Existen muchas situaciones y experiencias en la vida en las que perdemos la habilidad para confiar en las personas. Puedo asegurarte que vivir sin la habilidad para confiar en otros puede ser bastante doloroso. La mayoría de las personas cree que al no confiar en los demás se están protegiendo a sí mismos de no ser lastimados, sin embargo esto es completamente lo contrario. Vivir sin poder confiar en ti mismo, ni en nadie ni nada puede ser realmente tormentoso.
La confianza es uno de los emergentes posibles de creación cultural.Es un sentimiento, un comportamiento, una reacción o una función que facilita las relaciones. En las relaciones interpersonales la confianza mutua es completamente necesaria. De esta manera es posible crear conexiones emocionales sinceras, ya sea con un amigo o una pareja, compartiendo secretos, alegrías y penas… con la confianza, es como realmente nos damos a conocer, además de representar una forma de manifestar amor.
Pero ¿Qué características debemos tener para que la gente confíe en nosotros? ¿Cuáles son las características que debes buscar para saber si un persona es digna de confianza?
Por lo general, se confía en una persona:
Siempre cumple lo que promete. Así es como se demuestra la confiabilidad, así es como se gana la confianza de los demás. Prometer por salir del paso y no cumplir se convierte en un desagradable hábito que afecta negativamente las relaciones interpersonales, a veces, en forma irremediable. Lo anterior podemos observarlo en la relación familiar. Los niños hacen de sus padres un modelo a seguir; por naturaleza creen firmemente en lo que su papá o su mamá les promete, esperan confiadamente en que lo prometido se cumpla, trátese de un paseo, de un regalo, hasta en el obsequio de un dulce. ¿Pero qué pasa generalmente? Esas promesas se hicieron sólo para salir del paso, para calmar la insistencia del niño, pero no se cumplen, no se les da importancia y se ofrecen justificaciones o mentiras que el niño no entiende. Así, una tras otra promesa hecha al vuelo y no cumplida, acaban con la confianza. Lo mismo pasa con las promesas de fidelidad que cuando no se cumplen, afectan profundamente los sentimientos del amor y del respeto causando daños muchas veces irreparables. Ocurre lo mismo en cualquier circunstancia en la que se empeña la palabra y finalmente termina en la basura.
Es discreta. Se gana la confianza de alguien en nosotros, cuando demostramos que sabemos guardar las confidencias que se nos hacen sin que tengan que decirnos: te voy a confiar algo, pero “júrame que no se lo dices a nadie”. Porque hay personas que aun no terminan de escuchar el chisme o el comentario, cuando ya se les hace tarde soltarlo por todos lados. Una persona de confianza, es una persona discreta, que entiende la distinción de ser partícipe de una confidencia que muchas veces es un desahogo, un calmante, una necesidad de confiar en alguien.
Por eso es también muy importante saber en quién podemos confiar cuando tenemos nosotros la necesidad de obtener alguna opinión, algún consejo, sabedores de que a quien lo trasmitimos, merece toda nuestra confianza porque sabemos que lo guardará celosamente.
Es puntual y responsable. Esto es claro: una gente puntual inspira confianza. Quien hace de la puntualidad un estilo de vida, un hábito, y respeta ese activo valioso de cualquier persona que es su tiempo, se gana la confianza de quienes lo conocen. Agrego el sentido de la urgencia, porque quien detecta a tiempo la urgencia propia de la gente también inspira confianza, irradia confianza.
Existe empatía con esa persona. A través de la empatía, se detecta la importancia de acelerar el paso, de aminorar el tiempo para otorgar una solución, de expresar frases que ayuden a que una persona se dé cuenta de que se comprende su urgencia, de ponerse en los zapatos de quien nos está pidiendo un favor, un servicio, una palabra y necesita de una respuesta pronta, para ganarnos la confianza y el respeto de los demás.
La confianza es lo que te hace auténtico, único ante ti y los demás, sincero y digno.
Pero ¿Cómo ser digno de confianza? la receta es fácil y corta: Cumple con tu palabra. Sea en al política, en los negocios o inclusive en la vida familiar, la integridad que influye en el grado de confianza de una persona es una cualidad que no puede ser negligente. Si careces de confiabilidad, si las personas que trabajan contigo o conviven contigo o no confían en tu integridad, en lo que dices, o en la seguridad de las decisiones que tomas, ellas no confiarán en ti en mucho tiempo.