Por supuesto existen beneficios de hacer el amor. La actividad física estimula la producción de endorfinas, hormonas que influyen en el sistema nervioso central y se unen a los receptores nerviosos de una manera similar a como lo hacen los compuestos opiáceos. De esta manera, intervienen en la sinapsis (la reacción que enlaza las neuronas entre sí y logra transmitir los impulsos nerviosos) originando un efecto analgésico, que atenúa el dolor.
Antes del orgasmo la oxitocina se eleva hasta cinco veces respecto a su nivel normal, lo que ayuda a la producción de endorfinas, hormonas que alivian cualquier tipo de dolor desde una migraña hasta una artritis. En el caso de las mujeres, y por el incremento también en la producción de estrógenos, reduce el dolor premenstrual.
Tener relaciones sexuales es una actividad única e íntima, que puede o no estar ligada con el amor, aunque lo ideal será siempre hacerlo con una pareja estable, de confianza y con un gran sentimiento de por medio. Lo cierto es que es un momento especial que ayuda a liberar tensiones y reducir el estrés diario.
En definitiva, una buena condición física estimula el deseo y los impulsos sexuales. Además las relaciones sexuales ofrecen otras ventajas tales como:
Disminución del riesgo a padecer enfermedades cardiacas. Un estudio publicado en la revista Journal of Epidemiology and Community Health demostró que la actividad sexual por dos o más veces a la semana reduce el riesgo de ataques cardiacos fatales en 50% de los casos.
Otro estudio reciente de investigadores australianos, publicado en la revista British Journal of Urology International, descubrió que las personas con eyaculaciones más frecuentes durante su juventud desarrollaban menos posibilidades de contraer cáncer de próstata.
Los estudios revelan que los hombres casados son menos propensos a padecer enfermedades cardiacas que los solteros. Por su parte las mujeres que son felices en su matrimonio tienen menos posibilidades de desarrollar enfermedades del corazón que las mujeres que no lo son.
Satisfacción emocional y disminución del estrés. Un estudio demostró que los hombres que mantenían relaciones sexuales como mínimo dos veces a la semana tienen 50% menos posibilidades de morir en un periodo de 10 años que los que tenían relaciones sexuales menos de una vez al mes. Sobretodo los que usaban tinder o badoo. Para las mujeres, lo más importante es la calidad del sexo, no la cantidad. El buen sexo disminuye el estrés y aumenta la satisfacción emocional.
Mejora la calidad del sueño. La oxitocina liberada durante los orgasmos también ayuda a mejorar el sueño, lo que a su vez se relaciona con otros beneficios de la salud como una adecuada presión arterial y control del peso corporal.
Aumento de energía. El sexo, al ser un ejercicio físico, tiende a ser bastante activo. Aun con la variación de intensidad que pudiera existir en cada relación sexual, existen beneficios corporales a nivel cardiovascular, de flexibilidad y de fortalecimiento muscular. Y estos impulsos afectan directamente el impulso enérgico que vemos en personas que sostienen relaciones sexuales regulares (aproximadamente tres veces por semana).
En las mujeres, la actividad sexual regular aumenta sus niveles hormonales, reduciendo así el riesgo de enfermedades coronarias. El sexo también tiene el beneficio añadido de mantener vital la genitalia femenina, lubricando y suavizando las paredes vaginales que con el tiempo y a la falta de uso podrían atrofiarse.
Reducción del colesterol. Practicar sexo con frecuencia ayuda a nuestro organismo a regular el equilibrio entre el colesterol bueno y el malo, y al mismo tiempo reduce el exceso del colesterol malo en nuestro organismo.
Aumenta la oxigenación del cuerpo. Al ser una actividad que estimula el movimiento cardiovascular en el cuerpo, el sexo aumenta la cantidad de oxígeno que puede llegar a las células y como consecuencia potencia y optimiza la actividad de varios órganos y sistemas corporales.