A veces cuando la gente escucha los sonidos y el ritmo de la música, pareciera que un torrente de energía los incita a bailar. Otras personas se sienten relajados y en paz al escuchar el canto de los pájaros. Cuando escuchamos las cuerdas de la orquesta sinfónica, nos inspiramos y emocionamos. Incluso el sonido de las gotas de lluvia sobre el tejado resulta relajante para algunos de nosotros. Evidentemente, los sonidos tienen un efecto en nuestra vida cotidiana y son muchos los beneficios de la música, aunque no todo el mundo se da cuenta de ello, los sonidos también tienen un efecto terapéutico en nuestro bienestar físico, mental y emocional.
Según los terapeutas del sonido, lo que oímos puede mejorar o perjudicar nuestra salud. Cuando el sonido se utiliza de manera adecuada, puede ayudar a relajarnos y liberar cierta energía que ayudará a nuestro cuerpo a sanarse por sí mismo de una manera natural. Según los testimonios, muchas personas concuerdan en que cuando se sienten estresados o ansiosos, escuchar sus canciones favoritas los ayuda a tranquilizarse, luego de ello son capaces incluso de pensar las cosas con mayor claridad.
En algunos casos, escuchar canciones y sonidos familiares del entorno ha ayudado a personas con amnesia a restaurar sus recuerdos más rápido. Incluso existe una teoría que señala que cuando una madre embarazada escucha regularmente música clásica y orquestal, el bebé dentro de su vientre desarrollará un cerebro inteligente y una memoria excelente.
Nuestro estado de ánimo diario siempre se ve afectada por los sonidos que escuchamos de nuestro medio ambiente. Nos irritamos cuando escuchamos los sonidos que no nos gustan. Nos molestamos o sentimos irritados cuando escuchamos la voz de nuestros enemigos, pero nos emocionamos al escuchar las voces de nuestros amigos o la de nuestra pareja. Cuando estamos enfermos y nuestros amigos y familiares nos llaman para preguntar por nuestra salud, sus voces familiares nos hacen sonreír y esto funciona como un factor de curación.
Incluso los hospitales y los médicos están utilizando la música y el sonido para ayudar a sus pacientes a reducir el estrés asociado con la enfermedad y los procedimientos quirúrgicos. Existe evidencia de que la recuperación se acelera cuando se aplica terapia de sonido. La terapia de sonido también es comúnmente usado en conjunto con el trabajo corporal, el reiki, la meditación y otras modalidades curativas. Muchas culturas utilizan el sonido para la curación, es decir, se ayudan de tambores, cánticos y cuencos tibetanos.
Éste un método muy antiguo de curación. Los monjes tibetanos, por ejemplo, han utilizado un método de «matiz cantando» durante miles de años para tratar la enfermedad. La teoría es que, dado que todo en el universo está en un estado constante de vibración (incluyendo el cuerpo humano) y por ello incluso el más pequeño cambio en la frecuencia puede afectar a los órganos internos.
Los terapeutas modernos del sonido consideran que hay una resonancia natural o una «nota» que es la «correcta» para cada parte del cuerpo humano y para cada individuo, por lo que al dirigir las ondas sonoras específicas en las áreas específicas del cuerpo pueden afectar la frecuencia en la que esa parte vibra y de tal modo restaurar el equilibrio y por lo tanto la salud.
La terapia de sonido puede utilizar máquinas especiales que transmiten «vibraciones curativas», incluso el pionero británico Peter Guy Manners ha desarrollado un sistema conocido como “Cymatics” que consiste en la aplicación directa de la voz, la música, o una variedad de sonidos tonales ya veces una combinación de los tres.
Los expertos dicen que debemos aprender a apreciar los sonidos que nos rodean y determinar cuál de estos sonidos que escuchamos nos hará sentir bien o mal. Si queremos obtener alivio del estrés y conseguir un poco de paz mental, podemos dar un paseo por la playa y escuchar los sonidos de las olas estrellarse contra las rocas. O tal vez tocar un instrumento y cantar para nosotros mismos nos ayudará a obtener energía. Los sonidos nos afectan todos los días.
Hay 4 formas principales en que trabaja la terapia de sonido:
* Resonancia simpática
* Arrastre de las ondas cerebrales
* Frecuencia después de la respuesta
* Equilibrio del hemisferio izquierdo/ derecho del cerebro
La terapia de sonido puede alterar la frecuencia de las ondas cerebrales, arrastrando las frecuencias armónicas a través de sus vibraciones rítmicas y tiene la capacidad de equilibrar los dos hemisferios del cerebro permitiendo el equilibrio que debe lograrse y para manifestar estados positivos de la conciencia que se asocian equilibrio mental, emocional y física, la armonía y el bienestar.