Seguramente tú también has sentido en alguna ocasión, como si te despertases con el pie izquierdo. Te sientes de malas, aburrido, hastiado de la rutina. Todo el mundo tiene días como esos. Lo que debes saber sobre estos “días malos” así como del humor que te provocan es que hay varias cosas que puedes hacer para remediarlos.
Antes que nada, hay que detectar tu mal humor. En primer lugar, tienes que analizar qué es lo que sientes. ¿No te sientes como tú mismo ese día? ¿Te duele algo? ¿Estás pálido? ¿Te sientes agotado? Sin duda, el estado de tu cuerpo te alertará sobre tus emociones, ya sea que estás enojado, frustrado o triste. En el ámbito de la psicología o psiquiatría se sabe que el mal humor puede estar asociado a la depresión y en realidad no al mal carácter, aunque con ello no se quiere decir que todos los malhumorados padecen depresión. Existen también ciertos rasgos en la personalidad pueden hacernos más proclives a ser malhumorados, por ejemplo los perfeccionistas que tienen niveles altos de exigencia o los obsesivos por el orden, que se tornan violentos cuando algo está fuera de lugar.
Sin embargo, existen sencillas acciones que puedes llevar a cabo para mejorar tu humor en esos días, como por ejemplo:
Haciendo ejercicio. Las endorfinas son conocidas como las hormonas de la felicidad, ya que se regulan el estado de calma, la alegría y la sensación de enamoramiento. Al hacer ejercicio liberamos endorfinas lo cual regula nuestros niveles de dolor físico como un estilo de calmante y ayuda a controlar la ansiedad. Además, el ejercicio mejora la circulación sanguínea lo que aumenta y mejora a su vez la actividad en tu cerebro, libera el estrés del día a día y por lo tanto hace que tengas una mejor actitud ante los problemas de la vida cotidiana.
Durmiendo lo suficiente. Nuestros malos hábitos de sueño influyen de forma negativa no solo en nuestro humor sino también en el organismo: dolores de espalda, insomnio crónico, somnolencia diurna, gastroenteritis, hipertensión y cardiopatías
Meditando. La gente medita para aliviar el estrés, relajarse, deshacerse del dolor, sea físico o emocional. Ayuda a los dolores de cabeza de socorro y las migrañas. Disminuye los ataques de pánico, reduce el lactato sanguíneo. Aumenta la serotonina. Controla tu estado de ánimo y comportamiento. Esto ayuda a superar la depresión, ayuda a detener el aumento de peso y mejora su sistema inmunológico.
Distrayéndote en tus pasatiempos. Las actividades agradables contrarrestan la depresión y ayudan a crear buen humor. Hacer algo que te puede absorber te distrae del mal humor y te pone en contacto con las fuerzas positivas. Tales actividades pueden incluir leer, tocar o escuchar música, salir con tus amigos o estar en contacto con la naturaleza.
Saliendo a caminar. Caminar mejorar tu circulación, oxigena tu cuerpo y todo tu organismo, además de ayudarte a quemar toxinas y grasas excesivas.
Asoleándote. Los rayos ultravioleta aumentan la producción de serotonina, asociada con la sensación de bienestar, la regulación del sueño, la temperatura del cuerpo y la conducta sexual. Además, tomar el sol estimula las funciones del organismo, ya que aumenta la irrigación sanguínea por vasodilatación cutánea. Además, fomentan la formación de vitamina D, esencial para la salud de huesos y piel.
Recuerda que ante todo, debes hacerte cargo de tus emociones. Cuando no te sientes de humor puede que te comportes de manera negativa y manifiestes tu molestia gritándole a los demás, desquitándote con otros o comiendo o bebiendo en exceso. Sin embargo, hacer esto te perjudica tanto a ti mismo como a los demás. Ese tipo de acciones solo genera una mayor producción de adrenalina, que dicho sea de paso es la hormona que nos incita a pelear. Así mismo, tu cuerpo produce más cortisol que en grandes cantidades genera estrés, son las elevación de exagerada de azúcar en sangre, el aumento de la presión arterial, osteoporosis, la producción excesiva de vello, la generación de estrías en la piel del abdomen, retención de agua en los párpados, la cara de luna llena, debilidad muscular y agotamiento.
Ten presente que un día malo lo tiene cualquiera. La mejor forma de enfrentarlos es tomar una actitud que nos ayude a evitar que afecten nuestro modo de ver la vida y nuestra capacidad de relacionarnos con los demás.