7 razones por las que no te sientes con ánimos

Si a veces te preguntas que es lo que ocurre contigo, porque no te sientes bien o te sientes molesto o inconforme contigo mismo, es posible que no sea tu culpa y lo que necesites sea entender los motivos reales de esto.

Quizás creas que se sientes mal porque al final del mes tienes que vértelas  con las cuentas y si bien, esto puede parecerte el motivo fundamental de momento, hay otros motivos “secuaces” que afectan y pudieran constituir tu actual humor. A continuación te presento 7 motivos por los que la gente se siente mal y cuyos efectos provocan que la gente se sienta decaída.

7 razones por las que no te sientes con ánimos No conseguir lo que deseas. ¿Sabías que no conseguir lo que deseas es suficiente para hacerte sentir mal, aun cuando es a largo plazo? ¿Qué sucede cuando tienes que lidiar con tus cuentas  y no tienes como pagarlas? Este es el mismo motivo por el que la gente podría no sentirse con ánimos cuando no obtienen lo que desean.

Temor al futuro. Otra razón para esto sucede cuando la gente desconoce que será de sus esperanzas a futuro. Este hecho en general genera inseguridad y muchas veces desánimo. Por ejemplo, cuando algunas personas se quedan sin empleo, proyectan esa misma situación a futuro. A veces creen que podrían terminar sin empleo nuevamente en el futuro y así comienzan a albergar malos momentos y a desperdiciar mucho tiempo de vida pensando en cosas que desconocen.

Metas de vida no logradas. En otros artículos, he dicho que la gente se siente verdaderamente feliz cuando alcanzan sus metas, pero en esta ocasión es lo contrario. ¿Qué ocurre si estás intentando lograr una meta y jamás sientes que la estés consiguiendo? Esta es la misma razón por la que algunas personas se sienten decaídas cuando luchan y no ven logrados sus sueños.

Problemas de auto conocimiento. A veces sentimos que requerimos de algo para sentirnos bien pero no sabemos con exactitud qué es ese algo. Por ejemplo, supongamos que alguien no eligió una carrera que estudiar, sabe que necesita una carrera a futuro pero no sabe exactamente cuál es la mejor para él. Esa persona sabe que necesita algo pero no sabe lo que es y al desconocer eso de lo que carecen, muchas personas se sienten deprimidas.

Auto – decepción.  Éste factor se centra principalmente en personas con ambiciones de vida demasiado bajas. La gente de esta naturaleza puede que desee comenzar un nuevo negocio pero debido a las dificultades que atraviesan tienden a engañarse a sí mismos, diciendo que no necesitan de un negocio. Mientras que las personas mantengan este hábito, seguirán sintiéndose decaídos.

Auto-culpa. Culparse a sí mismo es una de las razones por las que algunas personas se siente decepcionadas de sí mismas. Cuando alguien vive sintiéndose culpable, tiende a existir la tendencia a sentirse mal siempre. Supongamos que has cometidos errores en el pasado, si continuas pensando en eso todo el tiempo, ciertamente te seguirás sintiendo mal.

Problemas del pasado. La mayoría de las personas creen que una de las mejores maneras de lidiar con sus preocupaciones, temores y problemas es olvidándose de ellos. Este método realmente nunca es efectivo ya que éstos son señales diseñadas por el subconciente para mantenerse alerta sobre sus necesidades insatisfechas y mientras estos problemas sigan sin resolverse, siempre se manifestarán nuevamente en forma de mal humor  y depresiones.

Pero entonces, ¿cómo podemos sentirnos bien todo el tiempo?

Si cualquiera de los puntos arriba mencionados es tu caso, a fin de ser feliz debes comenzar a tomar cartas en el asunto. En cualquier aspecto de tu vida es probable que necesitas emprender acciones a partir de hoy.

Digamos que tu problema es que le temes al futuro, pero, ¿qué  hace que le tengas miedo? Pon los reflectores sobre los motivos que te hacen sentirte así y pon manos a la obra. Si los problemas son la inseguridad laboral, empieza a buscar otra fuente de ingreso, auto empleándote, por ejemplo.

Para mantenerse motivado constantemente y en momentos difíciles también, se requiere, en primer lugar determinar claramente las razones que me han llevado a la desmotivación o que me podrían llevar a ella, reconociendo las situaciones externas, las cuales no puedo controlar directamente y las internas, que sí puedo aprender a controlar en todo momento.