¿Cómo puedes fomentar una actitud más positiva en tu vida?

 

Los pensamientos y las emociones negativas son las responsables de limitar tus pensamientos y hacer que te concentres solo en ese tipo de pensamientos. Es como si estuviesen en una situación de peligro, en la que, por ejemplo hubiera un tigre frente a ti. Pero como los pensamientos negativos te paralizan, ignoras las opciones como subirte a un árbol, defenderte con una rama o lanzar una piedra.

Este instinto de supervivencia sería muy útil tratándose de una situación en la que debes salvar tu vida y tu integridad física, pero en tu vida cotidiana, seguramente no tienes que enfrentarte a una situación como la de toparte con un tigre en el medio de la nada. El problema es que, tu cerebro está programado para responder a las emociones negativas de la misma manera, cerrándose al mundo exterior y limitando las opciones a tu alrededor.
Por ejemplo, supongamos que estás en el medio de una pelea con alguien. La ira y las emociones que surgen del intercambio de palabras pueden conducirte a un punto en el que no puedes pensar en otra cosa que no sea agredir. O bien, suponiendo que un día estás demasiado estresado por todo lo que tienes que hacer puede que te resulte imposible acabar con todos esos pendientes ya que crees que el tiempo no te alcanzará para cubrir esa larga lista de tareas. Otro ejemplo sería, que te sientas mal por no hacer ejercicio o haber dejado de comer sano, pero lo único en lo que piensas es que eres perezoso o no tienes fuerza de voluntad mientras lo que deberías estar haciendo es buscar una motivación. En cada caso, el cerebro pareciera cerrarse al mundo exterior y se centra en las emociones negativas del miedo, la ira o el estrés.

Las emociones negativas son las que impiden que el cerebro vea las demás opciones o alternativas que se nos presentan. Es decir, limitan tu instinto de supervivencia.Es por ello que debemos desarrollar un pensamiento más positivo. Los beneficios de las emociones positivas no son algo que desaparezca al cabo de unos minutos. De hecho el mayor beneficio que las emociones positivas pueden proporcionar es la capacidad para desarrollar habilidades y recursos que podrán usarse en el futuro.
Pero ¿Cómo podemos incrementar los pensamientos positivos en nuestra vida? Si bien muchas personas creen que los pensamientos son una cosa trivial que no tiene verdadera importancia en nuestra vida, lo cierto es que la mente tiene la capacidad para visualizar cada uno de los pensamientos que tengamos. Es por ello que, en lugar de centrarnos solo en esos pensamientos derrotistas o que no nos hacen ningún bien, debes centrar tus pensamientos en lo que deseas, lo que anhelas y mantener ese enfoque.

Nuestros pensamientos pueden ocasionarnos ansiedad, miedo, frustración, o por el contrario tranquilidad, coraje, satisfacción o motivación entre otros estados anímicos. Y a su vez esos sentimientos retroalimentan nuestros pensamientos. Piensa en el éxito, en lo que quieres lograr, piensa mejor de ti, y tus resultados serán mejores. Piensa de manera débil y piensa que perderás y tus resultados serán mediocres.

Tres prácticas que debes considerar para el desarrollo del pensamiento positivo son:

Medita. Recientes investigaciones han arrojado que la gente que medita a diario tiene sentimientos más positivos que aquellos que no la practican. El pensamiento positivo te predispone mejor para enfrentar los desafíos de tu vida cotidiana. Al tener buena predisposición, se piensa de manera más abierta y flexible para encontrar nuevas soluciones a cada problema. La meditación es una técnica muy útil para despejar la cabeza de cualquier negatividad que puede ser la que azota el interior de tu mente.

Escribe. Según los expertos, escribir es una terapia emociona que nos permite expresar lo que sentimos, ver nuestros problemas desde otra perspectiva y encontrar una respuesta a nuestras emociones. Los beneficios de la escritura se ven reflejados en nuestro estado de ánimo, en la reducción del estrés e incluso en el aumento de nuestra autoestima. Sumergirnos en la escritura nos abstrae de todo lo demás (rutinas, obligaciones, corazas) y nos conecta con la parte más íntima de nosotros mismos: los sentimientos y las emociones, que a menudo nos cuesta expresar de viva voz. Esta es una técnica por demás sencilla ya que no necesitamos de ninguna herramienta sofisticada ni contar con la asesoría de un experto. Basta con que tengamos un poco de tiempo libre y donde escribir, para así dedicarle ese tiempo a nuestro mundo interior.

Distráete. Así como le asignas un día o una hora en específico al resto de tus actividades cotidianas, también debes darte un tiempo para ti mismo. ¿Cuándo fue la última vez que dispusiste de un tiempo para distraerte y divertirte? Para tener una actitud más positivas, debes ser consciente de que una junta en el trabajo no tienes porque ser más importante que tu felicidad.

Date permiso de reír, de divertirte, de pasarla bien y disfrutar los beneficios de las emociones positivas. Asigna un día o un par de horas a la semana para cultivarte, para explorar y desarrollar nuevos pasatiempo o habilidades.
Nuestros pensamientos son como una semilla que produce una flor y luego un fruto. Entonces para recoger los frutos hay que alimentarlos de pensamientos, de emociones y acciones positivas.