La serenidad, se define como el valor que nos enseña a conservar la calma en medio de nuestras ocupaciones y problemas, es decir, hallar la paz interna que nos insta a mostrarnos cordiales y amables con los demás. En situaciones difíciles es muy importante saber como mantener la calma.
Gracias a la serenidad podemos mantener un estado de ánimo apacible y sosegado – aún en las circunstancias más adversas -, nos facilita la búsqueda de soluciones adecuadas a nuestros problemas a través de la reflexión, sin engrandecerlos ni minimizarlos.
La serenidad implica saber enfrentarse a los contratiempos y la adversidad, sin caer en la desesperación ni en la impaciencia sino manteniendo una actitud reflexiva que permita valorar y ver la magnitud del problema buscando soluciones desde la calma y la reflexión.
Las personas serenas se caracterizan por un mayor control de sus emociones. Estas persona no permiten que sus estados de ánimo o sus problemas afecten su trato para con los demás y procuran mantener siempre un trato cordial y tranquilo con quienes les rodean. Una persona serena no suele llevarse por sus sentimientos, intenta permanecer calmada el mayor tiempo posible, independientemente de que se trata de un momento o circunstancia que pudiera causar exaltación. Las personas serenas no suelen dejarse llevar por sus impulsos ni por la prisa. Procuran pensar siempre antes de actuar y sus actos son a consecuencia de pensamientos meditados y ponderados. Es por tanto que, las personas serenas poseen un gran dominio de sí mismas y también de su entorno, al tener una visión un tanto más objetiva respecto a lo que acontece.
Pero ¿qué es aquello que nos impide mantenernos serenos? Existen circunstancias o dificultades que nos dificultan la práctica de la serenidad. Algunas de estas pudieran ser:
El desconocimiento de nuestras limitaciones personales. Al no conocer dichas limitaciones o puntos débiles, somos presa fácil de la desesperación y el descontente. Al no poder distinguir los límites de nuestras habilidades los objetivos y metas que deseamos alcanzar nos resultarán imposible, lo que conllevará a la insatisfacción personal y se hará imposible mantenernos serenos.
Carecer de condiciones que nos permitan meditar con tranquilidad problemas y preocupaciones personales. Al no poder hacer, tampoco podremos poner en orden nuestros pensamientos, lo cual no solo nos hará perder la serenidad sino que promoverá el pensamiento errático y por ende se tomará decisiones apresuradas que conllevarán a acciones impulsivas o de las que nos arrepentiremos más tarde.
Intentar resolver los problemas de manera inmediata. La impaciencia es la que nos conduce a tomas decisiones impulsivas o erradas, sobre todo cuando los acontecimientos parecieran adquirir mayor duración si carecen de una pronta respuesta. Por ello, se debe tener en claro que hay cosas que no dependen de nosotros y por ende, la impaciencia no nos lleva a ningún lado.
Y entonces te preguntarás ¿Cómo puedo mantener la calma?
Antes que nada, debemos aprender a conocernos mejor. Pero no solo reconocer nuestras habilidades y fortalezas, sino estar conscientes de aquellas situaciones que nos hacen perder la calma. Si bien no podemos evitar estas situaciones siempre, al menos debemos comenzar a reconocer que son las que nos hacen perder la serenidad y armar una estrategia para saber cómo actuar.
Intenta anteponer sentimientos positivos ante los negativos. Si no controlas tus pensamientos y permites que en tu cabeza afloren con cierta frecuencia todo tipo de ideas pesimistas y negativas, te sentirás mal en demasiadas ocasiones. Si controlas tu pensamiento, tu mente será tu mejor aliada. Si no eres capaz de controlar tu pensamiento, tu mente actuará como un despiadado enemigo que arrasará con tu serenidad.
Procurando un entorno ordenado y en compañía de la gente adecuada. Una consecuencia de Rodearte De Gente Positiva, es estar lejos de situaciones conflictivas, tóxicas donde la gente negativa todo el tiempo está interviniendo. Este tipo de situaciones, siempre repercuten en tu serenidad , por lo que no es nada saludable estar rodeado de gente negativa
Procura descanso físico y una buena alimentación.
La serenidad no es indiferencia ni postergación, sino que esta implica tomar pausas, cesar la violencia, el descontrol y no entregarnos a los arrebatos. Es un detenerse física y mentalmente a comprender la situación, con un pensamiento de aceptación hacia la vida, hacia los seres que nos rodean, sintiendo y sabiendo que seremos capaces de encontrar el camino adecuado.