¿Cómo sobrellevar la adversidad?

 Ya sea que nos guste o no, las adversidades son parte de nuestra vida y por ende, aprender a sobrellevar la adversidad es uno de los más grandes obstáculos a los que debemos enfrentarnos.  Como Havelock Ellis escribió “El dolor y la muerte son parte de la vida. Rechazarlos es rechazar la vida misma”.

Los problemas, ya sean grandes o pequeños, se nos presentan a lo largo de toda nuestra vida y pese a lo astuto, optimistas o precavidos que seamos, nos será imposible evitar toparnos con ellos.

¿Por qué la gente permite que incluso cosas pequeñas afecten su mente? Porque aún no han aprendido a vivir el momento presente y disfrutar de su vida. Todos los problemas que has vivido en el pasado continuamente los estás reproduciendo en el presente. Hay cosas que son útiles y las debes conservar como  las habilidades y los conocimientos, así como la memoria de los acontecimientos que forman tu vida, pasiones, sueños, etc.

Para lograr sobrellevar las adversidades, necesitamos desarrollar nuestra resilencia, que  es la capacidad para afrontar la adversidad y lograr adaptarse bien ante las tragedias, los traumas, las amenazas o el estrés severo. Por más terribles y dramáticas que realmente puedan ser las adversidades , si son bien trabajados, pueden ayudar en el conocimiento de uno mismo, promoviendo el fortalecimiento propio.

Ser resiliente no significa no sentir malestar, dolor emocional o dificultad ante las adversidades, sino lograr a  sucesos de ese tipo  y adaptarse bien a lo largo del tiempo.

Una persona resilente se caracteriza por su:

          Autoestima fuerte

          Independencia de pensamiento y de acción

          Habilidad para dar y recibir en las relaciones con los demás

          Alto grado de disciplina y de sentido de la responsabilidad

          Reconocimiento y desarrollo de sus propias capacidades

          Una mente abierta y receptiva a nuevas ideas

          La percepción de sus propios sentimientos y de los sentimientos de los demás

          Capacidad para comunicar estos sentimientos y de manera adecuada

A fin de lograr ser más resilentes, necesitamos trabajar en los siguientes aspectos:

Cultivar relaciones afectivas. La relación de amistad, afecto y confianza con otra persona nos sirve de refugio, porque en ella podemos tener amparo, ayuda y afectuosa protección.

Al desarrollar relaciones afectivas podemos encontrar consuelo y auxilio sin tener que dar nada a cambio. La amistad verdadera que nace de estas relaciones afectivas, no tiene desarrollado el sentido de la posesión y no es absorbente en su trato con los demás,  no hay en ella exigencias, ni pretensión caprichosa o desmedida,  ni obligaciones, al contrario es libertad y apoyo mutuo.

Hablar de lo que nos ocurre. En ocasiones el solo hecho de hablar sobre cómo nos sentimos con algún familiar o amigo que nos inspire confianza y que nos pueda apoyar, tranquilizándonos, restaurará nuestra confianza y será suficiente para superar la situación.

Tener un cierto control de nuestra vida. Es fundamental que haya una relación armónica entre las diversas áreas de nuestras vidas. Tener una vida en equilibrio implica tener bien organizados y distribuidos todos los aspectos de la vida, los principales son: la vida de familia, la vida de pareja, las amistades y nuestra individualidad es decir los momentos en los que necesitamos estar solos.

Conocer tus habilidades y saber utilizarlas para hacer frente tanto a tus problemas personales como interpersonales es un factor clave al momento de decidir verlas como oportunidades con las cuales puedes tratar de manera constructiva. Tratar con la adversidad nos obliga a enfrentar la causa que lo trajo a nuestra puerta en el primer lugar. Cuando puedes manejarte con honestidad y claridad, cuando puedas  escuchar a los demás y a ti mismo con aceptación y empatía, cuando puedas hacer frente a tus miedos y cuando puedas resolver tus otras personas, habrás aprendido a satisfacer tus propias necesidades, estableciendo y alcanzando objetivos verdaderamente importantes para ti.

El  temor de lo que podría suceder en el futuro es a menudo peor que la realidad. Una sola persona no puede predecir el futuro, así que tenemos que ser valientes y plan para el éxito óptimo. Tenemos que ser optimistas. Recuerda que tú y  solo tú tienes las herramientas necesarias para convertir  cualquier adversidad en una oportunidad de aprendizaje y crecimiento.