Desde el comienzo de la historia el hombre ha utilizado el arte para provocar diferentes sentimientos y sensaciones. Puedes notar como te inunda cierta sensación de paz y de relajación observando uno de los famosos retratos de Manet o por el contrario percibir una cierta inquietud que te posee ante la impresionante experiencia de contemplar una de las escalofriantes imágenes de El Bosco.
La música también es capaz de despertar sentimientos diferentes en quién la escucha, como bien ha sabido aprovechar la industria del cine que la ha utilizado desde sus comienzos para potenciar las emociones que transmiten las imágenes, ya sea miedo, inquietud o la pasión expresada con una romántica escena.
Cualquier persona medianamente sensible es capaz de percibir diferentes matices en una misma obra, ya que ésta se filtra a través de los ojos de quien la mira y es contemplada con la influencia de toda la carga emocional que ese ser humano transporta en su interior. Con la pintura eso ocurre a un nivel muy íntimo que algunos pintores, especialmente mujeres, han sabido plasmar en los últimos tiempos en un movimiento conocido como arte de la energía o arte energético.