¿A cuántos de ustedes les gustaría poder recordar eso de lo que intentaron acordarse durante largo rato? ¿Cuántas veces hemos estado en una conversación y no logramos expresar un dato o idea, porque simplemente pareciera que escapó de nuestra memoria? Estoy segura de que no eres el único que ha tenido una gran idea y cuando quieres recordarla, simplemente no lo logras. Es por ello que quisiera compartir contigo un par de consejos que te ayudarán a saber como mejorar la memoria.
Lo primero que hay que hacer para ayudar a nuestro cerebro a tener una mejor retención, es asegurarnos de descansar lo suficiente. Es bien sabido que el sueño interrumpido o alterado puede afectar a tu memoria. Incluso dormir mal una sola noche, es decir, dormir sólo entre 4 y 6 horas, puede impactar en tu habilidad de pensar con claridad el día siguiente.
Según los expertos, no dormir lo suficiente puede provocar una alteración en el centro del habla, manifestando un menor control al hablar que se presenta como balbuceo o palabras repetitivas. Se puede observar una mejora en la memoria de corto plazo, pero disminuye la posibilidad del recuerdo a largo plazo. En este estado es casi imposible aprender una nueva habilidad. También puede provocar una disminución en la creatividad y en la capacidad para resolver problemas, ya que la persona vuelve más lenta y menos precisa.
Otra buena forma de mejorar nuestra memoria es anotando nuestras tareas y pendientes. Escribir lo que tienes que hacer te ayudará a conservar lo que tienes que lograr. Anotar la lista de objetos o de actividades puede funcionar como una ayuda externa para recordar determinadas cosas a realizar: agendas, teléfonos móviles, alarmas, lista de actividades o cosas a comprar, etc.
El ejercicio físico también contribuye a la mejora de la memoria. Los estudios han establecido que la práctica habitual de actividad física mejora el rendimiento intelectual. Los beneficios cognitivos se han confirmado en distintas aptitudes como la capacidad de atención, la planificación de actividades complejas, la velocidad a la que el cerebro procesa información o la memoria explícita (aquella que se utiliza para recordar datos concretos, como la lista de la compra o el teorema de Pitágoras). Y se han observado en personas de todas las edades, desde niños (que suelen tener mejores notas si hacen deporte) hasta ancianos (que tienen un deterioro cognitivo más lento si se mantienen en forma).
Recientemente un estudio científico descubrió que nuestros hábitos alimenticios están relacionados con nuestro cerebro y repercuten en nuestra memoria, y aportó información sobre cómo prevenirlo.
Generalmente consideramos a la grasa como el mayor enemigo de una vida saludable, sin embargo este estudio descubrió que algunos tipos de grasas pueden incidir en el estado de nuestra memoria. Dicho estudio dedujo que los ácidos grasos no saturados (poli y mono insaturados) pueden ayudar a activar las enzimas que trabajan con las células nerviosas implicadas en la memoria.
Finalmente, recuerda que la ingesta de agua también beneficia tu memoria. Más del 75% del cerebro está compuesto por agua, siendo el principal vehículo de las transmisiones electroquímicas, de aquí la necesidad de reponer el agua perdida par que el cerebro funcione de una manera óptima. Por esta razón es necesaria una estricta vigilancia personal de la cantidad de agua que bebemos, la cual oscila entre litro y medio y dos litros dependiendo de la actividad de la persona, su edad, peso, constitución, género e inclusive del clima. Hablar de beber agua, no se refiere al café, té o sodas. El agua embotellada o de manantiales, pura y descontaminada, siempre será la mejor.