Muchas personas son de la opinión de que las personas que suelen procrastinar las cosas no son en realidad más que personas perezosas. Yo creo que hay cierta verdad en eso, aunque no es una verdad absoluta. Sin embargo, también tengo un par de puntos por los que me opongo a compartir enteramente esta opinión, sobre la pereza y la procrastinación.
La definición para “pereza” en el diccionario se refiere a alguien “poco dispuesto a trabajar o que trabaja poco”. Desde mi punto de vista, la clave de esta definición se encuentra en la palabra “disposición”. Esta palabra a su vez se refiere a aversión, estar reacio a o a una fuerte falta de motivación para realizar algo.
Pero ¿quiénes son las personas verdaderamente perezosas? ¿Qué les caracteriza? El tema de la pereza es un asunto subjetivo que se basa en la comparación y las expectativas sociales. La personaperezosa u holgazana se rehúsa a comenzar un trabajo y su vida se caracteriza por la postergación y por los pretextos que inventa para no hacer las cosas. Una persona que tienda a la postergación en cambio, simplemente pospone el inicio de dichas tarea hasta poco antes de la fecha o momento de entrega.
Otra de las características de una persona perezosa es que no suele terminar lo que empieza. En el improbable caso de que se quede sin excusas y empiece a trabajar, el negligente nunca termina satisfactoriamente lo que empieza. Puede ser que el perezoso si termine algo, pero cuando mucho, su trabajo será mediocre. La procrastinación puede llevar al individuo a refugiarse en actividades irrelevantes comparado con las tareas que necesariamente tiene que hacer.
Las tareas que tenemos que realizar no todas tienen el mismo peso e importancia. Algunas tienen más relevancia que otras, y cada persona evalúa de distinta forma la importancia de las distintas tareas. Normalmente nadie deja para más adelante tomar unas copas con los amigos o una charla con una persona interesante, pero si hablamos de planchar o hacer la declaración de la renta, casi nunca se hacen el primer día que están disponibles.
La personas que acostumbran a procrastinar sus actividades tienen la costumbre de posponer las mismas , lo cual puede generar dependencia de diversas actividades, tales como entrar a Internet, leer libros, salir de compras, comer compulsivamente o dejarse absorber en exceso por el trabajo, como pretexto para evadir alguna responsabilidad.
Entonces ¿Una persona que suele procrastinar es una persona perezosa? No. La procrastinación y la pereza comparten características como la de estar reacio a realizar una actividad, así como la falta de motivación para hacerla. Quizás comparten también similitudes a nivel psicológico, como la poca concentración, así como el tender a rehuir de dicha tarea o responsabilidad. Sin embargo en mi opinión, lo que diferencia al procrastinador del perezoso es que el primer tiene un mayor sentido de responsabilidad. El perezoso rara vez se sentirá culpable por no haber realizado o haber concluido en destiempo una tarea, mientras que el procrastinador tiende a sentir culpa a sabiendas de que fue su responsabilidad el haber postergado las cosas para último minuto.
Hay más de un tipo de procrastinadores que se dividen normalmente en tres tipos básicos:
Los arriesgados: los que esperan a último momento por la adrenalina
Los evasivos: evitan algo (como el fracaso) y buscan la aceptación de los demás
Los decisivos: no pueden tomar una decisión, postergando todo no hace falta hacerse responsable de los efectos.
La razón por la que paga posponer incluso esos pendientes es que el trabajo verdadero necesita dos cosas que los pendientes no: grandes cantidades de tiempo y el estado de ánimo adecuado. Si te inspira algún proyecto, puede ser una ganancia neta mandar a volar todo lo que tenías que hacer los próximos días para trabajar en este. Sí, esos pendientes te pueden costar más tiempo cuando finalmente los hagas. Pero si haces mucho durante esos pocos días, serás netamente más productivo.
Si queremos evitar la procrastinación debemos aprender a reconocerla, a identificar qué la causa y evitarla. Sepas o no cómo empezar a realizar la tarea, si estableces una organización definida, y concretas el modo de realizar la tarea, será de gran ayuda para evitar la procrastinación. Puedes encontrar otras técnicas que ayudan a evitar o superar la procrastinación. Identifica las que funcionen mejor contigo.