El sentido del humor es tan importante en la aventura humana que es extraño que, hasta hace poco, la ciencia le haya prestado poca atención; en su lugar, se ha inclinado por asuntos más urgentes, como el calentamiento global, los asteroides que amenazan la Tierra y el contenido de grasas trans en las galletas de animalitos. Nadie toma enserio al humor. Pero a pesar de la preocupación ocasional, muchos especialistas ya trabajan arduamente para hallar nuestra vena humorística. Y la están encontrando en lo más profundo de la materia gris.
Resulta que todo el cerebro interviene en la experiencia del sentido del humor y que existen redes cerebrales o “músculos del humor” que transmiten señales con eficiencia para que comprendamos una broma.
No usamos muchos de esos músculos para reír por una bufonada sencilla, del tipo que se presentan en los programas de televisión. Pero el humor complejo, como el de las historietas, las bromas y las historias graciosas, pone a trabajar una mayor parte del cerebro.
Usa el sentido del humor, sobre todo el humor más inteligente y complejo, que requiere ser capaz de ver las cosas de un modo diferente, ver dobles sentidos o hacer cambios de significados. Proponte ver las cosas tratando de darles un toque humorístico, y no solo estarás entrenando tu cerebro, sino que además te reirás.
Hoy en día, con herramientas de la neurociencia (IRM, tomografía por emisión de positrones y estadísticas) y de la psicología (cuestionarios, alumnos de psicología y más estadísticas) los investigadores analizan la forma en que los músculos del humor determinan si algo es gracioso y cómo se beneficiarían nuestras mentes si los ejercitáramos. Nadie dice que una dosis regular de bromas o de películas cómicas nos lleven a ganar el premio Nobel, pero cada vez más estudios sugieren que el humor afina la mente, nos ayuda a aprender y nos mantiene mentalmente relajados, ágiles y creativos.
Otros estudios comienzan a proporcionar una nueva imagen del sistema del humor, que se cree que funciona así: cuando escuchas un chiste, un centro de lenguaje de lado izquierdo de tu cerebro descifra las palabras y envía el mensaje al lado derecho, done la corteza frontal despierta zonas que incluyen las de almacenamiento de emociones y recuerdos sociales, y analiza la información hasta que ésta surte efecto y comprender el chiste. Después, una estructura ubicada en la parte profunda del cerebro, bombea dopamina y una región primitiva cerca de la base del cráneo te hace reír.
Los resultados del estudio de Allman y Watson publicados en marzo del 2006 en la revista Cerebral Cortex, demostraron que, cuanto más graciosas les parecían las historietas a los sujetos de prueba, más trabajaban más el cerebro y se agudiza la intuición.
Los psicólogos indican otras razones para que optemos por el lado más amable de la vida. Para empezar, el humor puede mejorar la memoria, algo que os publicistas saben desde hace mucho tiempo. De lo contrario no usarían a “personajes bobos” para anunciar sus productos.
Según numerosos estudios psicológicos – en los que se hacía reír a la gente y luego se le pedía que ideara cosas nuevas que hacer con un ladrillo – el humor libera nuestras mentes y nos vuelve más creativos.
Todos estos estudios sugieren que, si disfrutamos del humor, podemos comprender mejor el mundo en que vivimos, a nosotros mismos y a los demás. Los cambios son duraderos y nos ayudan a enfrentar tiempos difíciles, así que hay que ejercitar nuestras mentes con una carcajada.