Sin importar el tipo de pensamiento que tengamos en determinadas situaciones, si les prestamos la suficiente atención, estaremos reforzándolo. Si es positivo, no habría porque haber problema alguno pero si por el contrario es negativo, estamos cometiendo un grave error al hacer más fuerte una afirmación que puede perjudicarte. No podemos menospreciar el poder del pensamiento ya sea positivo o negativo.
Nuestros pensamientos están correlacionados con nuestra vida de entorno, hasta el punto que pueden condicionar nuestra salud o nuestra enfermedad. Es por ello que debemos aprender a manejar correctamente nuestra atención, es decir, a ser un poco más selectivo con respecto al tipo de pensamientos a los cuales debemos prestarle atención.