El mundo en el que vivimos es un lugar interesante al igual que lo somos las diferentes personalidad que habitamos el planeta. La desventaja de esto es que, inevitablemente habrá ciertas personalidades que nos irritarán o se sentirán a disgusto cerca de nosotros. Y estas personas que nos resultan molestas están a nuestro alrededor, muy a menudo son aquellas con las que tenemos que trabajar. Por ejemplo, podría haber un compañero de trabajo en la oficina que no puedes soportar, pero deben trabajar juntos para lograr un objetivo común. Tener la capacidad de tratar con gente difícil poder ofrecerte menos estrés y más felicidad.
No hay manera de que puedas hacer cambiar a las personas difíciles para que, de pronto, sean agradables y receptivas. Ese cambio sólo se produce cuando las personas interesadas lo desean y trabajan para conseguirlo. De modo que si tú no puedes cambiarlas, lo único que puedes hacer es cambiar su forma de reaccionar frente a ellas. A fin de cuentas, eres tu quien resulta perjudicado y se enoja, mientras ellas siguen en lo suyo, cometiendo errores.
La primera manera de tratar con estas personas difíciles o que no podemos soportar es reconociendo porque nos resultan molestas. Podríamos sentir rechazo por su aspecto, sus acciones, su forma de vestir o incluso su percepción de las cosas.
Para hacer frente a la gente molesta, primero tenemos que identificar qué es exactamente lo que nos molesta de la persona.
Tenemos que aceptar que no podemos controlar los pensamientos o gestos de los demás. Lo que sí podemos controlar es cómo respondemos a esas personas. Por ejemplo, cuando estamos molestos por los eructos constantes de una persona, podríamos llamar nuestra atención a otras cosas acerca de la persona como su preparación. Si hasta su forma de vestir te molesta, podrías llevar tu atención a las cosas en el ambiente que te rodea, como los cuadros en la habitación, por ejemplo. La clave es llevar tu atención lejos de la fuente de molestia.
Mahatma Gandhi dijo una vez: «Sé el cambio que quieres ver en el mundo». Esta cita es muy aplicable en el contexto de cómo lidiar con una persona molesta. Es más difícil cambiar a la persona molesta que hacer un cambio en nosotros mismos. Cuando la gente está enojada o irracional, cualquier palabra o acción que hagas pueden ser interpretadas como una agresión y provocar una agresión aún mayor. Aunque puede ser difícil, lo mejor que puedes hacer en esta circunstancia es mantener la calma y permitirte seguir haciendo tus actividades. Una vez que los ánimos se calmen, tal vez podrías pedirle a la otra persona que discutan el asunto en un momento posterior, cuando se haya calmado. Si esta solicitud es denegada, solo te queda esperar un tiempo antes de pedírselo nuevamente.
Tienes que ir en tono conciliador para que la otra persona no se ponga directamente al ataque porque si no, no solucionarán el problema. Explícale la situación y lo qué opinas. A partir de aquí, puedes descubrir que tu compañero no tuviera ni idea de lo que pasaba y te pida disculpas; puede suceder que realmente admitas que tienes un problema contigo, explicarte por qué y entre los dos tratar de llegar a algún tipo de acuerdo o decir que no hay ningún problema y seguir actuando de igual manera.
Pero siempre debes asegurarte de tomar medidas con rapidez. Puedes llegar a estar tan enojado que tus esfuerzos para abordar la situación podrían llegar a ser irracionales. Para solucionar el problema es mucho mejor que mantengas un poco de objetividad y el control emocional.
Otra manera de tratar con la gente molesta es ser lo más claro posible en cualquier forma de comunicación que tengas con ellos a fin de evitar malos entendidos que pueden hacer que estas personas te moleste aún más. Por ejemplo, si tu molesto compañero de trabajo te pide que haga 5 copias de un documento, repítele esta solicitud para que te de una segunda confirmación. Esto es para asegurarte de que entiendes totalmente lo que está diciendo y así prevenir los conflictos que surgen debido a la falta de comunicación de la información.
Si personalmente no te gusta un compañero de trabajo o jefe, todavía puedes aprender de sus opiniones, puntos de vista e ideas. Si puedes encontrar algo que apreciar en ellos, valóralo de una forma favorable. Si esa persona siente tu lealtad, podrás relacionarte naturalmente y es posible que aprendan a llevarse bien a pesar de sus diferencias.