La palabra depresión proviene del latín depressio, que significa hundimiento. Con ella suele designarse tanto al cuadro clínico caracterizado por la presencia de diversos componente (pesimismo, inhibición psicomotriz, autorreproches, etc), como al estado afectivo de la tristeza. Por lo tanto se suele afirmar que alguien está deprimido cuando se siente triste, independientemente de que estén o no presentes los demás tipos de sentimientos nombrados. Quien padece depresión se siente “hundido” con un peso sobre su existencia.
La depresión es una condición incapacitante que afecta a millones de personas provocándoles un grave desequilibrio emocional, interfiere en su vida cotidiana, las relaciones familiares y el trabajo. Incrementa el riesgo de enfermedades físicas y algunas veces, hasta induce al suicidio.
Sin embargo, la depresión es una disfunción que puede ser tratar con facilidad. Desafortunadamente, la mayoría de las personas que padecen esta mal no es tratada y no conoce las posibilidades de ayuda con las que cuentan.
Además de requerir la ayuda de un médico o terapeuta, hay cinco cosas que puedes hacer para lidiar con esto:
Ejercicio físico. Camina de 15 a 30 minutos cada día, baila, anda en bicicleta o sal a correr. La ansiedad y la depresión son síntomas frecuentes del exceso de estrés mental. El ejercicio físico ha sido asociado con la reducción de los niveles leves y moderados de depresión y ansiedad. Quizás el ejercicio te resulte un gran desafía, fuérzate un poco (pídele a un amigo que te acompañe si lo necesitas para estar motivado). En cuanto hagas del ejercicio un hábito, no tardarás mucho en percibir un cambio a mejor en tu estado de ánimo.
Aliméntate bien. Todos sabemos el viejo adagio que dice “somos lo que comemos”. Sin embargo, muchas personas no se dan cuentan de que lo que escogen para comer puede tener efectos inmediatos en sus cuerpos y en su estado de ánimo diario. Esto es porque ciertos alimentos tienen gran influencia en los niveles de los químicos cerebrales necesitados para la regulación del humor. Excluyendo o minimizando la ingesta de substancias como el azúcar, cefeína y alcohol, puedes incrementar en gran medida tu salud y bienestar. Además, el agregar alimentos de alta energía en tu dieta, tales como ciertos productos animales, productos de soja, nueves y legumbres pueden estimular el cerebro y producir energía para todo el cuerpo.
Identifica los problemas, pero no les des vueltas. Intenta identificar las circunstancias que han contribuido a tu depresión. Cuando sepas qué es lo que te ha hecho sentirte triste y decaído y por qué, habla sobre ello con un amigo que te aprecie. Hablar es una forma de dar rienda suelta a los sentimientos y de recibir un poco de comprensión. Si no tienes a quién contárselo, abrir tu corazón escribiendo en un diario te irá igual de bien.
Una vez hayas planteado esos pensamientos y sentimientos, centra la atención en algo positivo. Toma medidas para solucionar tus problemas. Pide ayuda si la necesitas. Sentirse unido a los amigos y la familia puede ayudar a aliviar los sentimientos depresivos. (Y tú también puedes ayudar a tus allegados a sentir que pueden hacer algo por ti en vez de limitarse a ver lo trise que estás.)
Exprésate. Los magníficos ejemplos de la literatura y de la música muestran que puede conseguirse transformar la depresión y el abatimiento en auto expresión; que detrás de éstas se oculta una energía que puede aprovecharse de modo productivo y que entonces, el propio talento a veces especial, puede incluso cambiar el mundo. La multitud de terapias creativas o artísticas son muy apropiadas para convivir con la depresión. Algunos tratamientos incluyen terapia musical o artística que fomentarán la creatividad en lugar de perjudicarla.
Ve el lado positivo de las cosas. La depresión repercute sobre los pensamientos de las personas, haciendo que todo parezca negro, triste y negativo. Si la depresión te está hacienda ver solamente lo malo de la vida, haz un esfuerzo por ver las cosas buenas. Trata de recordar qué está pasando por su mente en ese momento. Esos pensamientos pueden haber sido sus reacciones «automáticas a algo que acaba de suceder: El comentario casual de un amigo, una factura en el correo, un dolor de estómago. En ocasiones puede que no encuentre ningún hecho externo que pueda explicar su tristeza. Revise si tienes fantasías, imágenes o recuerdos con ideas de pérdida.
Las personas deprimidas necesitan de todo el apoyo posible que las anime a buscar ayuda, sobre todo si han alcanzado un estado profundo. Es importante buscar ayuda en cuanto aparezcan los primeros síntomas, ya que si el estado de la enfermedad es muy avanzado, las personas pueden estar viviendo desesperadamente, lo cual impide que comprendan que la enfermedad puede ser tratada por un especialista.