Controla tu enojo antes de que te controle

¿Alguna vez has deseado enviar a alguien a un grupo de maneja de la ira? ¿Te has sentido cansado o fastidiado por tener que tratar con geste malhumorada que pareciera terminar contagiándote su enojo? La ira tiene fama de ser una emoción negativa, pero lo que pocos comprenden es que no es del todo mala ya que en ocasiones, actúa como una fuerza motivadora hacia nuestros objetivos. Por ello, antes de que la ira termine tomando el control, vamos a llegar a la médula del mismo y así, incluso podremos permanecer tranquilos cuando la ira de los demás parezca el ojo de un huracán en el que nos vemos inmersos.

¿Cómo sueles lidiar con la gente que parece molesta o irritada? ¿Te sientes tenso o temeroso? ¿Te quedas callado esperando a que la persona molesta se aleje? ¿Sueles defenderte, pedir disculpas o dar explicaciones? Si te has cuestionado cualquiera de estas cosas antes, entonces sabrás que la ira ajena – e incluso la propia – suele ser algo estresante. Aunque no del todo. A continuación te presento un par de maneras en las que puedes simplificar tu ira y así, reducir el nivel de estrés al tratar con la gente enojada:

          Lo primero que se debe hacer es escuchar a la otra persona. Sobre todo si creemos que nosotros tenemos la razón y la otra persona es la equivocada. Escucharla atentamente es una buena estrategia.

          Cuando te enfrentes a una persona iracunda, hazte de paciencia e intenta comprender su enojo. La bondad y la comprensión resultan mejores que la ira. La bondad y la comprensión son emociones permanentes, puesto que pueden vencer la ira

          Date por vencido por el momento si la persona que esa enojada contigo sigue enojada, incluso si crees que no tienes la culpa. Si es un extraño sólo dile que lo sientes e ignóralo. Es más útil y fácil educar a las personas que conoces que a un extraño que probablemente no lo vuelvas a ver. En situaciones más rápidas esta puede ser la única opción disponible.

 

Lo que debemos hacer es sacarnos al enojo de nuestro sistema de reacciones instintivas, y por más difícil que esto parezca, déjenme decirles que esto es posible. Al aprender a manejar tu enojo o ira de manera efectiva, podrás:

          Tener la capacidad de proteger y construir relaciones afectivas sin que sean dañadas por los efectos de la ira.

 

 

          Evitar que la ira repercuta en tu cuerpo. Muchos estudios afirman que los efectos de la ira se traducen en enfermedades cardiovasculares, además de propiciar otras enfermedades.

          Podrás conseguir un cambio en las creencias, presunciones y actitudes que activan la ira crónica.

          Podrás identificar el estrés y las situaciones que propician  tu ira.

          Tendrás la capacidad de abordar el estrés de manera efectiva, en lugar de explotar cuando el estrés exceda el umbral de tolerancia, empleando herramientas de relajación como la respiración.