Al envejecer nuestras células cerebrales (neuronas) empiezan a perder las conexiones que las comunican entre sí. Éstas, llamadas sinapsis, son parecidas a las ramas de un árbol y resultan esenciales para el pensamiento. Con el paso del tiempo nuestro cerebro pierde vigor, literalmente.
Quizás el hallazgo más impactante de nuestros días sean las pruebas de que el ejercicio puede prevenir algunos tipos de deterioro mental. E incluso podría restituir la memoria. Numerosos estudios hechos con animales muestran que, entre otros beneficios, el ejercicio aeróbico incrementa la formación de capilares en el cerebro, lo que redunda en un aumento del suministro de sangre y de nutrientes, así como de oxígeno, un elemento particularmente importante para la salud del cerebro.
Nútrelo. Otro medio para mejorar la capacidad cerebral es a través del estómago. Todos hemos oído decir que los antioxidantes son escudos que nos protegen contra el cáncer. Consumir alimentos que contienen este tipo de moléculas también puede ser muy benéfico para el cerebro ya que neutralizan los radicales libres, los cuales son dañinos porque destruyen nuestras neuronas. Muchas frutas y verduras coloridas están repletas de antioxidantes, al igual que algunas leguminosas, los cereales enteros, las nueces y las especies. Sin embargo, lo más importante es prestar atención a la nutrición en general.
Además de adoptar un buen programa de ejercicios, debes comer bien para evitar las enfermedades que acosan al ser humano en la actualidad. La hipertensión, la diabetes, el colesterol alto la obesidad le complican la vida a tu cerebro. Si tu dieta es pesada, lo más probable es que tu cerebro también lo sea. Esos kilos de sobra que hacen que tus piernas sufran al subir un tramo de las escaleras impiden a tu cerebro resolver problemas con rapidez o encontrar soluciones ingeniosas.
La alimentación más adecuada para el cuerpo es también la que resulta mejor para el cerebro: después de todo, este órgano forma parte del conjunto.
Aceléralo. Es triste decirlo, pero nuestro cerebro comienza a reducir su marcha de manera natural a la tierna edad de 30 años. Antes se creía que no era posible evitarlo, pero numerosas investigaciones recientes muestran que a cualquier edad las personas pueden ejercitar su cerebro para hacerlo más veloz e incluso para rejuvenecerlo. El principal hallazgo de los últimos 10 años en materia de función cerebral es que, sin importar la edad, el cerebro humano es muy adaptable o como dicen los neurólogos, “plástico”. Si lo estimulas para que aprenda, eso hará e incluso acelerará su ritmo.
Para que tu cerebro se mantenga joven y ágil, puedes comenzar alguna actividad divertida que te imponga un reto: por ejemplo, el tenis de mesa o bridge, armar rompecabezas, aprender un idioma, tomar clases de tango o acordeón, construir aviones a escala, cultivar el arte del bonsái, entre otras.
Cualquier actividad que exija concentración y que resulte gratificante, reactiva el cerebro y lo estimula para aprender.
Relájate. Aunque es muy importante imponerle retos a tu cerebro, permanecer calmado también lo es. Investigaciones demuestran que el estrés traumático daña las neuronas. Un estado así puede alterar procesos como el aprendizaje y la memoria, lo cual consecuentemente reduce la calidad de vida de las personas.
Por ejemplo, el hipocampo, parte del cerebro de enorme importancia para la formación de la memoria, puede debilitarse gravemente a causa del estrés crónico. Por supuesto, una excelente forma de quitarse el estrés es hacer ejercicio físico, al igual que actividades más tranquilas como el yoga y la meditación. Así que, cuando te encuentres en tu calistenia mental, no olvides mantenerte relajado y divertido.
Déjalo descansar. El beneficio creativo que se obtiene durante el sueño es quizá el ejemplo más contundente del poder mental que otorga la calma. La próxima vez que intentes solucionar un problema más complejo, ya sea un ejercicio de calculo o la elección del auto adecuado para tu familia, lo mejor es que lo consultes con la almohada.
Investigadores de la Universidad de Harvard analizaron las condiciones bajo las cuales la gente descubre soluciones creativas. En un estudio en que había que resolver problemas matemáticos, observaron que una buena noche de sueño duplicaba las probabilidades de los participantes de encontrar una solución creativa al día siguiente. El cerebro dormido, dicen, es muy capaz de sintetizar información compleja.
Ríete. El humor estimula las partes del cerebro que utilizan dopamina, el mensajero químico del “bienestar”, lo que coloca a la risa en la categoría de las actividades que disfrutamos realizar una y otra vez, entre ellas comer chocolates y hacer el amor. Para el cerebro, la risa es agradable, tal vez incluso adictiva.
Pero, ¿puede el humor hacernos más listos? Los expertos aun no han llegado a un acuerdo y se necesita realizar más estudios sobre el tema, pero los resultados iníciales son alentadores.
Aprovecha lo que sabes. A pesar de que nuestra cultura está obsesionada con la juventud, nadie ha propuesto que se cambien las leyes para que las personas de 20 años puedan postularse a la presidencia: en la mayoría de los países latinoamericanos la edad mínima para ello sigue siendo 35 años. ¿Has oído hablar del buen juicio de las personas mayores? Los científicos están empezando a comprender cómo funciona la sabiduría a nivel neurológico.
Al llegar a cierta edad, hemos registrado en nuestro cerebro millones de datos y recuerdos de situaciones sociales, a los que podemos recurrir en cualquier instante. Además, uno es capaz de sintetizar e integrar mejor esa información.
La gente de edad tiene mayor facilidad para resolver problemas porque cuenta con más información mental que los jóvenes. Es por eso que las personas entre 50 y 70 años son tan sabias. Acudimos a ellas en busca de consejo y para que dirijan nuestras empresas y nuestros países.
Como ves, es muy agradable saber que algunas cosas mejoran con la edad.