Todos en algún momento nos hemos llegado a sentir culpables por dejar las cosas para otro momento. Hay momentos en los que sentimos que podemos hacer las cosas más tarde y ese “más tarde” se convierte en “mañana” y ese “mañana” se convierte en ¡nunca!
Si comienzas a recordar, es posible que una gran cantidad de cosas importante hayan quedado en el olvido debido al veneno de la dilación. La mayoría de las personas que se sienten víctimas de la dilación pareciera que no pueden dar prioridad a una lista de cosas por hacer.
Ciertamente, dejar las cosas para después pareciera una acción inofensiva al principio, pero a largo plazo, afectará tu rendimiento, tu vida profesional, familiar, social e incluso otros aspectos de tu vida. Muchas personas caen en la trampa de la dilación, pensando que pueden cumplir con sus pendientes más tarde, sólo para descubrir que puede llegar a ser una práctica adictiva que a la larga se convierte en un hábito difícil de vencer.
El hábito del aplazamiento se manifiesta en nuestras vidas con mayor frecuencia de la que notamos. En lugar de utilizar nuestro tiempo para terminar las tareas importantes, tendemos a posponerlas al utilizar nuestro tiempo en cosas triviales. Cuando ya es tarde, nos damos prisa, entramos en pánico para terminar dichas tareas y obtenemos resultados ineficientes e incluso podemos llegar a fracasar en algunas ocasiones. El tiempo es algo muy preciado. Por lo tanto, es necesario conocer y poner en práctica métodos sencillos que te ayudará a dejar a un lado el hábito del aplazamiento y llegar a hacer un buen uso de tu tiempo. Algunos de estos son:
Organiza tus tareas en etapas
Una de las razones por las que solemos posponer las cosas es porque nos sentimos abrumados con la dimensión de la tarea en cuestión. Cuando sentimos que es demasiado grande para nosotros, tendemos a perder el interés en ella y llegamos a hacer caso omiso de ésta. Si somos capaces de dividir las tareas en fracciones más pequeñas, se simplificará el trabajo. Por ejemplo, si tienes que organizar una habitación repleta de cosas que ya no usas, puedes comenzar empaquetando y organizando las cosas pequeñas en cajas separadas, así podrás disponer de las que deben permanecer ahí y las que se irán a la basura. A continuación pondrás en cajas – debidamente etiquetadas – las cosas que uses a menudo separándolas de las que no usas tan seguido y finalmente podrás acomodar las cajas de manera que te sea más fácil hallar lo que necesites cuando lo busques.
Altera tu lugar de trabajo
El sitio en que trabajas puede tener un efecto directo en tu productividad. Por ello es que puede que tengas que observar tu sitio de trabaja con atención y determinar si éste te inspira a trabajar o hace que te sientas perezoso. Debes identificar si el sitio en que trabajas te inspira a poner manos a la obra o por el contrario, te desanima. Si es así, piensa en maneras de cambiar este entorno y hacerlo más propicio para trabajar. Deshazte del desorden de tu escritorio, reemplaza las bombillas de luz tenue por una brillante, rociar un poco de spray aromatizante puede tener un efecto terapéutico; estas pequeñas modificaciones pueden hacer una gran diferencia.
Establece una línea de tiempo y fija una fecha límite
Por lo general, cuando existe una fecha límite tendemos a posponer las cosas. Esto se debe a que solemos pensar que todavía nos queda mucho tiempo para cumplir con las tareas designadas. Para evitar esto, reparte tu tarea en partes más pequeñas y establece una fecha límite para cada una de ellas. De esta manera, comenzarás a utilizar tu tiempo más sabiamente puesto que se crea una sensación de urgencia en ti que te motivará a actuar.
Elimina todo lo que te hace aplazar las cosas
La dilación no existe sin motivo alguno y es un hecho que existen motivos de su existencia. Muchas veces algo tan sencillo como la radio o la televisión encendida pueden provocar que terminemos por desviar nuestra atención del estudio o del trabajo. Además de limitar el uso de éstos durante las horas de trabajo y estudio, se recomienda que si estamos usando el ordenador evitemos usar facebook, Messenger, skype, twitter y demás redes sociales hasta que hayamos terminado.
Rodéate de gente que te inspire
Si quieres sentirte más optimista en la vida, uno de los mejores consejos que puedes seguir es el de permanecer en compañía de gente optimista. Estar con personas que te inspiren a actuar propiciará la eliminación de la dilación. Al tener cerca a alguien que te inspire a hacer las cosas serás más responsable de tus planes y metas.