actitudes, perspectivas, no tienen su génesis en nuestras emociones, como normalmente se cree, sino que nacen a partir de nuestro pensamiento. En la trastienda de cualquier emoción negativa (vergüenza, miedo, ansiedad, culpa, ira…) se esconde siempre un pensamiento negativo. Para acabar con este bucle de emociones no constructivas, tenemos que conseguir encontrar cual es el pensamiento negativo que lo provoca e intentar corregir ese pensamiento que normalmente entra en nuestra mente sin avisar, de forma automática. Pero esto lleva su tiempo y un entrenamiento.
Psicólogos y sociólogos afirman que las circunstancias materiales y culturales que hoy vivimos son uno de los factores principales que generan baja autoestima. Las parejas y las familias se separan con frecuencia, las religiones generan confusión y culpabilidad. El trabajo – fuente de estima y seguridad – o no lo encontramos o es por debajo de nuestra capacidad. Los modelos de vida que nos presentan los medios de comunicación causan comparaciones negativas. Las relaciones sociales, debido a los cambios de trabajo a diferentes localidades o a migraciones, tienden a deteriorase y dificultarse.
Obviamente, más allá de este consejo e independientemente de que la autoestima nos ayude más o menos a lograr nuestros objetivos, lo cierto es que no amarse a sí mismo no nos proporciona una vida particularmente feliz. Por eso lo mejor es aprender a lidiar con estos sentimientos de inferioridad.
Por fortuna, muchos investigadores se han percatado que existe una forma eficaz para lidiar con la baja autoestima y es no seguirle su juego. Es decir, la inmensa mayoría de las personas con baja autoestima no son capaces de atribuirse sus propios éxitos y buscan continuamente razones para el fracaso. Sin embargo, este es un patrón de comportamiento que se puede cambiar simplemente aprendiendo a ser objetivos.
Cuanto más alta sea nuestra autoestima, más posibilidades tendremos de entablar relaciones enriquecedoras y no destructivas, ya que lo semejante se atrae, la salud llama a la salud y la vitalidad y la generosidad de ánimo son más apetecible que el vacio afectivo y la tendencia de explotar a los demás….Cuanto más alta sea nuestra autoestima, tendremos mas disposición a establecer relaciones positivas en lugar de toxicas.
Por lo tanto, no hay excusas para no poder revertir la forma de ser y estar .Es importante que se aprenda a percibir estos pensamientos y sentimientos erróneos.
Al escuchar ese diálogo interior tendrás la posibilidad de cambiar la manera de pensar y de percibirte, y por lo tanto, podrás modificar el nivel de autoestima.
Un adecuado nivel de autoestima es imprescindible para que el ser humano se sienta realizado, pueda expresar con libertad sus sentimientos respetándose así mismo y a los demás.