Los sueños te ofrecen la mejor de las motivaciones. Tan solo siéntate y disfruta de soñar despierto por un rato. Trata de recordar tus sueños. Siempre te sorprenderás a ti mismo sonriendo. Los sueños son la mayor de las motivaciones no materiales que existen. Incluso nos transportan tiempo atrás, cuando creíamos que nada era posible.
La mayoría de las personas pierden su capacidad para soñar a medida que crecen. Los sueños que soñaste cuando eras niño o adolescente se perdieron en la rutina diaria de tu vida posterior. La razón principal de esto es que a medida que avanzas en la vida, comenzaste a creer que los sueños no se hacen realidad.
Si para muchas personas los sueños se hacen realidad todo el tiempo. ¿Entonces por qué crees que los tuyos no se harán realidad? La verdadera razón es que la sociedad nos dijo eso. Todo el mundo te dijo que fueras realista y no te engañarás a ti mismo con sueños tan lejanos. Y por eso es que terminaste creyéndolo.
Si sueñas, te motivas a ti mismo para lograrlo. A medida que comiences a visualizar algo en una forma abstracta, la determinación y el enfoque ayudarán a darle una forma concreta. Para lograr tus metas debes recorrer un largo camino, con esfuerzos de corazón y perseverancia.
Una de las rarezas del ser humano es su capacidad de pensamiento. Puedes no estar pensando en nada y dibujar un boceto en el papel. Al dibujar cientos de veces en la mente, es decir el papel, te puede llevar a dibujar algo que realmente desees. La tarea parece tedioso, engorroso y te hará querer dejar de hacerlo en algún momento. Sin embargo, motivarse a sí mismo es el primer paso para comenzar a nadar hacia esa isla en la que se encuentran los sueños.
Sin duda todos deseamos llegar a hacer realidad nuestros sueños, sin embargo, antes de poner en marcha tu estrategia, tienes que seguir una serie de pasos para lograrlo. Estos pasos deben seguirse de manera ordenada y secuencial, pues los sueños se convierten en cosas distantes al pasado; en el camino encontraremos una serie de dificultades y desviaciones, pero venciéndolos es como se logran conseguir los objetivos.
La motivación es solo un rayo de luz que ilumina y propaga su brillo para indicarnos el camino. Una vez que has podido ver qué camino seguir para llegar a tus objetivos, no tropezarás con distracciones ni confusiones. Si tienes dudas por las pequeñas dudas que surgen de la nada, ignóralas y reduce su influencia. Cuando le permitimos a nuestras dudas y temores crecer, el camino hacia nuestros sueños se vuelve borroso y cada vez más lejano.
Cada persona en este mundo tiene una visión diferente de la realidad. Algunos tiene inclinación por lograr pequeñas cosas en la vida; otros creen en la adquisición de cosas materiales mejores y más grandes. No es posible lograr ni sueños pequeños ni grandes en cuestión de segundos. Se necesita mucho tiempo, paciencia, concentración y fuerza de voluntad para lograr aquello que tanto has soñado.
La motivación te e las alas para volar en caso de tener la voluntad de hacer algo en la vida. La voluntad te persuade para mantenerte fuerte mientras te enfrentas a los caprichos de los cambios en la naturaleza y tus estados de ánimos. Es una de las armas más poderosas que pueden cambiar el destino. «Si hay voluntad, hay un camino». Si estás motivado, tienes el poder para alcanzar tus sueños.
Es posible que te enfrentes a una situación y desees rendirte. No te molestes con las distracciones pues con ellas, tu confianza empezará a perder la batalla. A veces puede que tengas que depende de alguien para hacer frente a tus problemas. A veces, solo es necesario que encuentres una solución rápida.
Recuerda, muchas personas desafiaron el mundo y lo que la sociedad les dijo, sin duda seguirán haciéndolo pues ellos no creen en lo que les dijeron. Estas personas dejan que sus sueños los motiven. Es gente que ante todo jamás rechazó su libertad para soñar; no importa que tan ridículo o alucinante pareciera su sueño y lo mejor es que, pese a eso la mayoría de estos sueños se alcanzaron.
La base real para sus logros es que se mantuvieron motivados lo suficiente, aún cuando el resto del mundo se hubiese dado por vencido. Incluso cuando uno no tiene fe en sus sueños, simplemente sigue su camino una y otra vez hasta el momento en que, efectivamente, desarrollas una fe inquebrantable en tus sueños.
Soñar es la mejor parte de nuestro cerebro. Sólo sigue soñando y lograrás cultivar la esperanza de que se hagan realidad.