Las actuales sociedades industriales no ven con buenos ojos a quienes duermen la siesta, es más existe incluso un rechazo generalizado a aceptar que necesitamos dormir. Pero desconocen los beneficios de la siesta.
Un estudio de Harvard publicado el año pasado mostró que una siesta de 45 minutos mejora el aprendizaje y la memoria. Dormir la siesta reduce el estrés y disminuye el riesgo de infarto, apoplejía, diabetes y aumento excesivo de peso.
Por otra parte, cuantas más horas pasamos despiertos, más lento se vuelve nuestro cerebro. Además, pasar una noche en vela reduce en casi un 40 por ciento la capacidad para emprender nuevas actividades debido a la paralización de algunas zonas del cerebro.