El estrés es algo de lo que hoy en día todos hablan, sin embargo es algo muy difícil de definir. Solamente una cosa es segura. El estrés es un componente normal de la vida en ciertas situaciones y en este sentido no se puede evitar, si se puede lidiar con él y evitar sus consecuencias negativas para la salud.
No todas las personas reaccionan de la misma manera ante las situaciones estresantes, y esto en parte responde a la parte final de tu pregunta; una situación de estrés debe ser considerada como tal por la persona. Podemos en nuestra vida cotidiana practicar una mirada más práctica y relajada frente a los problemas que se van presentando, intentando lidiar con ellos uno a uno, situando nuestra atención más en el presente (se ha probado que algo tan simple con enfocar por unos minutos la atención en la respiración tiene marcados efectos en la reducción del estrés) que en las fantasías sobre lo «terrible» que será el futuro frente a la situación estresante en cuestión, hábito muy común que no hace más que agravar los problemas y nos expone a todos los síntomas y dificultades antes descritas.
Los desastres y la tensión prolongada pueden incrementar la producción de las hormonas que preparan al cuerpo para «luchar o huir» y que alteran la presión sanguínea, el nivel de glucosa en la sangre y otros aspectos en un contexto tal que eleva la posibilidad de tener problemas cardiacos, según los médicos.Profesionales de la medicina aseguran que el estrés permanente tiene una fuerte incidencia en el corazón y puede provocar daños musculares. Es por eso que el manejo de las emociones ante situaciones conflictivas se ha transformado en un consejo frecuente entre los especialistas, debido a que el estrés constante afecta a nuestra salud en términos generales.
Durante las situaciones de estrés, el corazón se expone a altas dosis de adrenalina, lo cual hace que trabaje en “sobre marcha” y se pierda el equilibrio cardiovascular. El estrés, además, aumenta la viscosidad de la sangre y la agregabilidad plaquetaria, lo que hace que las arterias se compriman. Estas descargas de adrenalina pueden venir como consecuencia de la pérdida de un ser querido, pérdida del hogar, del trabajo, compromisos económicos, situaciones difíciles, divorcios, problemas laborales, entre otros.
Los accidentes cardiovasculares ocurren como consecuencia de la sumatoria de factores de riesgo (tabaquismo, la hipertensión arterial, el sedentarismo, la obesidad y los trastornos de los lípidos (triglicéridos y colesterol)), los cuales incluyen a la hipertensión arterial como contribuyente principal. Al controlar la hipertensión arterial, se disminuye en 50% el riesgo de sufrir insuficiencia cardíaca, y en 35% el riesgo de padecer enfermedades cerebrovasculares.
Además de los factores alimenticios, cuando se genera una situación estresante el hígado se inflama y libera colesterol malo o LDL y triglicéridos. En cuanto a la relación entre la presión arterial y el estrés, este último induciría alteraciones renales disminuyendo la excreción y reabsorción de sodio, y modificaría la regulación nerviosa cardiovascular.
Ante un posible cuadro de estrés, es aconsejable hacer una revisión médica, ya que si antes se diagnostica estos problemas, antes se podrá poner en funcionamiento un proceso para evitar llegar a malos extremos. Y es que hay que tener sumo cuidado con esto, ya que en el ámbito muscular, puede llegar a dañarse de tal manera que se produzcan discapacidades.
Las actividades físicamente relajantes contrarrestan tanto los aspectos físicos y los emocionales del estrés. Mediante la relajación puedes reducir tanto la tensión muscular, como la ansiedad. La relajación también es muy útil para controlar el dolor. Combinar el descanso con un procedimiento de relajación o de meditación puede ser una manera aún más efectiva para reducir el estrés. La capacidad para enfrentarse al estrés es muy distinta según las personas, en función de su entorno personal y familiar. Comienza identificando las causas de tu estrés. ¿Tiendes a preocuparte por casi todo, todo el tiempo? Esta es una de las causas más comunes de estrés y la mayoría de las personas lo ven como algo normal a lo que terminan acostumbrándose. Podemos comprobar que existen innumerables agentes externos e internos capaces de producir un impacto en nuestro sistema nervioso y hormonal. Debes identificar qué puntos dentro de tu entorno son los que te causan el estrés, puede ser el ritmo de trabajo constante que puedes solventar descansando 10 minutos cada hora o un vecino o compañero de trabajo que te resulta desagradable que puedes solventar hablando seria y diplomáticamente con él.