Una de las acciones claves que debemos llevar a cabo cuando decidimos como controlar el enojo, es la identificación de las causantes del mismo. Muchas personas parecieran tener problemas de ira crónica y ni siquiera parecer estar seguros de qué se los provoca.
La rabia es una emoción biológica que surge como consecuencia de haber experimentado la frustración de alguna de nuestras necesidades o deseos. Es una vivencia de perdida, no tenemos lo que necesitamos y queremos. A diferencia de la tristeza que es más paralizante, la rabia suele en la mayoría de las ocasiones ser un motor para pasar a la acción, para reparar el daño sufrido, cuando sentimos esta emoción empezamos a pensar en cómo reparar nuestra pérdida o qué hacer. No es hasta que identificamos los motivos por los que estamos enojados que podemos comenzar un proceso para tratar este malestar.