Cómo dejar de preocuparse tanto

Preocuparse puede ser útil cuando tenemos tomar medidas respecto alguna problemática o resolver algún  contratiempo. Pero vivir preocupados por el “Que tal si…” y por los peores escenarios que pudieran ocurrir, preocuparse se vuelve un problema. Las constantes dudas y los temores tenderán entonces a paralizarnos, además de que harán oscilar nuestros niveles de energía, haciendo que los niveles de ansiedad se disparen, por lo que estos sentimientos interferirán con tus actividades diarias. A pesar de que la preocupación puede ser  generalizada (cualquier evento pasa a ser una preocupación) o continua (sostenemos preocupaciones constantemente, sin poder pasar a la acción),  es un hábito mental del que puedes deshacerte. Basta con que entrenes tu cerebro para mantenerse más en calma  y te permitas ver la vida desde una perspectiva mucho más positiva.

Pero ¿Por qué nos resulta tan difícil dejar de preocuparnos? Resulta que las constantes preocupaciones se vuelven una costumbre, un hábito por llamarlo de alguna forma. Este mal habito tienden a mantenerte despierto durante la noche y a mantenerte tenso durante el resto del día. Por lo tanto, también tenderás a sentirte como un puñado de nervios durante este lapso.

Y es que para las personas que se mantiene preocupada adopta como una creencia ya sea positiva o negativa- el mantenerse alerta. Si bien preocuparse no es lo más sano, creemos que en parte podemos controlar los acontecimientos y circunstancias de nuestra vida, nos creemos que estamos haciendo algo para solucionar lo que nos inquieta. Algunas personas, tienen una tendencia a estar constantemente preocupadas, bien porque así lo han vivido y aprendido de sus progenitores o bien porque forma parte de su carácter.

Los síntomas más frecuentes del estrés producido por la preocupación son: nerviosismo, pérdida de concentración, irritabilidad, dificultades para dormir, cefaleas, palpitaciones, dolores musculares, etc. A nivel cardiovascular, el estrés desencadena una serie de respuestas destinadas a preparar al organismo para la acción, produciéndose entonces el aumento de la frecuencia cardíaca y la presión arterial, y la vasoconstricción de los vasos sanguíneos superficiales. Para dejar de preocuparnos tanto hay que primeramente, aprender a relajarnos.Estar preocupado no te deja saborear los momentos que tienes en la vida por ello aprende a relajarte. Tomar conciencia del cuerpo, de los pensamientos y las emociones, observar el cuerpo, realizar ejercicios de flexibilidad corporal (no son posturas de yoga), meditar caminando son algunas de las técnicas utilizadas para logar relajarte.

Las preocupaciones no van a solucionar nuestros problemas, preocuparse en exceso no conduce a nada, es algo inútil. Por ello, es muy importante romper esta tendencia a preocuparse por cualquier cosa y aprender a controlar estos pensamientos y sentimientos.