El poder de las expectativas

Las expectativas son una fuente de entusiasmo. Sin él, el futuro puede parecer sombrío y sin esperanzas y con ello llega la desesperación. Cuando la gente se decepciona una y otra vez, puede ser difícil esperar que algo bueno suceda y después de un tiempo, puede que lleguemos a tener una visión cínica del futuro. Se deja de soñar y se comienzan a dejar pasar las oportunidades para evitar la angustia del momento.
El poder de las expectativas
Las expectativas y las creencias son las emociones que le añaden energía a nuestros deseos. Los pensamientos provienen de nuestras creencias sobre cómo funciona la vida. Todo comienza en un sistema de creencias. Si crees que el propósito de la vida es la alegría, tu vida estará llena de alegría. Si crees que la vida es dura, entonces la vida estará llena de dificultades. Para transformar una vida mediocre en una magnífica, todo está en que creas que es posible.

Para ti ¿Qué es una creencia? Para mí no es más que un pensamiento que mantienen a los demás pensamientos a flote, lo que significa que puedes transformar tus creencias al elegir diferentes pensamientos. De modo que, si todo está determinado por lo que piensas, ¿Cómo vas a conseguir creer en algo en lo que actualmente no crees?

Todo comienza con un deseo claro y fuerte, de un poco de pasión y hablarte a ti mismo de las creencias que puedes tener. Emplea tu poder para soñar, imaginar y visualizar. Comienza con algo pequeño. Comienza con algo que no temas intentar. Lograrás dar el siguiente paso cuando tengas la suficiente confianza en determinada área y puedas seguir construyendo sobre ésta hasta que puedas creer que puedes ser, hacer y tener lo que desees.

Si crees que la vida es acerca de limitaciones, carencias y conflictos es porque te han dicho que la vida es dura, que no se puede tener todo lo que deseas y tu lo has aceptado, sin embargo puedes cambiar todo esto. Repítete a ti mismo “puedo hacer esto, puede ser eso, no me conformo con menos de lo que deseo”.

¿De verdad crees que puedes alcanzar tus metas? Si la respuesta es “no” o “tal vez” o “no estoy seguro” sigue estos tres pasos para ampliar tus creencias y expectativas y así llegar a convencerte de que es posible para ti alcanzar tus metas:

1. Haz una lista de las cosas que has logrado. Por ejemplo, el nivel de estudios que posees, el proyecto que completaste en el trabajo, la casa que compraste, las vacaciones que tomaste, el concurso de ortografía que ganaste en 5° grado, etc. Este ejercicio te ayudará a tener la sensación y satisfacción del éxito. Es raro que la gente avance más allá de sus propias expectativas, pero una vez que han probado el éxito o tienen la confianza interior de que pueden poseer lo que desean, se vuelve imperturbable.

2. Siente el deseo de alcanzar tus metas. Entusiásmate con la idea. Amplifica tus deseos y vuélvelos tus creencias, tus expectativas.

3. Haz una lista de motivos por los que te mereces alcanzar tus metas. Por ejemplo: porque así lo deseo, porque soy buena persona, porque alguien más lo tiene, ¿Por qué yo no?, porque lo he querido por mucho tiempo. Este ejercicio aumentará tu creencia de que mereces alcanzar tus metas.
Las personas tenemos expectativas altas o bajas, debido a la forma en que nos vemos a nosotros mismos: no soy lo suficientemente inteligente, bonita o atractivo, popular, talentoso, ingenioso, lo que sea. La falta de expectativas crea un ambiente auto-renunciante. Y esto puede convertirse en una profecía auto-cumplida.

La vida es una profecía auto-cumplida. Tus pensamientos se convierten en creencias y tu realidad refleja en lo que crees. Al ampliar tu fe y esperanzas, ampliarás el panorama de lo que es posible para ti. Decídete a lograr tus metas, deséalo desde el fondo de tu ser. Debes saber que lo mereces, créelo y espéralo en tu camino.

La autonomía implica alimentar tu mente, cuerpo, alma y espíritu. Entender que no es cuestión de magia sino que para lograr nuestras metas, una actitud positiva y las afirmaciones de que mereces alcanzar tus metas son la perfecta preparación de un plan de acción, visión y esfuerzo. Por ejemplo, si te fijas como meta perder peso, comienzas a pensar en ciertos ejercicios o aparatos para ejercitarte, después, puede que pienses en la talla de ropa que te gustaría usar o que pegues una fotografía en el refrigerador de alguien que te motive. Esto te motivará con cada kilo que pierdas. Tu enfoque en los resultados te mantendrá motivado aunque el proceso pueda ser agotador. Con la energía y determinación que poseas, algo que no creías posible lo será. Espera lo mejor y lo mejor sucederá.