Es normal que nos sintamos deprimidos y aunque no queramos reconocerlo, todos en algún punto hemos experimentado cierto grado de depresión. Pero no todos hemos experimentado un alto grado de depresión que requiera atención médica a menos que este estado de depresión persista por prolongados periodos de tiempo. Vemos las causas de la depresión.
La depresión mayor se diagnostica cuando una persona se siente desmotivada y no tiene capacidad para entusiasmarse. Tiende a sentirse plana, decaída y sin ilusión, la mayoría de las veces y en casi todas las situaciones. Las personas con depresión mayor o clínica a menudo sienten que no tienen opciones, e incluso tienen dificultades para desenvolverse en el día a día.
Algunas de las características principales que distinguen a una persona que está clínicamente deprimida de una persona que solamente está triste son los siguientes:
1) la duración de la tristeza
2) La causa de la tristeza
3) Incapacidad para ilusionarse ante situaciones que normalmente lo producirían.
Otros síntomas comunes de la depresión clínica incluyen :
Lo alarmante no es el estado de depresión en sí, si no los factores que la desencadenan.
La depresión mayor es un trastorno del estado de ánimo que se caracteriza por la dificultad para dormir, agitación, sensación de inutilidad y preocupaciones abrumadoras sobre la muerte y/o el suicidio.
Suele tener efectos sobre el apetito (por exceso o por defecto). La tristeza en cambio, se convierte en depresión cuando la persona se vuelve incapaz afrontar su día a día, cuando las emociones se aplanan, y los sentimientos depresivos duran más de lo normal.
Por lo tanto, lo importante es identificar los elementos que nos arrastran hacia la depresión. Yo soy de la opinión que la incidencia de las emociones negativas – ya sea de manera explícita o implícita – es la que nos conduce a este tipo de depresión. No sé si los psicólogos concuerden o no en ello pero desde el punto de vista neurocientífico, la repetición de pensamientos y sentimientos de este tipo fortalece la sinapsis y los circuitos de mediación. Obviamente, si insistimos en recordar los acontecimientos desagradables, estaremos contribuyendo con la cimentación de la depresión a nivel neuronal. Esto se debe a que los sentimientos y hechos negativos que nos acontecen se almacenan en nuestra memoria, a pesar de que el daño ya está hecho. Mientras dicho recuerdo persista en nuestra memoria, continuará activándose cada vez que lo recordemos, haciendo daño en menor medida.
Por lo tanto, me parece importante que nos concentremos en bloquear estos recuerdos negativos a fin de lograr deshacernos de la depresión o bien, evitar la misma. Sin embargo, esto no resulta fácil debido a que estos elementos negativos en ocasiones nos son difíciles de identificar. Recuerda, los elementos negativos que nos conducen a la depresión están estrechamente ligados a aquellos eventos o sucesos tristes que almacenamos en nuestra memoria.
En ocasiones una solución para deshacernos de esta serie de recuerdos negativos y/o tristes consiste en cambiar de ambiente. Aunque conozcas cuáles son las señales de la depresión, en ocasiones las mismas son parte de tu entorno y actual estilo de vida. Tal vez esta negatividad radica en las personas que te rodean y que echan abajo tu ánimo ya sea de manera consciente o inconsciente. Es por ello que debes evitar a este tipo de personas toxicas o negativas que no contribuyen en nada a una mejora de tu estado de ánimo.
Quizás el problema no es una persona en concreto sino que pudiera radicar en el ambiente en tu sitio de trabajo o bien, en tu carrera. En ocasiones los recuerdos o experiencias tristes y/o negativas se sufren en nuestros lugares de trabajo, como ocurre con los fracasos profesionales, el desempleo, la imposibilidad de ser promovido, etc. El permanecer en un entorno de este tipo te asegurará que los elementos que generan la depresión estarán acechándote.
Sé que no siempre es posible cambiar de estilo de vida o de trabajo. Tampoco puedes simplemente abandonar a tus seres queridos simplemente porque te deprimen. Puede que no puedas cambiar de trabajo o de carrera por motivos económicos o de otra índole. En estos casos lo recomendable es enfocarse en las experiencias felices o agradables.
Se ha demostrado mediante estudios y experimentos que el utilizar los “pensamientos felices o positivos” ayuda a promover un estado de ánimo más positivo. En este caso lo que se debe hacer es recordar con mayor frecuencia toda clase de experiencias agradables a fin de hacer a un lado – o evitar – recordar aquellos que sean todo lo contrario.
En conclusión, recordar constantemente los recuerdos negativos o tristes funciona como un elemento que desencadena la depresión. Por lo tanto, tu vida te parecerá más satisfactoria y menos deprimente si entrenas tu cerebro de manera consciente para que recuerde con mayor frecuencia aquellos recuerdos que traigan a tu memoria los buenos tiempos.