El comportamiento de las personas en el pasado es una de las mejores maneras para predecir su comportamiento a futuro. Todos somos criaturas de hábitos que tendemos a hacer las mismas cosas una y otra vez. Por lo tanto, si quieres saber si puedes confiar en alguien, lo mejor que puedes hacer es analizar con detenimiento el patrón que ya han establecido en ese aspecto de sus vidas, sabiendo así la confianza que puedes tener.
Cuando una persona se compromete a pagar sus deudas a tiempo pero en el pasado no lo ha hecho ¡ten cuidado! No es muy prudente creer en alguien con un montón de adeudos, infracciones y pagarés que dice que “eso nunca va volver a suceder”. Un niño cuyas notas son reprobatorias se vuelve sospechoso cuando declara que a partir de ese momento va a estudiar más por las tardes todos los días.
Imagínate que la confianza es como una cuchara desechable. Se puede doblar ligeramente pero si es que llega a romperse, es casi imposible poner juntos ambos pedazos de nuevo. Esa es la manera en que funciona la confianza. Puedes ser un poco flexible pero una vez que la confianza se rompe, otras personas tienden a perder la fe en que una persona sea digna de su confianza en el futuro.
La decepción se presenta cuando le adjudicamos a una cosa, situación o persona atributos que no tiene y «descubrimos» que no los posee. Entonces, podemos desilusionarnos, desencantarnos, frustrarnos, contrariarnos, enojarnos o caer en despecho, desesperanza, tristeza, amargura, desánimo o depresión por el fiasco que tuvimos.
Aunque las decepciones dependen de la forma como nosotros mismos percibimos, sin duda que también las provocan los engaños. Lo primordial para no ser decepcionados permanentemente, es intentar ser lo más objetivos que podamos, no crearnos falsas esperanzas, evaluar las situaciones evitando juicios emocionales, y valorar y apreciar a las personas en su justa dimensión.
Recuerdo haber escuchado hablar a una persona hace unos años, narrando porqué su esposa no sabía perdonar. Él tuvo un romance y luego pensó que había sido un momento “de debilidad” y que su esposa sólo debió haberlo perdonado, creer en su promesa de que no volvería a suceder y continuar con sus vidas. Sin embargo ella declaró que no sabía si podía confiar en él nuevamente. Más tarde se descubrió que no se trataba de la primera aventura que había tenido durante su matrimonio. El hombre se fue tan rápido de casa que le echó la culpa a su esposa por no haberlo sabido perdonar, en lugar de reconocer que él era responsable de un patrón de comportamiento que amenazaba su matrimonio y dejó a todos heridos.
Quizás es fácil hacer promesas, pero las promesas no garantizan un cambio positivo.
Mary Poppins las llamó » promesa de pasta. Fácilmente hecha, fácilmente rota». Sólo porque alguien parece sincero en su compromiso no significa que tengas que creer que se produzco un cambio en ese patrón. Y desde luego, no tienes porque sentirte culpable por haberle perdido la confianza a esa persona que ha repetido un patrón disfuncional.
Muchas personas me preguntan si deben creer en las promesas que les han hecho y cómo pueden saber si las personas que les hicieron esas promesas eran honestas y cumplirán con su palabra.
Bueno, solo hay una manera de saber realmente si la persona ha cambiado para bien y es viendo si él o ella con el tiempo
Bueno, sólo hay una manera de que usted realmente va a saber si la persona ha cambiado para bien y eso se consigue observando su comportamiento y lo que haga para enmendar su error. Y no estoy hablando a corto plazo. Por lo general, a una persona le toma poco tiempo meterse en problemas y desafortunadamente, es probable que le tome más del doble de tiempo poder demostrar que ha cambiado, así como un estudiante que debe repetir nuevamente un año escolar que debe hacer los deberes y estudiar a diario para mostrar una mejora significativa en sus notas.
Por ello, si tu pareja ha sido abusivo o te engaño ¿por qué deberías perdonarlo inmediatamente y creer que él o ella va a cambiar, sin observar cuidadosamente su conducta y decisiones durante al menos dieciocho meses?
La próxima vez que alguien que toma decisiones irresponsables en repetidas ocasiones y luego te pregunte “¿no confías en mi?” la mejor respuesta que puedes darle es un “NO”.