Ser “organizado” no tiene nada que ver con ser un maniático, un robot automatizado o verse sometido por rutinas aburridas. Consiste en aprovecharte de una serie de sencillísimos y prácticos hábitos que te hacen la vida y el trabajo mejor. Por ser organizado no hay medallas pero sí grandes premios: cada día eres más eficiente, te anticipas a los problemas, te vuelcas en las cosas importantes, no te rompes la cabeza con tonterías y haces más en menos tiempo.
En la mayoría de las ocasiones, el desorden es una conducta aprendida, es decir, es una conducta que aprendemos en primer lugar y luego la seguimos manteniendo por asociación. Para otras personas esta actitud puede llegar a ser perjudicial si las consecuencias que conlleva son dificultar y retrasar nuestras tareas y obligaciones, impidiendo así desarrollar nuestra vida diaria con plena normalidad.
La gran mayoría del tiempo las personas son desordenadas debido a cuestiones psicológicas, como por ejemplo:
• Si hay desorden u objetos amontonados en la entrada de la casa, se interpreta como miedo a relacionarse con otras personas.
• Si hay desorden u objetos amontonados en el clóset, el mensaje es que no se tiene el control sobre el análisis y el manejo
de las emociones.
• Si hay desorden u objetos amontonados en la cocina, el mensaje o señal es de resentimiento o de fragilidad sentimental.
• Si hay desorden en el escritorio o área de trabajo, el mensaje es de frustración, miedo y necesidad de controlar las situaciones.
• Si hay desorden detrás de las puertas, el mensaje es de miedo a no ser aceptado por los demás, sensación de sentirse vigilado constantemente.
• Si hay desorden debajo de los muebles, el mensaje es que se le da demasiada importancia a las apariencias.
• Si hay desorden u objetos acumulados en bodegas, el mensaje es que se vive del pasado.
• Si hay desorden u objetos acumulados en el garaje, el mensaje es de temor y falta de habilidad para actualizarse.
• Si hay desorden y objetos amontonados por toda la casa, el mensaje es de coraje, enojo, desidia y apatía hacia todos los aspectos de la vida.
• Si hay desorden u objetos acumulados en pasillos, el mensaje es de conflictos para comunicarse, miedo a decir y manifestar lo que se desea en la vida.
El desorden exterior simboliza lo que vives internamente pero que no te atreves a corregir. La energía no puede fluir en tu vida de la manera correcta si hay algo que le impide circular libremente.
Evalúa que es lo que te detiene, revisa las cosas que tienen algún simbolismo y comienza a decirles adiós. El desapego de las cosas materiales poco a poco te ayudará a desprenderte también de situaciones o de relaciones que ya no quieres (y no necesitas) más en tu vida.
Piensa y hazte las siguientes preguntas:
¿Acaso no sientes que eres digno de algo mejor?
¿Te sientes culpable de deshacerte de regalos que te dio la gente?
¿Esperas que este desorden (por ejemplo, el equipo de ejercicio sin usar) te motivará a hacer un cambio, pero en realidad lo único que hace es crear culpabilidad y añadir presión a tu vida?
¿Tienes que rodearte de objetos que te hacen sentir rico, a pesar de que el desorden podría estar bloqueando las oportunidades que podrían ayudarte a crear riqueza real?
Si alguna de estas preguntas movió algo en ti, es buena señal. Recuerda que el primer paso siempre es admitir que tenemos un problema, paso siguiente, comenzar a resolverlo.
Mira a tu alrededor. ¿Qué dice el desorden sobre ti? ¿Qué tipo de patrones de desorden siguen llegando a tu vida? Algunas personas experimentan más de uno de estos patrones. ¿Cómo puedes cambiar tu vida hoy por eliminar el desorden de tu casa o apartamento?
A veces, es necesario verte desde fuera para ver realmente lo que el desorden, le está haciendo a tu vida, y cómo refleja tus emociones, la situación y la autoestima.
Esta virtud no sólo afecta a quien vive de forma ordenada, sino también a aquellas personas con las que convive o le rodea. Por ello, para conseguir vivir con orden también es aconsejable observar y aprender de las personas ordenadas que nos rodean, pueden enseñarnos cómo conseguirlo. Recuerda que las personas ordenadas avanzan con mayor rapidez en su trabajo y en sus tareas cotidianas. Todo lo tienen organizado y pueden encontrar con facilidad aquello que necesitan y buscan. Con el orden y la organización personal se consigue mayor eficacia y bienestar.