Tomando en cuenta los múltiples beneficios que el ser organizado trae a todos los aspectos de tu vida, puede parecer extraño que puedan existir personas desordenadas. Después de todo solo se necesita un poco de tiempo y esfuerzo para acabar con el desorden, por lo que debería ser una prioridad.
Una de las razones por las que las personas mantiene el desorden es porque pueden soportarlo. Si bien a casi todo el mundo le gusta conservar una cierta cantidad de objetos personales, recuerdos y demás cosas bonitas, hay algunos que llevan esta práctica al extremo. En lugar de seleccionar sólo los objetos favoritos o guardarlos en un armario, las cosas pequeñas e innecesarias se van acumulando por la casa y se convierten en basura acumulada. Algunas personas han desarrollado este hábito simplemente porque se siente cómodas.
Los casos de acumulación extrema o hoarding (en inglés) son casos obsesivo-compulsivos que iniciaron a raíz del desorden. Un ejemplo de esto es la nueva serie de Discovery Home & Health ACUMULADORES que penetra en el mundo de estas personas, conocidas como hoarders, las cuales desarrollan un apego excesivo a las cosas que las rodean, impidiéndoles tirar o desechar nada por innecesario o absurdo que pueda ser. En el programa, los expertos visitan los hogares de personas que sufren de casos severos de hoarding para explorar la sicología detrás de esta conducta compulsiva.
Cada episodio se enfoca en dos casos distintos de personas que luchan contra esta enfermedad, que atenta contra su bienestar y el de las personas que los rodean. Con la ayuda de terapeutas y organizadores profesionales, los acumuladores intentan encontrar la causa de su obsesión con la esperanza de retomar el control de sus vidas.
Pero ¿cómo es que comienza el desorden? El desorden se comienza a acumular cuando no se le da prioridad a las cosas que deben conservarse y las que deben mantenerse. Esto puede incluir pilas de papeles en la oficina, herramientas o utensilios del hogar, grandes cantidades de ropa que ya no usamos. En estos casos, el desorden se debe a que no disponemos de las cosas que ya no son prácticas ni útiles.
Para muchas personas, el desorden se acumula debido a que no tienen la costumbre de ser limpios ni organizados. En lugar de poner las cosas en su lugar, puede haber artículos de papelería, la escuela o la oficina, juguetes, ropa y objetos que no se usan a diario apilados por todas partes hasta que el desorden se vuelve enorme.
La mayoría de las personas que producen y mantienen el desorden, no es que sean perezosos o incluso estén desmotivados; simplemente se ha convertido en un hábito cómodo. Puede ser más fácil dejar todo donde está y así “tenerlo a la mano” después, aunque es todo lo contrario. Algunas personas simplemente odian la idea de deshacerse de sus cosas o de ponerlas lejos de su alcance, la mayoría de quienes mantienen un ambiente desordenado tienden a hacerlo porque se ha vuelto familiar para ellos. Es probable que en algún momento dejen de pensar en los efectos negativos que puede causarles el vivir y trabajar en un ambiente atestado de cosas.
El desorden, literalmente, ocupa espacio en tu cerebro. En el cerebro se tienen unidades de atención que se utilizan para concentrarse, en consecuencia, cuando te encuentras rodeado de un montón de desorden, es probable que no estés trabajando en un estado óptimo. Tu mente pudiera sentirse abrumada, desordenada o confusa. Como resultado, hacer un buen trabajo será imposible de entregar con excelentes resultados.
En última instancia, el desorden puede afectar tu autoestima y por lo tanto las decisiones que tomas en tu vida diaria. Cuando te decidas a acabar con el estrés, reconocerás como tu vida se vuelve más sana y productiva. Sin importar cual sea el motivo que describe mejor el porqué de tu desorden, seguro que estarás encantado con los beneficios que tendrás en tu vida cotidiana.