Muchas veces, la solución a los problemas pasa por dar con las palabras precisas, más que por saber qué hacer. Es más, y recurriendo por primera y última vez en este artículo a una frase hecha, si los problemas tienen solución está claro que no tenemos que preocuparnos; y si no la tienen, tampoco vale demasiado la pena darle vueltas… Pero, en uno y otro caso, la frase correcta en el mejor momento es una ayuda inestimable.

Es más, se dice que la diferencia entre ayudar a un hombre y a una mujer ante las dificultades que la vida se empeña en cruzar en nuestros caminos es que a ellos les viene muy bien que les den ideas prácticas, mientras que ellas agradecen más frases de ánimo del tipo “todo va a salir bien”.
Las cosas, las creencias, las necesidades, como todo lo que vive, se transforman, vienen y se van. A esto se le puede llamar, evolución. Si retenemos lo que se ha de ir, entonces estamos impidiendo el cambio, impedimos que llegue lo nuevo. Estamos estrangulando nuestro crecimiento personal, nuestro bienestar natural e imprescindible a nuestra felicidad cotidiana.

