Sabias que tu puedes sanar tu cuerpo. Uno de los elementos más importantes a la hora de querer sanarnos a nosotros mismos es el reconocer la poderosa conexión que hay entre tu mente y tu cuerpo. Lo sé porque tanto de manera personal como profesional he visto esto reflejado en las investigaciones médicas de los últimos años.
Los estudios demuestran que el estrés y las emociones negativas pueden causar una reacción física (¿Alguna vez te ha dado dolor de cabeza luego de haber discutido con alguien?) que puede frenar la capacidad de sanación del cuerpo. Por otro lado, el pensamiento y los sentimientos positivos pueden ayudarnos a recuperarnos, ya sea desde lesiones leves hasta enfermedades más graves.
Por supuesto que esto no es algo que se pueda hacer con facilidad, sobre todo cuando las personas que sufren de padecimientos graves tienden a sentirse tristes o sin ánimos. Sin embargo si la mayoría de ellos hacen el esfuerzo de alimentar sus cuerpos, entonces también podrán alimentar su mente.
Es común que nos sintamos decaídos y sin energía, pero te presento un par de tips que te ayudarán a recuperar la energía perdida.
Escucha a tu cuerpo. Nadie conoce mejor a tu cuerpo que tú mismo. Debes estar al tanto de cómo se siente tu cuerpo todos los días no solo para estar seguro de que ese día no hay ninguna dolencia que te impida salir de cama sino que al saber estos detalles puedes incluso ayudar a tu doctor en caso de que necesites visitarlo y así, sabrá con mayor facilidad que tratamiento es el adecuado para ti. El organismo tiene sus mecanismos de aviso cuando algo no está funcionando bien, y es común que no escuchemos esos avisos o creamos que son pasajeros con tal de no requerir asistencia médica.
Debemos aprender a escuchar a nuestro cuerpo cuando manda llamados de atención y acudir con el profesional que nos pueda dar una explicación de lo que sucede, y de ser el caso, un adecuado tratamiento, y no esperar el momento extremo de dolor que es cuando las soluciones se vuelven más complejas.
No te preocupes por todo. Tener una actitud positiva no quiere decir que nunca estés de mal humor. El mal humor y el estrés son parte de un día común y corriente – en especial cuando estás lidiando con un problema de salud. De modo que tienes que enfocarte en intentar controlar tus emociones. En lugar de eso, afírmate a ti mismo “que está bien preocuparse” y proponte hacer una o dos actividades al día para ayudarte a ti mismo a relajarte. Intenta probar con la meditación o la lectura o simplemente tómate un descanso de 15 minutos para tranquilizarte, así como practicar la respiración profunda durante este lapso de tiempo. La clave está en hacer algo que aminore la respuesta de tu cuerpo al estrés, que a su vez favorecerá tu salud.
Haz una lista de las cosas que tienes bajo control. Cuando estamos enfermos o heridos nos sentimos vulnerables e indefensos, pero gran parte del proceso de sanación está en tus manos. Identificar los factores de los cuales tienes control te ayudará a sentirte emocionalmente mejor, logrando por ende un efecto físico positivo.
Anota tres objetivos que te ayudarán a sanar. Por ejemplo, uno de tus objetivos principales podría ser caminar 10,000 pasos al día, comer cinco porciones de frutas y verduras al día o meditar durante la noche. Dependiendo de la naturaleza de tu condición física dependerá la extensión de las actividades planificadas para esa semana, quizás pudieras tomar clases de yoga, de natación o simplemente proponerte ir a la cama todos los días antes de las diez. Recuerda, la idea es que tus metas sean realistas.
Una vez que hayas anotado los objetivos para esa semana, puedes comenzar a planificar como las llevarás a cabo. Por ejemplo, pide ayuda con las tareas de la casa para poder irte a la cama temprano o bien, para tener más tiempo libre en el que podrás realizar alguna de las actividades que te has propuesto. Poner todo por escrito no solo te ayudará a mantenerte motivado sino que te dará una sensación de fortalecimiento.
Alimenta tu cerebro con mensajes positivos. Enciende la televisión, conéctate de internet, escucha la radio o ponte a leer para ver la facilidad con la que se encuentran historias extraordinarias. Cuando te estás recuperando de algún malestar o enfermedad es importante que evites la negatividad, la cual solo te causará estrés innecesario. Será un esfuerzo extra el combatir este tipo de emociones con positivismo y mensajes que te nutran, pero puedes comenzar a hacerlo leyendo citas motivacionales, afirmaciones positivas o incluso a través de la lectura de literatura con finales felices. Mantente rodeado de personas que te levanten el ánimo y te hagan reír, también puedes comenzar a escuchar música que te relaje, sin ningún tipo de letra en especial. Evita ver los noticieros o el periódico, puesto que estos indirectamente alimentan los mensajes negativos que llegan al subconsciente.