Todos tenemos sueños. Tú tienes sueños o mejor dicho, tenías sueños. De hecho, seguramente al igual que yo tienen un montón de sueños que comenzaron a emerger de tu mente desde que tienes memoria. Pero entonces la vida comenzó a transcurrir. Comenzaron a ocurrir cosas malas o contratiempos con los que no contabas. Comenzaste a preocuparte cada vez más y estas cosas eventualmente comenzaron a hacerte sentir cansado, a ir quitándote la energía día a día hasta el punto en que las preocupaciones y problemas en tu vida se volvieron una especie de sanguijuela que se alimenta de tu energía.
Y ahora que el tiempo ha pasado y esas situaciones se han remediado medianamente, te sientes vacío, un tanto “carente” de un no sé qué. Seguramente a estas alturas no tienes ni la menor idea de cómo recobrar esa chispa que reinaba en tus años más pueriles y tampoco sabes dónde se generó, o simplemente no lo recuerdas. Ahora no sabes cómo volver a “encender” esos anhelos que te llenaban de energía.
Es alarmante, triste y decepcionante encontrarse en esa especie de limbo en la que los sueños se han quedado tan atrás que ya los sientes como sueños ajenos. Sin embargo esto no tiene porque así y la emoción de todos esos sueños se puede recuperar si tienes la fuerza de voluntad y la iniciativa para volver a encontrar esa chispa que te hará ir tras tus sueños:
Comienza enlistando las cosas que te encantan. Siéntate un rato con lápiz y papel en mano y comienza a hacer una lista de todas esas cosas que te encantan. Incluye cosas, personas, conceptos, pasatiempos y todas esas cosas que te llaman la atención, que te apasionan y te interesan. No te limite y hazla tan amplia como desees.
Haz lo contrario. A menudo, muchos sentimos que sin importar qué hagamos, eso no servirá de nada para inspirarnos o animarnos. De modo que si te sientes falto de energía y tienes ganas de quedarte en casa tirado en el sofá o la cama , lo mejor será que te pongas de pie, salgas de casa y busques hacer algo que sea verdaderamente útil ya sea para ti o para alguien más. Lo mismo sucede con los sentimientos que nos inspiran, a menudo no nos sentimos con el ánimo para hacer nada. Haz la prueba e intenta hacer lo contrario a lo que tu estado de ánimo te anime a hacer. En ocasiones hacer algo que nunca antes habías hecho te hace emocionar y sentirte animado mucho más de lo que crees.
Sácate la pereza de encima. En muchas ocasiones sucede también que si nos sentimos sin inspiración o ánimos puede ser consecuencia de un componente físico a consecuencia de tener un ritmo demasiado lento para hacer las cosas. Una buena manera de conducirte a ti mismo hacia un mejor estado mental es haciendo alguna actividad física, como bailar, correr, trotar y practicar yoga. Cualquier cosa que te sirva para ponerse en movimiento y estirar los músculos te ayudará no solo a volverte mucho más flexible, sino que la oxigenación al cerebro que ocurre durante la actividad física te ayudará a sentirte mucho más despejado mentalmente.
Haz algo divertido e inusual. A veces cuando planificamos todo en nuestra vida, resulta difícil y casi impensable el hacer algo espontáneo cuando la chispa de la creatividad nos ataca. Sin embargo, debes aprovechar esa oportunidad e intentar hacer algo que nunca antes habías hecho, como animarte a cocinar un platillo que nunca antes has probado o comenzar a leer sobre un tema que nunca antes te había interesado. Te aseguro que al interesarte en temas nuevos, abre las puertas a un nuevo panorama en el que podrás encontrar nuevamente la chispa de la inspiración.
Explota tu creatividad. A pesar de que no te sientas muy creativo, intenta comenzar un proyecto en el que no requieras agudeza mental sino que te permita enfocarte y simplemente explotar esa creatividad dormida que llevas dentro. Comienza con cosas sencillas, como la pintura, la escritura o alguna manualidad en la que puedas trabajar a tu antojo. Te sorprenderán los resultados que obtendrás cuando te concentras menos en pensar las cosas y cederle el mando a tu creatividad.
Habla de tus sueños. Cuéntales a tu familia y amigos sobre las cosas que te gustaría hacer un día. Intenta describírselos con tantos detalles como sea posible. Si no quieres contárselo a nadie, entonces prueba escribiendo acerca de ello, nuevamente, con tantos detalles como sea posible. Ya sea mencionando el plazo de tiempo en el que te gustaría hacerlo, mencionando las medidas necesarias para llevarlo a cabo e incluso, lo que crees que conseguirás al lograr este sueño. De esto modo no solo volverás a conectarte con uno de esos sueños que creíste haber dejado atrás sino que incuso, podrías darle vida nuevamente a ese sueño y abordarlo desde otra perspectiva para hacer finalmente realidad.